Marcela Coyanis. “Es un espacio para compartir y distenderse”
Son las 10 de un jueves y las salas de espera del Hospital Rivadavia, en Barrio Norte, están abarrotadas. Al final de un largo pasillo, en el servicio de oncología clínica, cuatro voluntarios de la asociación civil Sostén se mueven de un lado para el otro: reciben a quienes llegan para realizar su admisión en la institución y a sus familiares, conversan con los médicos y buscan en los archivos.
Entre ellos, con una blusa blanca y un turbante celeste –como sus ojos– de flores naranjas y azules cubriendo su cabeza, está Marcela Coyanis (51), que en marzo comenHace zó a colaborar con Sostén y quien, además, está en tratamiento por un cáncer de mama.
Coquetísima, Marcela vivió en carne propia el torbellino de cambios que atraviesan las mujeres durante el tratamiento y cuando perdió el pelo encontró en los pañuelos la forma de reinventarse todos los días, combinando colores y distintas formas de colocárselos. La satisfacción que encontró en ese hábito la llevó a idear Pañuelos Solidarios, una de las iniciativas de la asociación civil.
“Ofrecemos gratuitamente pañuelos, turbantes y pelucas, que recibimos como donaciones, no solo a quienes se atienden en el hospital, sino a todo aquel que lo desee: incluso, hemos hecho envíos al interior del país”, cuenta Marcela. “Es un espacio donde los pacientes vienen a compartir, charlar sobre lo que están pasando, probarse y distenderse”.
Desde 2000, Sostén acompaña a las personas con diagnóstico de todo tipo de cáncer y a sus familias brindándoles orientación y contención, ofreciendo actividades recreativas (como tango terapia), talleres de alimentación saludable, capacitaciones para equipos de salud, grupos de pares coordinados por profesionales y el banco de pañuelos, entre otros servicios.
Con mirada de experta, Marcela busca entre una pila multicolor de telas y selecciona dos: una roja y otra floreada. “Estos combinan”, dice mientras avanza con paso firme al sector de quimioterapia. Allí está Vicky Vázquez (44), que está en pleno tratamiento. Marcela le explica cómo doblarlos y colocárselos: primero uno y luego el otro encima.
Cuando termina de ponérselos, Vicky pide que le saquen una foto para verse y la cara se le ilumina. “Es muy difícil aceptar que se te va a caer el pelo. Hoy es mi segunda quimio y acabo de conocer a las chicas de Sostén: me mostraron que hay otra posibilidad para estar bien y que no sea tan fuerte verse frente al espejo”, cuenta emocionada. www.facebook. com/ pan u el os. solidarios.