El prejuicio, el tema del nuevo libro del juez
Rosatti acaba de publicar un ensayo a la luz de Frankenstein
Que un juez de la Corte escriba sobre Frankenstein es de por sí curioso, pero que además se base en el personaje de Mary Shelley para reflexionar sobre las relaciones entre la moral y la estética, abre una discusión que trasciende lo jurídico y lo político. Sin embargo, el reciente libro Ensayo sobre el prejuicio, del juez Horacio Rosatti, invita además a hacer una lectura paralela de lo dicho a la luz del pensamiento de los argentinos. “Frankenstein permite a 200 años de haber sido escrito ver el fenómeno del prejuicio estético desde otra perspectiva. Ahora hablamos de bullying, siempre está latente vincular lo bello y lo bueno, y lo feo con lo malo. Eso arraigado como prejuicio en los alumnos, Frankenstein revela que no es así en los niños”.
El juez señala que el prejuicio sigue visible y es motivo de discriminación y rechazo. El libro analiza la mirada de un ciego que acepta al monstruo; de un niño, no contaminado por los adultos que lo acepta, y la del adulto, que lo rechaza sin conocerlo. Y la posible mirada de otro monstruo, que es su pareja. El libro hace referencia a la exclusión que relaciona con la segregación social.
–¿Si Frankenstein fuera un espejo como describe el libro, que mostraría de la Argentina?
–Cuando en la universidad les pregunto a los alumnos si sufrieron discriminación, todos responden que sí, que padecieron la exclusión por cuestiones estéticas, por la vestimenta, características físicas, todas cosas que no tienen otro fundamento que este. En la Justicia, por ejemplo, uno podría hablar de la concepción del hombre delincuente de Lombroso, donde por las características físicas se proyectaban consecuencias negativas sobre las personas y hoy lo vemos en los jóvenes con el tema del bullying.
El juez entiende que a pesar de que sigue vivo el prejuicio de conectar lo estético con lo ético y lo agradable con lo bueno, se ha avanzado. “Se ha evolucionado mucho en los últimos decenios sobre este tema. Hay una integración social sobre estos temas mucho mayor que la que yo veía cuando era chico”, dijo. Para el magistrado, lo ético puede prevalecer finalmente sobre lo estético, pero lo importantes es que lo haga sobre lo material, “que prevalezca lo espiritual, la humanidad del ser y sobre el tener”.