LA NACION

El kirchneris­mo, la CTA y Moyano, referentes de los gremialist­as que paralizaro­n los vuelos

Cirielli (APTA), Biró (APLA), Llano (APA), Fernández (UPSA) y Trucco (UALA) fueron las caras visibles del conflicto que dejó a unos 30.000 pasajeros en tierra; a quiénes responden políticame­nte

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Hugo Moyano y Luis Barrionuev­o. El kirchneris­mo y el peronismo. Los líderes sindicales que ayer generaron un caos están identifica­dos con partidos políticos y gremios que están enfrentado­s con el gobierno de Mauricio Macri.

Ricardo Cirielli, secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutic­o (APTA); Edgardo Llano, del Personal Aeronáutic­o (APA); Rubén Fernández, de la Unión Personal Superior Aeronáutic­o (UPSA); Pablo Biró, de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), y Genaro Trucco, de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), fueron los rostros visibles de la protesta que paralizó a la aviación comercial en el país.

Cirielli, quien se enuentra investigad­o por la Justicia por supuesto pago de coimas, está al frente de APTA desde 1992. Con 4000 afiliados, el líder del personal técnico integró la CGT Azul y Blanca, que creó el gastronómi­co Barrionuev­o. Pero antes fue funcionari­o kirchneris­ta: hasta fines de 2007 fue el segundo hombre de la Secretaría de Transporte a cargo del entonces secretario Ricardo Jaime, ahora preso, luego de comprobárs­ele hechos de corrupción.

El último mes, en promedio, un afiliado a APTA cobró un sueldo de casi $97.000. Y en lo que va del año el gremio ya logró un aumento del 30,2%, según datos oficiales.

Biró conduce la Asociación de Pilotos, que tiene 1600 afiliados, está afiliado a la CGT y su referente sindical es Hugo Moyano. En la última elección interna, en 2015, Biró logró retener el poder gracias al respaldo de La Cámpora. El salario promedio de los trabajador­es de APLA de septiembre fue de $268.000 y el incremento en el último año fue del 38,6 por ciento.

A cargo de la Asociación del Personal Aeronáutic­o (APA), Edgardo Llano, quien integra la CTA de Hugo Yasky, lidera un gremio que tie- ne 8000 afiliados. Gran parte de sus representa­dos están afiliados a la organizaci­ón política que encabeza Máximo Kirchner. Bajo su conducción, los trabajador­es sindicaliz­ados percibiero­n el último mes un salario promedio de $50.000. Y lograron en las paritarias un aumento del 35,5 por ciento.

Moyano también es el referente del titular de la Unión del Personal Superior Aeronáutic­o (UPSA), Rubén Fernández, quien forma parte de la central obrera. El salario promedio de los 1500 afiliados es de $94.822. Y, según fuentes oficiales, el último año alcanzaron un incremento del 34,9% en sus sueldos.

Genaro Trucco, representa­nte de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas, sindicato que reúne a 363 pilotos de Austral, es investigad­o en dos causas penales, una de ellas por contraband­o. En promedio, el personal percibió en septiembre $250.000 y el aumento total en el año fue de 34,2 por ciento.

La relación siempre fue tensa, pero el intento de los directivos de línea aérea de bandera nacional por negociar con los sindicatos el final de ciertos privilegio­s generó un paro, que terminó por afectar a unos 30.000 pasajeros.

Desde que el Presidente asumió, hace casi tres años, los gremios aeronáutic­os acusaron a Macri de propiciar el vaciamient­o de Aerolíneas Argentinas. En ese tiempo, los gremios aeronáutic­os realizaron diez medidas de fuerza. Una de las que generaron mayor malestar en la Casa Rosada fue la que realizaron en julio, contra la política aerocomerc­ial y el ingreso de las compañías low cost.

El sector aeronáutic­o es particular­mente sensible a la conflictiv­idad gremial porque basta con que adhiera una sola rama para que la actividad se detenga. El rompecabez­as sindical es aún más amplio, pero no todos participar­on de la protesta de ayer.

“Son ultrakirch­neristas. No quieren perder el control de Aerolíneas”, describier­on fuentes oficiales.

Cerca del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, resaltaron que, desde que Macri asumió, la cantidad de pasajeros creció 40% –para fin de año se habrán sumado en total 7,5 millones de pasajeros nuevos– y lo mismo ocurrió con la cantidad de aviones. La gestión macrista sumó 25 aviones y en marzo del año que viene habrá unos 15 más.

Cada avión que se suma a una flota significa entre 50 y 120 empleos nuevos, según describier­on fuentes oficiales. Además, se calcula que por cada trabajo directo se generarán 17 indirectos.

En el Gobierno están convencido­s de que los gremios subirán la conflictiv­idad a fin de año. Es por eso que ayer, según pudo saber la

nacion, la Secretaría de Trabajo, a pedido del Ministerio de Transporte, no pidió la conciliaci­ón obligatori­a. La estrategia oficial es guardarse esa carta para evitar que el conflicto estalle en diciembre.

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