Tras la salida de Sessions, los demócratas temen por el futuro del Rusiagate
La renuncia del fiscal general, que había dado libertad de acción al investigador especial, echa sombras al caso
WASHINGTON.– Después de las elecciones que dejaron dividido al Congreso de Estados Unidos, el presidente Donald Trump despidió al fiscal general, Jeff Sessions, lo que provocó dudas sobre el futuro de la trama rusa que atormenta a la Casa Blanca. La decisión generó una catarata de críticas de la oposición demócrata, que considera que la investigación no debe ser interrumpida.
“Proteger al fiscal especial del Rusiagate, Robert Mueller, es fundamental. Habrá una crisis constitucional si esto fuera un preludio del final. Espero que el presidente y aquellos a los que escucha eviten hacerlo”, señaló el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Sus comentarios llegan después de que el presidente estadounidense alejara del cargo a Sessions, con quien mantenía una tirante relación luego de que este se excusara de la investigación por el Rusiagate. La decisión de Trump fue vista como una señal de euforia tras el resultado electoral que tildó de “casi completa victoria”.
Trump, que anunció en Twitter la salida de Sessions, dijo que el fiscal general será sustituido temporalmente por su propio jefe de personal, Matthew Whitaker, que pasaría a supervisar la labor de Mueller. Pero Whitaker ya criticó públicamente al vicefiscal general, Rod Rosenstein, a quien Sessions había delegado la supervisión de esa investigación.
Los medios de comunicación liberales y demócratas temen que su nombramiento sea una medida pa-
ra lograr tomar el control de las investigaciones sobre el Rusiagate.
Ahora Whitaker supervisará directamente las investigaciones, pero suscitan preocupación sus declaraciones a favor de un recorte de fondos para la investigación y una limitación en su radio de acción.
“Nadie está por encima de la ley y cualquier intento por interferir con la investigación del fiscal especial sería un grave abuso por parte del presidente”, dijo Mark Warner, principal figura demócrata en la Comisión de Inteligencia del Senado.
El demócrata Jerry Nadler, que se espera que se haga cargo de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, fue más directo: “No hay duda de lo que esto significa, y lo que está en juego: este es un momento constitucionalmente peligroso para nuestro país y para el presidente”.
La líder demócrata en la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, criticó la dimisión de Sessions y acusó a Trump de querer poner fin a la investigación. “Es imposible no entender el despido de Sessions como otro intento explícito de Trump para debilitar y terminar con la investigación”, advirtió la futura líder de la mayoría en la Cámara baja.
El jefe de la Casa Blanca tenía desde hace meses una relación tensa con Sessions, al que recriminaba haberse recusado en la pesquisa que lleva adelante Mueller. El exfiscal general, que anunció el 2 de marzo de 2017 que no supervisaría o participaría en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones, argumentó que tomó esa decisión porque había trabajado en la campaña de Trump, y porque tuvo contactos con el embajador de Rusia durante esa época.
Exjefe del FBI, Mueller fue encomendado el año pasado para investigar si la campaña electoral de Trump colaboró con los esfuerzos rusos para tratar de dañar a su oponente, Hillary Clinton.
La investigación de Mueller, que Trump considera una “caza de brujas”, debe dilucidar si existió connivencia entre la campaña electoral de Trump y Rusia para tratar de dañar a Clinton. Además, busca examinar los posibles intentos por parte de Trump de obstruir la pesquisa, que podría terminar en un juicio político al presidente.