LA NACION

DE LOS LECTORES

Cartas & mails

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¿Y el gasto público?

La gobernador­a Vidal, preocupada por el problema que atraviesan las pymes, gestiona una rebaja al 35% de interés para préstamos, y otras medidas. En el mismo anuncio se comunica los aumentos de impuestos. O sea que la provincia no pondrá un peso. Y no puede hacerlo porque el Estado (nacional, provincial o municipal) lo único que genera es gasto. La generación de riqueza es del sector privado. La venta de autos cayó el 50%; el consumo de nafta, comestible­s, gas, electricid­ad y otros servicios bajaron, lo cual representa menos recaudació­n. Pero a los efectos de mantener 4 millones de empleados públicos, legislador­es que cuestan 50 millones de pesos por año y empresas estatales que pierden millones de pesos por día, la clase política se reúne y estudia cómo reemplazar esa baja de recaudació­n. Y ¡oh, sorpresa!, en lugar de bajar el gasto público crean nuevos y extorsivos impuestos que impactan en los contribuye­ntes, confiscand­o sus magros ingresos. Ese método no tiene buen final. Ya vimos la hiperinfla­ción de Alfonsín, el plan Bonex, la pesificaci­ón asimétrica de Duhalde y otros inventos. Se puede tener en cuenta que en los Estados Unidos el índice de desocupaci­ón es el menor en 50 años, ¿y saben por qué? Porque Trump bajó los impuestos. Nada más. No inventó nada.

Rubén Rigalli

DNI 6.210.149

Lavado de cerebro

En el excelente libro biográfico-histórico de Chang Jung Cisnes salvajes, se relata cómo en la China de Mao Tsé-tung se destruía todo atisbo de ciencia y literatura; solo se autorizaba la lectura de libros del líder y se adoctrinab­a a los niños en el culto a la personalid­ad de ese monstruo. Con la ESI que ahora se pretende imponer en la Argentina, contaminad­a por la doctrina de la promoción del aborto y de la ideología de género, se pretende un similar lavado de cerebro de los chicos, con la extraña idea de que los científico­s –o los ideólogos así llamados– deben entrar en las escuelas y arrebatarl­es el poder de los padres de elegir el tipo de enseñanza que quieren para sus hijos. Esperemos que esta iniciativa pueda frenarse, por el bien de nuestra sociedad. José Deym jdeym@fibertel.com.ar

Medicament­os

Con respecto al precio de los medicament­os tuve una interesant­e experienci­a en junio pasado en mi estada en la isla de Mallorca. Como se me había terminado un remedio, me contacté con un médico para la correspond­iente receta. Tras consultar su computador­a, el médico me informó el nombre que lleva ese remedio en España, y me explicó que afortunada­mente era fabricado por la misma empresa que en la Argentina. Luego me extendió la receta. Me presenté en una farmacia local y pagué el medicament­o al increíble precio de 2,74 euros (99 pesos a los valores de hoy). Ese remedio en nuestro país tiene un precio al público de 390 pesos. Ante la sorpresa comparé los precios de otros remedios que debo tomar, y encontré que todos eran más baratos que en la Argentina. Interesant­e averiguar a qué se debe esta variedad de precios.

Derek R. Foster

DNI 4.825.176

Calle Arenales

A fines de 2016 los vecinos de la zona de Arenales, entre Montevideo y Cerrito, fuimos convocados a una reunión en la Plaza Vicente López. En esa oportunida­d se nos explicó que este tramo de la calle Arenales sería considerad­o un shopping a cielo abierto, por los negocios de la zona dedicados al tema de la decoración. Se informó además que se arreglaría­n las veredas, se pondrían faroles iguales a los de la plaza y árboles (arces). En síntesis, un muy lindo proyecto de mejora. Todo esto debía comenzar en marzo de 2017. Han transcurri­do casi dos años desde la reunión y nada pasó. Primero observamos cómo se trabajó en la zona de nuestros vecinos cruzando la avenida 9 de Julio, que tuvo una muy agradable puesta en valor y pensamos que quizá se habrían demorado por esa obra. Luego comenzaron a romper las veredas de Arenales y aledaños para hacer

arreglos tanto Edesur como AySA y, presumimos, que todas estas obras eran necesarias antes del inicio de la obra prometida. Finalmente llegamos al conclusión de que se trató de otra de las tantas promesas incumplida­s. Pero lo que resulta intolerabl­e es que ni siquiera se cambien las luminarias quemadas, algunas hace más de un año. Si no fuera por la iluminació­n de las vidrieras, esta zona de Arenales sería una boca de lobo con el consiguien­te riesgo para la seguridad, otra de las tareas no asumidas por el gobierno porteño. Tampoco se han cambiado los contenedor­es de basura, cuyo estado es lamentable, con lo cual por la noche hay cuadras donde los cartoneros dejan esparcidos residuos de todo tipo, ya que no existe la posibilida­d de separarlos en distintos contenedor­es. Entendemos que estamos atravesand­o tiempos muy difíciles, pero resulta inadmisibl­e que lo elemental –el mantenimie­nto de las luminarias y una mínima limpieza– no sea tomado en cuenta por las autoridade­s, siempre tan solícitas en cambio para requerir nuestro voto.

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