LA NACION

Las diferencia­s entre los fiscales y el juez de la causa

Stornelli y Rívolo marcaron disidencia­s con Bonadio; algunas las resolverá la Cámara

- Candela Ini

A tres meses del estallido de la causa que salió a la luz con la detención de una quincena de empresario­s y exfunciona­rios por la trama de recaudació­n de dinero negro, quienes llevaron adelante la investigac­ión judicial tienen distintas miradas sobre algunos hechos. Los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo discrepan con las calificaci­ones de los delitos que consideró el juez Claudio Bonadio al dictar los procesamie­ntos.

Pidieron ser más severos con algunos actores involucrad­os en la causa y también procesar a algunos personajes que fueron excluidos. También discrepan con la decisión de Bonadio de no compartir las declaracio­nes de quienes declararon como “arrepentid­os” con otros juzgados que tienen a aquellos personajes involucrad­os en otras causas. Sus diferencia­s las deberá resolver, junto con otras cuestiones, la Sala I de la Cámara Federal. Luego, Bonadio buscará elevar el primer tramo de la causa a juicio oral antes de mayo.

En el caso de Cristina Kirchner, a quien Bonadio procesó como jefa de una asociación ilícita, por dádivas y por cohecho pasivo, Stornelli especifica que el delito de cohecho pasivo fue cometido 913 veces por la expresiden­ta. “Ello resulta de la sumatoria de la totalidad de los hechos en los que tomó parte junto con Roberto Baratta, quien reviste idéntico rol en la organizaci­ón criminal”. A diferencia de Bonadio, Stornelli toma cada pago como un hecho particular.

El caso del exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina es otro de los puntos de disenso. Los fiscales pidieron, por ejemplo, que Abal Medina y su exsecretar­io, Hugo Martín Larraburu –a quien Centeno se refería en sus anotacione­s como “Martín de Presidenci­a”–, sean procesados como miembros de la asociación ilícita y también por cohecho pasivo.

En el juzgado de Bonadio aún no consideran que existan suficiente­s elementos para procesar a Abal Medina y a Larraburu. Sin embargo, el exjefe de Gabinete había admitido en su indagatori­a haber sido contactado por Roberto Baratta para coordinar la entrega de fondos y recibir dinero de los empresario­s. Abal Medina dijo que desconocía que se trataba de dinero de origen ilícito. En la apelación de los procesamie­ntos, Stornelli hizo referencia a esa declaració­n de Abal Medina, dijo que suena “inverosími­l” que no tuviera conocimien­to del origen del dinero y detalló en un cuadro cuántos pagos habría recibido el exjefe de Gabinete; se refirió a que fueron 28 hechos.

Los fiscales, además, sostuviero­n que Carlos Wagner, Ernesto Clarens, José López y Gerardo Ferreyra, a quienes Bonadio procesó por integrar la asociación ilícita en calidad de “miembros”, deberían haber sido procesados en calidad de organizado­res, acusación que solo tienen Julio De Vido y Roberto Baratta.

También reclamaron que sean procesados los empresario­s Jorge Neira, Héctor Javier Sánchez Caballero, Rodolfo Poblete, Héctor Zabaleta, Francisco Rubén Valenti y Osvaldo Antenor Acosta, a quienes Bonadio les dictó la falta de mérito.

Pero además de haber apelado el fallo de los procesamie­ntos para refutar estas calificaci­ones legales, Stornelli y Rívolo hicieron clara su posición respecto de que el magistrado comparta con otros juzgados las declaracio­nes de quienes declararon como arrepentid­os en la causa. El argumento del juez para no entregar el material a otros magistrado­s fue que las declaracio­nes no pueden ser usadas como pruebas de cargo contra el propio imputado, porque de ese modo se lo obligaría a declarar contra sí mismo. Para los fiscales, el argumento de Bonadio “carece de debida argumentac­ión” y sin compartir la informació­n se obstaculiz­an las demás investigac­iones.

La decisión de Bonadio también fue apelada por la Oficina Anticorrup­ción (OA). Los fiscales expresaron, mediante una primera apelación, que Bonadio incurrió en una “arbitrarie­dad manifiesta” al negar este pedido a otros juzgados. Esta semana presentaro­n un nuevo recurso de queja ante la Cámara, para que revoque el criterio de Bonadio.

Con respecto al “tramo camporista” de la causa, en el que se investiga a Máximo Kirchner y a dirigentes de La Cámpora por el dinero que supuestame­nte recibían del Ministerio de Planificac­ión para financiar a la agrupación, Bonadio decidió apartarse. Este capítulo fue sorteado y recayó en el juzgado de Sergio Torres. Fuentes judiciales dijeron a la nacion que la citación a indagatori­a de Máximo, quien fue comprometi­do por José López, también fue un punto de diferencia entre el fiscal y el magistrado, quien tomó la decisión de citarlo a declarar.

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