Es necesaria la voz de los más jóvenes en las políticas públicas
Adolescentes en riesgo de exclusión, expuestos a trabajo infantil, migrantes. Adolescentes en situación de pobreza, con alguna discapacidad, en conflicto con la ley. Adolescentes que vivieron en instituciones estatales y al cumplir los 18 años, se enfrentan al desafío de emprender su vida por sí solos sin la contención que les puede dar una familia.
La adolescencia es una etapa de la vida llena de oportunidades, creatividad, aspiraciones y energía, y a la vez, un período de mucha vulnerabilidad.
Los y las adolescentes son agentes de cambio, fundamentales para contribuir positivamente al crecimiento de una sociedad más justa y diversa: los adultos tenemos la enorme responsabilidad de protegerlos y garantizarles el desarrollo pleno de todas sus potencialidades.
El derecho a la libre expresión y a la participación adolescente está consagrado en la Constitución de la Nación Argentina y en las leyes de protección integral de derechos. La ley nos dice que tenemos que escuchar: abrir espacios para que los chicos y las chicas puedan decir lo que sienten y lo que piensan, alentarlos a participar en las decisiones que se toman en casa, en la escuela, en el barrio y en las políticas públicas.
La participación ciudadana es un derecho que se construye con ellos.
Desde Unicef abogamos para incluir de forma específica y explícita la adolescencia en la agenda de las políticas públicas. La Argentina es una sociedad altamente movilizada y, sin embargo, la participación de los adolescentes en las organizaciones sociales o políticas es baja.
Tenemos que convocar a los jóvenes a que ejerzan sus derechos y sostener la práctica de la participación en el tiempo.
La opinión de los y las adolescentes es fundamental en los procesos legislativos y de políticas que los afectan, incluyendo los presupuestos públicos.
El año que viene miles de jóvenes van a votar por primera vez: es una oportunidad inmejorable para incluir sus derechos en las campañas políticas, acompañarlos en ese proceso y que su voz también sea escuchada en las urnas.