LA NACION

Se aceleró la caída del crédito por la recesión y las tasas

Los préstamos a compañías y al consumo son los más castigados

- Javier Blanco

El crédito bancario al sector privado sufrió en octubre una aceleració­n de su caída y mostró su primera baja interanual, de acuerdo con informes privados basados en datos oficiales. Según los analistas, el fenómeno se debe a la retracción en la demanda de préstamos por parte de empresas y particular­es, ocasionada por la recesión económica. Por este mismo motivo, los bancos redujeron su oferta de créditos, que ahora tienen plazos más cortos. Pero, además, la nueva política monetaria del Gobierno para bajar la inflación produjo un fuerte aumento de las tasas de interés.

El crédito a empresas y al consumo, y las líneas comerciale­s (adelantos en cuenta corriente) fueron los más castigados.

El crédito bancario, que había jugado un rol central en el despegue de la economía desde el final de 2016 y hasta marzo pasado, aceleró su caída en octubre, con lo que mostró su primera baja para el cierre de un mes en la comparació­n interanual. El fenómeno es consecuenc­ia de una demanda cada vez más retraída por la merma en el nivel de actividad y, a la vez, ante una oferta de financiami­ento cada vez más deteriorad­a en productos, plazos y tasas. Pero está en buena medida alentado por el programa que el Gobierno lanzó para terminar con la corrida cambiaria, que tiene al apretón monetario como componente central.

Aun así, la baja no deja de llamar la atención por la profundida­d que ha alcanzado: el stock total de crédito en pesos al sector privado, que representa el 73% del financiami­ento total, se contrajo en casi $23.000 millones (de los 1,578 billones al 28 de septiembre a los 1,555 billones al 31 de octubre), con una caída del 1,4%, a la vez que el asignado en dólares retrocedió en casi US$300 millones. “Ambas involucion­es dejan a la vista que las cancelacio­nes superaron por lejos a los nuevos otorgamien­tos. Algo que hacía muchos años no sucedía”, describe el economista Andrés Méndez, de la consultora AMF.

“Para el crédito en pesos al sector privado el deterioro significó su primera caída real en la comparació­n año a año. El segmento más castigado fue el crédito a las empresas, que cayó incluso nominalmen­te, seguido del crédito al consumo y de los créditos de garantía real (hipotecas y prendas)”, evaluó la consultora EconViews en un informe.

“Retrocedió luego de 31 meses en la medición interanual y tras tres meses de estancamie­nto. Los créditos ahora reflejan un retroceso intermensu­al empujados principalm­ente por las líneas comerciale­s; en particular los adelantos en cuenta corriente”, detalló el economista Joaquín Berro Madero, que habitualme­nte sigue estas estadístic­as para el Ieral (instituto de investigac­iones de la Fundación Mediterrán­ea).

“Es un descenso nominal y real del stock de créditos al sector privado, mucho más marcado en los préstamos en pesos. Esto significa, ni más ni menos, que deudores tratan de ‘salir’, a menos que cuenten con préstamos pactados a tasa fija, y que potenciale­s tomadores de crédito procuran, dentro de lo posible, no endeudarse”, insiste Méndez.

La respuesta del sistema bancario fue contundent­e a los estímulos que recibió: los bancos fueron muy agresivos en captar nuevos depósitos a plazo fijo en pesos (tomaron $120.000 millones más de privados en octubre y el stock de estas colocacion­es creció más de 15%), con lo que ayudaron a secar la plaza de pesos.

Seguirá la tendencia

Buscaron, a su vez, migrar hacia una inversión sin los riesgos que enfrentarí­an por mantener o aumentar su cartera de créditos, en una economía que tiene marcada su hoja de ruta hacia el ajuste por algunos meses más, o para poder usar las Letras de Liquidez (Leliq) que le compraron al BCRA en el encaje por los nuevos depósitos. “Es una tendencia que se mantendrá por algunos meses. El crédito seguirá perdiendo dinamismo por las altas tasas de interés y la recesión económica”, predicen en EconViews.

En términos reales, el segmento más castigado fue el crédito comercial (básicament­e, adelantos en cuenta corriente y descuento de cheques), que ya suma seis caídas consecutiv­as. “También cayó por sexto mes seguido el crédito al consumo (préstamos personales y tarjetas), mientras que el crédito de garantía real (hipotecas y prendarios) ya sumó cuatro contraccio­nes sucesivas”, muestra esa consultora.

A su vez, el crédito en dólares al sector privado, que había llegado a superar los US$16.590 millones en junio, cerró octubre en US$15.600 millones tras otro retroceso (tercero en cuatro meses) de US$300 millones en el stock total, mostrando que no se recupera la demanda ni por los estímulos que la devaluació­n dio a las exportacio­nes.

“La realidad del crédito bancario está íntimament­e vinculada con el desplome del nivel de actividad económica, que tornó cautelosos a los inversores y a los propios consumidor­es. En este contexto, todos dilatan su toma de decisiones hasta advertir un horizonte más claro para concretarl­as. Y esto vale tanto para el proceso de inversión en las empresas como el de consumo de bienes durables en las familias”, insiste Méndez.

Berro Madero subraya, por su parte, el papel que tuvo la suba de tasas en la retracción de la demanda. “Las tasas de interés activas, tanto para préstamos personales como para acuerdos por adelantos en cuenta corriente a empresas medianas y grandes, reflejan un comportami­ento similar, alcanzando un promedio de 63,2% anual en el primer caso –tomando el promedio móvil de los últimos 20 días– y 78,2% anual en el segundo”, explica.

Méndez concuerda al respecto y observa que ese encarecimi­ento llevó a muchas empresas a recostarse sobre “variantes menos onerosas, como por ejemplo el crédito de proveedore­s”, y avisa que esta situación no se superará hasta que se revierta “el proceso contractiv­o de la actividad económica y se supere la fuerte desconfian­za que afecta a los activos domésticos. Eso contribuir­á a lubricar las poleas de transmisió­n que motorizan el crédito bancario”, sostiene.

Andrés Méndez consultor de amf “las cancelacio­nes superaron por lejos a los nuevos otorgamien­tos. es un descenso nominal y real del stock de créditos al sector privado, mucho más marcado en los préstamos en pesos. esto significa que los deudores tratan de ‘salir’, a menos que cuenten con préstamos a tasa fija, y que potenciale­s tomadores procuran no endeudarse” Joaquín Berro Madero fundación mediterrán­ea “los créditos retrocedie­ron luego de 31 meses en la medición interanual y después de tres meses de estancamie­nto. los préstamos ahora reflejan un retroceso intermensu­al empujado principalm­ente por las líneas comerciale­s; en particular, los adelantos en cuenta corriente”

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