El dólar volvió al nivel de agosto
Quedó en $36,98; el mayorista, más cerca del piso
El dólar profundizó su tendencia a la baja en la plaza local en la última rueda del mes, al caer 2% en promedio, con lo que dio un nuevo paso hacia el piso de la banda de flotación (ya ubicado sobre los $35). Los cierres se ubicaron por debajo de $36 para la venta mayorista y de $37 al público, su menor cotización en ambos casos desde fines de agosto.
El movimiento bajista se profundizó al sentir el mercado el apretón monetario que lleva adelante el Banco Central (BCRA), ante una mayor demanda de liquidez por parte de las empresas (para hacer frente al pago de salarios) o, en algunos casos, de compañías o inversores que debieron cubrir pérdidas por coberturas cambiarias tomadas a $40 o más hace un mes, lo que las llevó en muchos casos a liquidar divisas con ese fin.
Tras el primer mes de vigencia del nuevo régimen, la base monetaria (BM) está cerrando octubre (datos al 26) en $ 1.256.000 millones, lo que supone una caída de 1% en promedio, “algo que no sucedía desde 2002, si para la comparación se quitan los meses de estacionalidad”, destacó Portfolio Personal Inversiones (PPI) en un informe.
Este combo permitió al peso posicionarse como la moneda más rentable del mundo en el mes, al revalorizarse entre 12 y 13% frente al dólar, aunque aún retiene el de la más castigada en lo que va del año.
“El mayorista cerró a $35,95, setenta y seis centavos debajo del final deayer[poranteayer],conloqueacumuló una caída de $5,30 en octubre respecto del cierre del mes anterior. La intensidad de la oferta provocó la fuerte caída de hoy”, explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, en referencia a una rueda que, por algunos tramos, volvió a mostrar (como ya había sucedido anteayer sobre el cierre de la rueda) pantallas cargadas de ofertas de venta sin una contraparte compradora.
Arrastrado por esta tendencia, el precio al público perforó al fin los $37, tras haber amagado algunas veces con hacerlo, al cerrar a $36,98 en promedio, según el relevamiento del BCRA.
“Con el piso de la banda en $35,02 y un dólar en $36, nos vamos acercando al momento en el que el BCRA estará habilitado a comprar. La sintonía fina por ahora está funcionando”, resumió el analista Gustavo Neffa, de Research For Traders.
Para los operadores, lo que se ha desatado ahora en el mercado es una carrera al revés, para capturar las altas tasas en pesos, ante la creenciadequepodríancomenzara declinar próximamente. “Hoy [por ayer] fuimos a contramano porque la taba se dio vuelta: los pesos fluyen hacia las altas tasas de interés que consiguen bancos e inversores en distintos activos y a distintos plazos, y utilizando futuros como seguro de cambio a plazo”, explicó Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambio, aludiendo al movimiento alcista que el dólar ensayó en la víspera en la región y el mundo. Esto confirma que aquí se movió con una dinámica propia y definida por las circunstancias locales.
Temporada de liquidación
La sensación de “temporada final” para las tasas superaltas se instaló por el retroceso de casi 4 puntos que ensayaron las que el BCRA paga por las letras de liquidez (Leliq), al caer del 71,935% al 68,04% del pasado jueves hasta ayer. Esto se debió a que el BCRA llegó a fin de mes sin necesidad de forzar su aspiradora de pesos, tras el trabajo realizado en la primera parte del mes. De hecho, van dos días en que no renueva el total de lo que le vence, pero sí una cifra muy cercana, a la vez que paga tasasunoohasta2puntosmásbajas.
“Estamos lejos aún de tener una situación cercana a lo normal, pero podemos decir que octubre para el BCRA es un aprobado: no fue gratis, pero estabilizó el mercado. El próximo paso es ir por la tasa”, evaluó el analista financiero Christian Buteler. “Un buen primer mes del programa monetario”, coincidió el economista Martín Alfie, de Radar Consultora, recordando que el esquema arrancó con un mercado que pensaba que el billete iba a desafiar el techo de la banda y sostenía que los US$150 millones que el FMI le había autorizado al BCRA para usar por día para tratar de contenerlo no alcanzarían.
Lo que ocurrió fue una caída del 13% del billete en el mes, que se verificó luego de que el billete más que duplicó su valor en el año (aún acumula un alza del 95% en 2018), y llegó sin intervención oficial, pero a fuerza de menos pesos en circulación (lo que repercute en el nivel de actividad) y tasas de interés exorbitantes.
De cara a una inflación que se espera en baja tras el pico de septiembre y de un tipo de cambio que se espera más estable (la oferta sumará la liquidación de la cosecha fina en una semanas), ese nivel de tasas hizo que los bancos se lanzaran a aprovecharlo mediante las Leliq, los inversores a través de las Lecap y los ahorristas mediante plazos fijos (crecen en $110.000 millones en el mes), algo que, en muchos casos, hicieron vendiendo dólares.
La apuesta fue muy rendidora: quien hubiera realizado ese arbitraje de monedas en los últimos días de septiembre o primeros de octubre pudo obtener ganancias de entre 4,5 y 7% en pesos, que le deja ahora la opción de comprar un 11% más de dólares, si lo decidiera.