El 70% de los fumadores no cambió su consumo pese al aumento de los cigarrillos
Salud. El dato surge de un relevamiento en la ciudad hecho por una ONG; la presión fiscal sobre la industria del tabaco es una de las medidas que la OMS recomienda para desalentar el hábito
La reforma impositiva que alcanzó a los cigarrillos en marzo –un decreto postergó su aplicación desde diciembre pasado– no parece haber logrado sus metas en salud pública, de acuerdo con el primer relevamiento de una ONG sobre el impacto de la medida.
Siete de cada 10 fumadores entrevistados en distintos puntos de la ciudad dijeron que no modificaron sus hábitos de consumo en los primeros seis meses de la nueva medida que redujo cinco puntos porcentuales los impuestos internos a los cigarrillos (ver aparte).
De hecho, los participantes que fumaban más de 20 cigarrillos por día desde muy temprano a la mañana (alto nivel de adicción) mostraron ser tres veces menos propensos a alterar el consumo que aquellos con un bajo nivel de adicción, según una de las dos investigaciones que presentó ayer la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina.
“La evidencia científica demuestra que para que una medida impositiva sea considerada de salud pública debe generar un aumento de precio suficiente para descender el consumo de tabaco. La investigación señala que la reforma tributaria no cumple con los estándares internacionales en la materia, ya que un 70% de los encuestados manifestó no haber cambiado su hábito de consumo. Dentro del 30% que afirmó haberlo hecho, solo el 40% mencionó el encarecimiento de los productos. “Es decir que un 12% de los fumadores modificó el consumo en estos seis meses por el aumento de precios. Esto indica claramente que la reforma está teniendo bajo impacto”, dijo María Pizarro, codirectora ejecutiva de FIC Argentina.
En 2016, un decreto similar, pero que elevó alrededor de un 50% el precio de venta, logró un efecto inmediato superior: el 40% de fumadores dijo, entonces, que había tenido que empezar a fumar menos o dejar de hacerlo por el aumento. El análisis del impacto sanitario de aquella suba de impuestos que hizo, entonces, el Ministerio de Salud de la Nación le atribuyó también una caída del 10% de las ventas, junto con una mayor recaudación fiscal de $17.600 millones el año pasado.
“Los impuestos a los productos de tabaco son una medida de reconocida efectividad para desalentar el inicio, disminuir el consumo e impulsar la cesación –se explicó en ese informe oficial–. Los aumentos de precios por impuestos reducen el consumo de los grupos más vulnerables como los niños, niñas y adolescentes, y las personas de menores ingresos. Se requiere de una política continua y de largo plazo para reducir de manera sostenida la asequibilidad y el consumo de tabaco”.
Costo sanitario
Cada año, el tabaquismo causa en el país 44.854 muertes evitables. Fumar les resta 5,8 años de vida a las mujeres y seis años a los varones, mientras que el sistema sanitario destina anualmente $33.360 millones a la atención de pacientes con enfermedades asociadas con el tabaquismo, según un monitoreo colaborativo de 12 países de la región que coordina el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS). Esta investigación también determinó que con un aumento del 50% del precio de los cigarrillos en el país se podrían evitar más de 25.000 muertes, 42.000 infartos, 11.000 nuevos cánceres y 15.000 ACV. En la Argentina, fuma uno de cada cuatro adultos, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2013.
La edad de inicio promedio es de 12 o 13 años. El aumento del precio y los impuestos a los productos de tabaco es una de las seis medidas centrales del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud para reducir la oferta, el consumo y los daños que causa su consumo y la exposición al humo. La Argentina lo suscribió, pero el Congreso aún no lo ratificó.
La reforma tributaria vigente desde marzo se promocionó como una medida para desalentar la compra y reducir la diferencia de precios entre las marcas para evitar el cambio a versiones más económicas. En la encuesta de FIC Argentina, el 63% de los participantes desconocía su existencia. Pero un tercio apoyaba el aumento del precio de los cigarrillos para desalentar el consumo, no así un 35% de la muestra de 2484 personas, representativa de la población porteña de 16 años que fuma o lo hizo en los últimos seis meses. “Necesitamos una medida impositiva fuerte que eleve el precio de los productos de tabaco y sea efectiva para dejar de fumar y desaliente el inicio”, insistió Pizarro.
Y agregó sobre los resultados de una encuesta telefónica a 1400 personas que la entidad hizo hace dos años. “La reforma bajó del 75 a 70% los impuestos internos a los cigarrillos. El decreto de 2016 había elevado ese porcentaje del 60 al 75%, lo que tuvo un impacto altamente positivo en la protección de la salud al aumentar cerca del 50% el precio de venta. Casi inmediatamente se vio cómo disminuyó el consumo entre los fumadores por la suba de los impuestos”.