LA NACION

Menores: pasan tres horas detenidos si el delito no es grave

Se determinó que, en algunos casos, los pequeños arrebatado­res que atacan en las avenidas son conducidos por familiares; un chico de 12 años y dos de 13 fueron atrapados varias veces por hurtos

- Gustavo Carabajal

En la ciudad y en el conurbano, un menor que comete un arrebato pasa detenido no más de tres horas. Según fuentes oficiales, la extensión del tiempo de la detención de un chico que cometió un delito depende exclusivam­ente de lo que tarden la policía y los responsabl­es de los Institutos de Menores en comunicars­e con sus padres y lo que estos demoren en retirarlo.

“Los únicos menores que quedan presos son aquellos a los que los padres no quisieron ir a buscar porque no los pueden contener en sus casas o los que cometieron delitos graves”, explicó un jefe policial con jurisdicci­ón en la ciudad de Buenos Aires.

En las últimas horas tres menores delincuent­es balearon a una niña, de tres años, que iba con su madre en un Renault Clio y que, por un error del GPS, ingresó en la villa La Rana, donde sufrió un intento de asalto. Cuando la policía bonaerense identificó a los autores del sangriento ataque comprobó que el autor del disparo es un menor, de 17 años, que había sido apresado el 17 de agosto pasado, acusado de robo con armas y que recuperó la libertad hace un mes. También había estado detenido en 2016.

La problemáti­ca de los menores que se dedican al robo en la modalidad piraña quedó expuesta el martes pasado cuando la periodista Sandra Borghi fue asaltada y golpeada por una banda de chicos que asalta a los automovili­stas cuando se detienen en algún semáforo de la avenida 9 de Julio.

Durante los últimos cinco meses, la Policía de la Ciudad apresó a 22 menores que formaban parte de bandas como las que asaltaron a la periodista y que operaban en la avenida 9 de Julio. Todos ellos fueron liberados por la Justicia y volvieron a robar en la misma zona.

Este fue el caso de Carlos, un chico de 14 años que fue detenido el 25 de junio pasado por robar un celular en el cruce de 9 de Julio y Corrientes. El menor fue apresado otras dos veces. Debido a su edad fue sobreseído y liberado.

A raíz de la sucesión de asaltos, a los policías no les sorprendió la edad de los ladrones detenidos. Cuatro de los delincuent­es del listado de 22 detenidos en el eje de la avenida 9 de Julio tienen 15 años; hay tres chicos de 14 años, dos sospechoso­s de 13, tres asaltantes de 17, uno de 16 y otro de apenas 12 años.

Al más chico lo detuvieron en la esquina cuando robaba un celular con un cómplice de 17 años y con su madre, que era la jefa de la banda. En tres casos los menores asaltantes fueron capturados por la policía cuando robaban para un mayor, generalmen­te la madre del asaltante.

En ninguno de los casos mencionado­s la Justicia tuvo en cuenta el criterio de la edad de inimputabi­lidad para liberarlos. Todos volvieron a la calle por el solo hecho de ser menores y porque, en los casos de los mayores de 16 años, los funcionari­os judiciales comprobaro­n que no registraba­n ningún pedido de captura. Uno de los factores que puede provocar que un menor de entre 16 y 17 años quede preso es la gravedad del delito que cometió.

Según explicó un jefe policial que solicitó mantener su nombre en reserva, en la ciudad, ninguno de los menores que fueron detenidos por la policía cuando cometieron un delito como el arrebato o el robo pasó por una comisaría.

La policía debe trasladar a los chicos a los Institutos de Menores Inchausti y San Martín. Apenas los padres los van a buscar, quedan en libertad. No pasaron más de tres horas entre la detención y la excarcelac­ión.

Un panorama que se repite

La situación de puerta giratoria para los menores que cometen delitos se repite en el territorio bonaerense. Aunque del otro lado de la avenida General Paz y el Riachuelo se aplica una ley diferente para los adolescent­es en conflicto con la ley penal. “En el conurbano, lo que más sorprende es la cantidad de menores con armas que cometen robos”, dijo una jueza, que solicitó mantener su nombre en reserva.

Hace dos semanas, una banda de menores asesinó durante un asalto a Leonardo Sarmiento, un policía bonaerense que trabajaba encubierto en Villa Tranquila, a doce cuadras del centro de Avellaneda.

Por el homicidio del policía, la Justicia ordenó la captura de dos menores, de 14 y 15 años, y de un joven, de 19. Durante la cobertura informativ­a del violento episodio, los periodista­s de dos canales de televisión fueron amenazados por grupos de chicos.

Al día siguiente, después de revisar las imágenes, la policía identificó a los menores y los apresó. Eran menores de 16 años y, por lo tanto, inimputabl­es. Se comprobó que eran réplicas las armas con las que amenazaron a los periodista­s. Menos de dos horas después de haber sido detenidos, fueron liberados y entregados a sus padres.

“Hace mucho tiempo que la sociedad está pidiendo un límite para los menores que cometen delitos”, expresó el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.

En la misma semana que dos menores mataron al policía Sarmiento, en José Mármol, Stefanía, una niña, de 9 años, fue asesinada por su primo, de 15.

Por su edad, el adolescent­e acusado de homicidio es inimputabl­e. Pero en estos casos, la ley penal juvenil permite que los jueces dicten alguna medida de seguridad, antes de entregarlo­s a los padres. Dicha medida puede extenderse, como máximo, hasta un año.

Con los casos de los menores imputables existe otro problema. Los lugares de detención son institutos con mínima seguridad, donde las fugas son habituales.

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