Oportunismo Aunque no juegue bien, Racing aprovecha su momento favorable para sacar ventaja en la Superliga
El cabezazo con el que Jonathan Cristaldo definió el partido ante Newell’s valió algo más que tres puntos para Racing. Alcanza con ver la tabla: la Academia le sacó siete puntos a Godoy Cruz, Unión y Atlético Tucumán (un partido menos); ocho a Boca; nueve a Huracán (dos partidos menos) y a Vélez (un partido menos); y diez a Independiente y a River (un partido menos). Solo Defensa y Justicia, que está a ocho puntos del líder pero tiene tres partidos menos, lo puede alcanzar. Pero incluso en la soledad de la punta a la Academia le cuesta disfrutar.
No solo porque el nivel de juego que mostró en los últimos cuatro partidos no es el mismo con el que había basado los triunfos que lo llevaron a la cima. Además, las lesiones vulneran el ánimo del equipo y preocupan a Eduardo Coudet. Ante el equipo rosarino Racing perdió a Matías Zaracho (esguince de rodilla), Renzo Saravia (traumatismo en el hombro) y Alexis Soto (molestia muscular). Pero la enfermería de la Academia ya tenía otros pacientes que son piezas importantes en el armado de Coudet. El arquero Gabriel Arias sufrió la fractura del cuarto metacarpiano de la mano derecha el pasado 9 de octubre. Eugenio Mena recién el viernes pasado pudo entrenar en el campo, después de hacerlo de manera diferenciada durante dos semanas por un dolor en su tendón derecho. Y Augusto Solari tuvo que ser reemplazado el último domingo ante San Lorenzo por una molestia muscular en el muslo derecho y es difícil que llegue a estar frente a Gimnasia.
Las ausencias pueden servir como argumentos para explicar el bajón que tuvo Racing en el rendimiento. Pero no alcanzan. En el horizonte aparecen cuatro partidos de los que se califican como accesibles antes de fin de año: Gimnasia, Banfield, Talleres y San Martín de San Juan. En la tabla y en el fixture es cuando Racing encuentra tranquilidad. Pero en los partidos aparecen las dudas.
“Somos punteros, no podemos ser re punteros”, dijo Coudet hace dos semanas en una definición que aun aplica para Racing. La tabla de posiciones marca que la Academia está cortado en soledad en la cima. Sus perseguidores aparecen a siete puntos, cuando faltan cuatro fe- chas para que termine el año. Pero la misma seguridad que dan los números no la dio la Academia en las últimas cuatro presentaciones. De local, ante un Newell’s que llegaba muy golpeado por la derrota en el clásico ante Rosario Central, jugó un pobre partido, que se llevó de manera ajustada con ese cabezazo de Cristaldo cuando cerraba el primer tiempo.
Antes de esa situación, apenas una vez había exigido a Alan Aguerre. Fue un remate de Ricardo Centurión, desde afuera del área, a los cinco del primer tiempo. Tuvieron que pasar otros cuarenta para que se acercara al arco. Alcanza como muestra de lo que fue el primer tiempo del local, que estuvo sin ritmo, impreciso en los pases y le cedió la iniciativa a su rival. Durante el segundo tiempo, ya en ventaja, el nivel de juego de Racing no mejoró. La lesión de Soto, a los 15 minutos, lo dejó sin cambios para intentar una variante que diera frescura en la delantera. El local generó apenas dos jugadas más que Cristaldo no supo definir. Aparecieron los fantasmas del partido con Boca y con San Martín de Tucumán, cuando en ventaja no lo supo liquidar. Por eso los últimos minutos fueron un sufrimiento: Newell’s empezó a meter la pelota en el área de García y merodeó el gol, pero el 1 a 0 no se movió.
A este partido Racing había llegado después de un triunfo importan- te en lo anímico ante San Lorenzo, que también dejó algunas dudas desde lo futbolístico. Los antecedentes al Ciclón preocupan aún más: la derrota ante San Martín, en Tucumán, y el empate ante Boca después de ir ganando por dos goles. No luce en el juego, pero sigue en la punta. “Futbolísticamente tenemos que dar más. Los rivales nos van conociendo, se van parando de mejor forma para contrarrestar lo nuestro”, admitió el Chacho en la conferencia de prensa.
La victoria ante Newell’s, que marcha en el puesto 18, se sostuvo por el nivel de sus centrales Sigali y orban, además de por ese gol de pelota parada en el último minuto del primer tiempo. Fue un triunfo de líder. “No es que uno apunte a ganar sin buscar el cómo. Pero cuando se dan los partidos así son fundamentales”, remarcó el entrenador, que insistió que al ir punteros los rivales lo empiezan a mirar “de otra manera”. En ese punto puede estar otro de los argumentos. Marcelo Díaz fue el motor que generó el juego que necesitó Racing para llegar a la punta. Además de la jerarquía del chileno, de la calidad de Lisandro López y de algún destello individual de Zaracho o de Centurión, la Academia se volvió un equipo previsible. Ante Boca y San Lorenzo, Díaz jugó con una marca encima que le imposibilitó tocar mucho la pelota. Ayer estuvo impreciso. Y no pudo contagiar. Los entrenadores suelen repetir, casi como un lugar común, que los triunfos sirven para trabajar mejor en la semana y corregir los errores. La punta del campeonato, explicó ayer Coudet, también se debe aprovechar para eso.