LA NACION

Se hizo esperar, pero finalmente este año se concretó el boom de las low cost

El Gobierno flexibiliz­ó el mercado aéreo y fomentó la llegada de nuevas compañías

- Sofía Diamante

El Gobierno prometió desde el comienzo, en diciembre de 2015, que uno de sus objetivos principale­s sería desarrolla­r el sector aerocomerc­ial. En aquel momento solo operaban vuelos de cabotaje Aerolíneas Argentinas –con el 74,3% del mercado doméstico–; Latam (antes LAN), con el 22,5%; Andes Líneas Aéreas, con el 3%, y Sol (con una operación mínima, de 0,2%). Pero había un problema: la aerolínea de bandera estaba con números en rojo y no se podía abrir el juego tan rápidament­e a otras compañías sin hacerla primero más productiva.

Por eso, 2016 fue de transición, con una Aerolíneas Argentinas que ponía en marcha su plan financiero, que prometía dejar de recibir subsidios en cuatro años, y con varias aerolíneas low cost que señalaban que entrarían en el mercado si bajaban las tasas aeroportua­rias. Hace dos años, la Administra­ción Nacional de Aviación Civil (ANAC), que depende del Ministerio de Transporte que conduce Guillermo Dietrich, llamó a una audiencia pública para habilitar el ingreso de nuevas empresas en el mercado y para expandir las rutas de las existentes.

Recién un año después, en noviembre de 2017, la colombiana Avianca se convirtió en la primera compañía aérea nueva en volar en el mercado interno después de más de una década.

El verdadero boom de las low cost llegó finalmente este año, con la apertura de un nuevo aeropuerto, El Palomar, y la llegada de Flybondi, Norwegian Air y LASA, la aerolínea que opera rutas en la Patagonia. Además, el Gobierno habilitó eliminar en julio el mínimo de la banda tarifaria para vuelos de cabotaje, algo que reclamaban las empresas, ya que les permite fijar el precio que quieran para sus pasajes.

Para vuelos internacio­nes, además de Norwegian, que une el país con Europa, se sumaron en el último año, también en el rubro low cost, la española Level, del grupo Iberia, y las chilenas JetSmart y Sky.

El arribo de nuevas aerolíneas impactó en un alza en la cantidad de pasajeros en vuelos de cabotaje. Según la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), en octubre aumentó un 16% el número de personas que volaron rutas aéreas nacionales con respecto al mismo mes del año pasado. En total fueron 1,3 millones de pasajeros. En la comparació­n del acumulado de los primeros diez meses del año, el incremento fue del 13%, aun con la aceleració­n de la inflación y la recesión.

Mientras tanto, Aerolíneas Argentinas se aggiornó a las exigencias del mercado y en abril eliminó la clase ejecutiva de sus vuelos de cabotaje para modificar los interiores de cabina y ampliar la cantidad de asientos.

Entre las principale­s caracterís­ticas que define a las low cost se destaca que la venta del pasaje aéreo solo incluye el asiento en el avión. Todo lo que es extra hay que pagarlo, como la posibilida­d de despachar la valija o comer a bordo.

Asimismo, para bajar sus costos, las líneas aéreas también optan por tener empleados multifunci­ón, lo que generalmen­te las llevó a tener enfrentami­entos con los sindicatos del rubro. Además, en la mayoría de los casos, se trabaja con una flota homogénea y nueva para bajar los costos de mantenimie­nto y ofrecer muchas horas de vuelo sin interrupci­ón.

La reapertura del aeródromo militar El Palomar tampoco fue casualidad: en general, las aerolíneas de bajo costo optan por operar en aeropuerto­s secundario­s, que cobran tasas significat­ivamente menores.

Por último, en la Argentina, con las tarifas ultracompe­titivas que ofrecen, el principal objetivo de las aerolíneas low cost es agrandar el mercado aerocomerc­ial, quitándole­s pasajeros a los ómnibus de larga distancia.

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