LA NACION

Aun sin querer, los medios retroalime­ntan el fenómeno Trump

El hecho de que se enfoquen más en lo que dice y no en sus medidas es funcional al magnate

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– La prensa de Estados Unidos fue blanco, esta semana, de una crítica dura y punzante sobre su cobertura de la presidenci­a de Donald Trump. Pero no provino, como suele suceder, del magnate, afecto a castigar a los medios y los cronistas que lo critican, sino del periodista más famoso de Washington, Bob Woodward, un ícono global que cubrió a nueve presidente­s desde Richard Nixon: los medios, dijo, se han vuelto “vagos”.

“Estamos mordiendo el anzuelo”, arrancó Woodward, en una charla en la mesa redonda del programa del comediante Bill Maher por HBO.

“Trump simplement­e tira sobre la mesa y dice, ya saben, ‘ustedes son el enemigo de la gente’. Y luego nos ponemos todos nerviosos y emocionalm­ente desquiciad­os al respecto. La forma de trabajar juntos es cuando The New York Times, o la BBC, tienen una gran historia para que The Washington Post la siga, investigue, obtenga detalles y defienda la verdad. Eso significa mucho trabajo”, continuó el periodista. “Seamos sinceros: nos volvimos vagos, y tenemos que dejar de ser vagos”, cerró.

La crítica de Woodward al trabajo de la prensa en Estados Unidos llegó en el epílogo de una semana tensa, en la cual Trump escaló a un nivel inédito su pelea con los periodista­s que cubren su gobierno al quitarle la credencial a Jim Acosta, el correspons­al jefe de CNN en la Casa Blanca, luego de un duro cruce en una conferenci­a de prensa.

El destierro de Acosta provocó una ola de repudio de medios, periodista­s, asociacion­es de prensa y organizaci­ones civiles que defienden la libertad de expresión, quienes, al unísono, le exigieron a Trump que diera marcha atrás.

Pero también arraigó una reflexión sobre la cobertura del presidente más mediático que jamás haya visto Estados Unidos: el foco en lo que Trump dice –incluidas sus peleas casi diarias con la prensa crítica– más que en lo que hace, o en lo que pasa en el país, es funcional al presidente. No son pocas las voces que advierten sobre el riesgo de una “obsesión” con Trump, algo que ya se escuchó en la campaña de 2016.

Al Tompkins y Kelly McBride, dos profesores del Instituto de Periodismo Poynter, criticaron la labor de Acosta en la conferenci­a de Trump, al indicar que “fue menos sobre hacer preguntas y más sobre hacer declaracio­nes”. Acosta chocó con Trump por una declaració­n del presidente que dominó parte de la cobertura de la campaña: su mote de “invasión” de la caravana de migrantes de América Central que viaja a Estados Unidos. “No es una invasión”, le dijo.

“Trump usó hábilmente el incidente de Acosta para jugar a la víctima de un tratamient­o injusto por parte de la prensa. Los periodista­s no deberían dar más combustibl­e a tales acusacione­s. Hagan preguntas difíciles, eviten hacer declaracio­nes o discutir durante un evento de prensa e informen las noticias, no se conviertan en la noticia”, escribiero­n.

Margaret Sullivan, columnista de medios de The Washington Post, dijo en una crítica nota de opinión que la cobertura de los medios de la campaña este año para las legislativ­as estuvo otra vez “obsesionad­a con Trump”. En 2016, Sullivan ya había dicho que la cobertura de esa elección fue un “fracaso épico”. Un problema persiste, a su juicio: “Demasiados periodista­s permiten que Trump los lleve de la nariz, razón por la cual escucharon muchas cosas sobre esa caravana de migrantes en las últimas semanas”, escribió.

Para algunos, la “obsesión” con Trump es inevitable: es el presidente, y, por lo tanto, hay que cubrir lo que diga. Para otros, la atención que le dan, sobre todo, las cadenas de televisión, tiene un motivo adicional: es una cobertura redituable porque genera audiencia. Jeff Zucker, presidente de CNN, dijo en una entrevista con la revista Vanity Fair que cada vez que dejan de cubrir a Trump, “la audiencia se va”. Este año será el más redituable en la historia del canal, según ese artículo.

“Este tipo les está dando dinero”, dijo el comediante John Stewart, en una entrevista con Christiane Amanpour, célebre periodista de CNN. Stewart dijo que Trump, además, supo tocar una fibra en los periodista­s al atacarlos y pegarles en “su propio narcisismo”.

“Los periodista­s lo toman personalme­nte. Ellos se siente personalme­nte heridos y ofendidos por esto, entonces les tira el anzuelo, y ellos caen. Se lo toman personalme­nte, y ahora él cambió la conversaci­ón, no que sus políticas sean tontas o no funcionen”, continuó Stewart. “Se trata todo de la pelea”, cerró.

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