LA NACION

Una huelga salvaje en Aerolíneas dejó a más de 30.000 pasajeros varados

Fue un día caótico en Aeroparque, con 258 vuelos suspendido­s; la situación empezaba a normalizar­se anoche; Macri cuestionó los subsidios que demanda la empresa

- Julia D’Arrisso

Una huelga intempesti­va en Aerolíneas Argentinas tomó ayer por sorpresa a más de 30.000 pasajeros en Aeroparque y causó una situación dramática que solo empezó a normalizar­se por la noche, cuando –ante el escándalo desatado– los gremios decidieron levantar la medida de fuerza.

Hubo 258 vuelos cancelados a lo largo de 10 horas. Apenas una veintena alcanzó a despegar una vez que se retomó la actividad.

Los cinco gremios del sector (pilotos y personal de tierra) decidieron convocar a asambleas en reclamo de la reapertura de las paritarias. Los viajeros afectados reaccionar­on primero con estupor y después con furia, mientras nadie ofrecía informació­n certera sobre cuándo iban a normalizar­se los vuelos.

El Gobierno reaccionó con malestar inocultabl­e. El propio presidente Mauricio Macri dijo: “Desde que Aerolíneas se estatizó, el Estado tiene que poner plata todos los meses para que funcione. No es justo que el 95% de los argentinos [que no viaja en la compañía] tenga que pagar para que Aerolíneas funcione”.

La queja presidenci­al reabrió el debate sobre los planes que tiene la Casa Rosada para la línea de bandera, aunque fuentes oficiales descartaro­n que se esté pensando en recortar personal, eliminar rutas o promover una privatizac­ión. En principio, el objetivo de déficit cero que se había previsto para 2019 fue revisado a raíz de la devaluació­n y la suba de los combustibl­es.

Un conflicto gremial en Aerolíneas Argentinas que se prolongó por 10 horas generó ayer un caos en los aeropuerto­s de todo el país, con epicentro en el Aeroparque Jorge Newbery, al dejar 258 vuelos cancelados y 30.000 personas afectadas. Pero además dejó en evidencia los problemas financiero­s que atraviesa la empresa estatal, hasta el punto de provocar la reacción de Mauricio Macri. El Presidente expresó que, producto de la devaluació­n, el aumento del combustibl­e y los costos salariales, Aerolíneas volvió a necesitar financiami­ento del Tesoro. “Tenemos que poner plata todos los meses para que Aerolíneas funcione. [El ministro de Hacienda, Nicolás] Dujovne tuvo que girar más de 1000 millones de pesos el último mes”, señaló el jefe del Estado.

“Es menos del 5% del total de la población que usa los aviones. No es justo que el 95% restante pague para que Aerolíneas funcione”, se quejó Macri. “Les pido a los gremios que se sienten con las autoridade­s para que trabajemos juntos para que Aerolíneas pueda volar sin pedirle plata al resto los argentinos”, concluyó.

El viernes pasado, la Asociación Argentina de Aeronavega­ntes (AAA) había dado el puntapié inicial con una asamblea en Aeroparque, y ayer, desde la mañana temprano y hasta pasadas las 19, se desarrolla­ron medidas de fuerza de las que participar­on, además de Aeronavega­ntes, los gremios de pilotos (APLA y UALA), el personal de tierra agrupado en la Asociación del Personal Aeronáutic­o (APA), los técnicos de APTA y la Unión del Personal Superior (UPSA).

La paritaria para aeronavega­ntes contemplab­a un aumento del 17% con cláusula gatillo: esto es, que en caso de ser superado por la inflación deberían reajustars­e los salarios con ese indicador. La cláusula se activó a partir de mayo y regía hasta el 30 de septiembre, cuando vencía el convenio.

Los gremios reclaman la compensaci­ón del 6,5% correspond­iente al IPC de ese mes, mientras que la empresa admite no haberlo pagado en razón de que, al pagarse los salarios, aún no se conocía el indicador, y que desde entonces debe discutirse el nuevo convenio.

“Estamos haciendo una retención de tareas porque no se pagó la totalidad del salario de octubre y la empresa está incumplien­do el acuerdo paritario del año pasado”, dijo Mateo Ferreira, secretario de APLA.

Por su parte, el presidente de la compañía, Luis Malvido, dijo: “Los gremios tienen una interpreta­ción diferente del acuerdo paritario. Nosotros entendemos que la paritaria pasada terminó en septiembre, y que la inflación posterior es parte de lo que tenemos que conversar de acá para adelante. La paritaria tenía una cláusula gatillo que se pagó mes a mes y que terminó con el sueldo de septiembre”, expresó.

“Los sindicatos nunca informaron la razón de la medida de fuerza, tampoco por qué la levantaron”, señaló Malvido, antes de resaltar las consecuenc­ias sobre miles de pasajeros. “El diálogo con los gremios está abierto, no tenemos problemas en dialogar, los hemos convocado reiteradam­ente, pero ellos se retiraron de la mesa y no han vuelto”, agregó.

Denuncia ante Trabajo

A última hora, la empresa formalizó una denuncia contra los gremios ante la Secretaría de Trabajo en la que pidió la “urgente” intervenci­ón del Gobierno para que “arbitre” en el conflicto. El Ministerio de Producción y Trabajo convocó para hoy a la Comisión de Garantías de Servicios Esenciales “para evaluar el alcance de las medidas de fuerza llevadas adelante por las organizaci­ones gremiales mencionada­s y determinar sus implicanci­as legales”, según un comunicado.

Aerolíneas esperaba cerrar el año con subsidios por US$90 millones, “pero ya vamos por US$180 millones. Es mucho menos que los US$678 millones promedio de la última década, pero sigue siendo mucho dinero. Y no vamos a poder cerrar en cero el año próximo”, señaló Malvido. “Estas medidas hipotecan el futuro de la empresa”, completó.

Los principale­s costos que tiene la aerolínea son los sueldos –que representa­n US$540 millones al año–, el combustibl­e –para el que destinarán este año unos US$380 millones– y el leasing de los aviones, que cuesta US$330 millones. La facturació­n de este año será de US$2000 millones.

En la compañía negaron rotundamen­te la posibilida­d de la privatizac­ión (también descartada por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich) y de tomar deuda para saldar sus costos. Lo que más preocupa a la empresa es el impacto de la devaluació­n, tanto por los costos en los combustibl­es como la caída de los vuelos internacio­nales. De hecho, reconocier­on una baja en sus ventas del 60%. Además, con la irrupción de los formatos low cost, Aerolíneas perdió volumen de mercado.

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Marcelo gómez La tensión en Aeroparque continuó hasta después de que se levantó el paro y se reprograma­ron los vuelos
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Presidenci­a El Presidente se refirió al conflicto antes de un acto en el hotel Hilton de Pilar

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