una noche distinta
A pesar del mal tiempo, mucha gente se volcó a visitar los museos
Arte y fútbol son dos sellos de la cultura popular de La Boca, pero este cruce vivió ayer una jornada especial. La huida de hinchas al suspenderse el partido en la Bombonera fue reemplazada a últimas horas de la tarde por quienes quisieron disfrutar de la Noche de los Museos en el Distrito de las Artes de la zona sur.
Los visitantes fueron llegando tímidamente a la Fundación Proa y al Museo Quinquela Martín, junto a un desértico Caminito de charcos y negocios cerrados, y, aunque no se registraron las largas colas de primera hora de otros años, el arte tuvo su propia hinchada. La directora de Proa, Adriana Rosenberg, apuntó que las restricciones al tráfico por el partido, junto con la lluvia, desalentaron a algunos visitantes, e ironizó al señalar que, cuando anularon el encuentro deportivo, “todo el mundo se fue”.
Sin embargo, Proa atrajo a su público gracias a la muestra “Alexander Calder. Teatro de Encuentros”, una de las más destacadas del año. En las salas de la Fundación, los visitantes pudieron maravillarse observando los emblemáticos móviles diseñados por el artista estadounidense, impulsados por la inercia y dibujando con sombras y líneas en el aire movimientos que recordaban a los que no pudo trazar la pelota en la Bombonera.
“Somos del barrio y es algo muy bueno que se celebre una Noche de los Museos que promueva la cultura”, señaló Héctor Hugo, simpatizante de Boca que tenía previsto ver el partido y que optó por acudir al museo con su hijo Héctor.
El Museo Benito Quinquela Martín abrió sus puertas con la muestra “Un sueño que cumple 80 años”, exhibición que enseña su colección con motivo de su aniversario. El museo dedicado al artista boquense –de quien nunca se supo con claridad qué camiseta futbolera vestía–, permitió también la visita a las exposiciones “Santiago Stagnaro. La leyenda del pequeño Leonardo”, “Mascarones de Proa”, “Terrazas de Esculturas”, “Murales de los chicos de Casa Rafael” y “Postales de mi Barrio”. Allí hubo, además, performances, actividades infantiles, música y danza.
Desde primera hora de la tarde, la Usina del Arte fue un hervidero de visitantes. Más de 200 personas hacían cola para participar en un taller de pintura con Milo Lockett, otros tantos esperaban para obtener un lugar en el auditorio donde luego actuaría la orquesta Filarmónica y una multitud no quiso perderse la exhibición del grupo GPS. La Usina inauguró también ayer una muestra de repercusión internacional: “Guerrilla Girls. El arte del mal comportamiento”, exhibición con un título a tono con una jornada en la que se temía por posibles disturbios alrededor de la cancha, pero que concluyó en tono festivo y cultural.
La exposición del colectivo artístico feminista se presenta por primera vez en el país con pósteres, libros y videos que reflejan las distintas acciones que la agrupación anónima realizó desde los años 80 en las principales ciudades del mundo abogando por la diversidad. Varios grupos de personas recorrieron la muestra y se encontraron con piezas como el “Código ético de las Guerrilla Girls para museos de arte” (diez mandamientos que sugieren, entre otras cosas, máximas como: “No serás patrono de un museo y al mismo tiempo accionista mayoritario de una de las principales casas de subastas” ). También se exhiben otros objetos como cartas manuscritas por las activistas con mensajes contra los coleccionistas de arte que ignoran el arte creado por mujeres.
Para realzar el trabajo del colectivo feminista, la fiesta en la Usina incluyó actividades vinculadas al rol de la mujer en el arte: una performance del grupo Código Gravitate, un show-discurso de rap feminista, un concierto a cargo de Celeste Carballo y una intervención de artistas del Colectivo de Artes Gráficas “Vivas nos Queremos”, que colocó copias de pósteres de las Guerrilla Girls en las inmediaciones. La noche continuó en el barrio con otras propuestas, como la muestra “Cuadro a cuadro: 101 años de animación argentina”, en el Museo del Cine. otros visitantes disfrutaron de la celebración en el Museo de Arte Moderno con música, talleres y con las exhibiciones “Una llamada pertinaz: la intrépida marcha de la colección del Moderno” y “Nicolás Mastracchio: Pulso”. También se proyectó la videoinstalación Flâneur de Orione, de Toia Bonino. El Museo de Arte Contemporáneo exhibió, por su parte, “Latinoamérica: volver al futuro”.
La Noche de los Museos se consolida como un gran gol en el marcador nacional de la promoción cultural, una oportunidad para visitar gratuitamente estos espacios y disfrutar de un despliegue nocturno de actividades en homenaje al arte.