LA NACION

De jugar para diez fanáticos a ser la figura estelar del Buenos Aires

Díaz Acosta, el zurdo que admira a Nadal, obtuvo la plata ante el calor de 5000 hinchas

- Sebastián Torok

“Pensar que hace muchos años yo venía al Buenos Aires para ver a Vilas, a Batata Clerc... Y pocas veces vi la cancha tan llena. Pensar que el que ahora estaba jugando era mi hijo, al que nosotros, con mi mujer, le tirábamos la pelotita de chico para que intentara pegarle. ¡Es muy fuerte! Encima estaba representa­ndo al país. Uno no está preparado para estas emociones”.

El que habla debajo de una de las tribunas del court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club es Pedro Díaz, padre de Facundo Díaz Acosta, el tenista de 17 años al que los Juegos Olímpicos de la Juventud lo marcaron. Zurdo, de 1,80m y admirador de Rafa Nadal, logró la medalla plateada en singles (perdió la final frente al francés Hugo Gaston por 6-4 y 7-5) y hoy, a las 10, luchará por el oro en dobles, en pareja con Sebastián Báez, frente al búlgaro Adrian Andreev y al australian­o Rinky Hijikata.

“Jugar en el Buenos Aires es una sensación increíble por la historia que tiene. Es una experienci­a que no se me va a olvidar nunca”, comentó Díaz Acosta.

Generó una enorme efervescen­cia durante toda la semana. La organizaci­ón debió cerrar ayer los ingresos del BALTC porque la capacidad (unas 5000 butacas) ya estaba colmada. “Facundo viene haciendo una carrera ascendente; este último año de junior empezó a destacarse más en los torneos y a jugar en contextos más importante­s, pero siempre con muy poca gente. Siempre jugó para diez personas. Y de repente jugar esta semana con tanto público, con tantos amigos, con tanta familia, con tanta prensa..., la verdad que fue muy fuerte. Cargó con una responsabi­lidad muy grande, pero lo disfrutó y le va a hacer muy bien para su carrera”, aportó Mariano Hood, uno de los entrenador­es de Díaz Acosta junto con Mariano Monachesi, en Liceo Naval, a pocos metros del estadio Monumental.

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