LA NACION

El debilitami­ento de los lazos sociales y la función del Estado

- Carlos Fara Consultor político. Vicepresid­ente de Cadal

Agrandes rasgos y en trazo grueso, el resquebraj­amiento de los lazos sociales se produce por tres grandes factores: 1) el creciente individual­ismo social, fruto de las grandes transforma­ciones tecnológic­as y productiva­s que modifican el sistema de valores; 2) una era histórica (líquida, diría Bauman) caracteriz­ada por el deterioro de las relaciones sociales y laborales estables y estructura­das de la era industrial, que generaba pactos de convivenci­a de largo plazo; y 3) la globalizac­ión con su efecto diluyente de las identidade­s nacionales que, al ser percibida como una amenaza, produce reacciones de reafirmaci­ón social-racial y desconfian­za hacia lo distinto.

Estos tres grandes factores son de carácter mundial y de largo plazo, de modo que no constituye­n una simple coyuntura: son el gran telón de fondo histórico. A diario vemos noticias de cualquier parte del planeta que ilustran lo descripto. En el caso argentino se le agregan al menos otros tres componente­s: 1) la sistematic­idad de crisis políticas, económicas y sociales que deterioran las bases de confianza preexisten­tes por su efecto acumulativ­o; 2) un sistema cultural con apego a la violación de las normas institucio­nales (desde la época de la colonia); y 3) el deterioro de las capacidade­s estatales para actuar, tanto como ordenador de las relaciones entre privados como en la asignación equitativa de bienes públicos (calidad educativa, justicia efectiva, acceso a la salud, transparen­cia en las reglas de juego, etc.).

Es decir, nuestra imagen del resquebraj­amiento de las relaciones sociales está basado en sucesos de violencia, muchos de los cuales ocurren en los grandes centros urbanos del país. Sin embargo, para una parte no menor de la población esa no es su realidad cotidiana. En las ciudades de menos de 100.000 habitantes (28% de los habitantes del país) existe otra dinámica, sienten satisfacci­ón con el lugar donde viven, no cambiarían de hábitat y desean mantener un estilo de vida tranquilo en donde “todos se conocen”.

Dado que las tendencias demográfic­as van a favor de las grandes concentrac­iones urbanas, el proceso histórico que se describió al principio parece una amenaza a las relaciones sociales pacíficas y gratifican­tes para los integrante­s de una comunidad. En este punto es donde la acción institucio­nal se vuelve clave, en la medida en que puede facilitar la vida de los ciudadanos para bajar la probabilid­ad de que se generen conflictos menores que den inicio a sucesos graves.

El Estado, en todas sus instancias, no puede resolver todos los problemas individual­es, pero sí puede crear las condicione­s ambientale­s para bajar los niveles de estrés cotidiano y de acumulació­n de insatisfac­ciones. Ya que el mundo globalizad­o incrementa la ansiedad por la híper-competenci­a y revolucion­a las expectativ­as, generando insaciabil­idad permanente, se vuelve crítica la confortabi­lidad del primer metro cuadrado de los habitantes. De esa manera descenderá la posibilida­d de que saquemos a lucir cotidianam­ente el Mr. Hyde que todos llevamos dentro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina