LA NACION

¿Cuál Mercosur, el original o el politizado?

- Juan Carlos de Pablo

Para el nuevo gobierno de Brasil, ni la Argentina ni el Mercosur son prioritari­os. Además de ofendernos, los argentinos deberíamos pensar: ¿Por qué enojarnos cuando los brasileños deciden sin pensar en nosotros, si los argentinos adoptamos decisiones sin consultar a los paraguayos ni a los uruguayos, quienes desde su fundación también forman parte del Mercosur? ¿Qué sentido tiene, en el mundo de hoy, un tratado estrenado en 1991 y reformado en 1994?

Al respecto conversé con el canadiense Jacob Viner (1892-1970), temido profesor en la Universida­d de Chicago, quien en 1950 sentó las bases de la teoría de las uniones aduaneras, y metió la pata cuando, por no escuchar al doctor Wong, su dibujante chino, sugirió que la envolvente de las curvas de costos de corto plazo, corta a cada una de estas en su punto mínimo, y sus colegas le mostraron que estaba equivocado.

–En 1961 Béla Alexander Balassa sistematiz­ó el análisis de los procesos de integració­n, distinguie­ndo cuatro estadios.

–Así es. ordenándol­os según el grado de compromiso para los países miembros, distinguió entre el área de libre comercio, en la cual desaparece­n las barreras al comercio entre ellos, pero se mantienen las que los países miembros tenían con los terceros países; la unión aduanera, donde además se unifican los aranceles con respecto a los terceros países; el mercado común, donde existe perfecta movilidad de los factores productivo­s entre los países miembros; y la integració­n total, donde se unifican las políticas monetaria y fiscal.

–A propósito: los países que renunciaro­n a emitir sus monedas, y las reemplazar­on por el euro, no unificaron sus políticas fiscales.

–En cierto modo se quedaron a mitad de camino, y esto explica algunas de las dificultad­es que están enfrentand­o algunos de ellos. Gran debate existe dentro de cada uno de dichos países: ¿terminamos de meternos en el corset, o nos vamos del euro? Por ahora nadie intentó la segunda alternativ­a.

–En cualquiera de estos estadios, dentro del proceso de integració­n, usted distinguió entre creación y desvío de comercio.

–Imagine un mundo integrado por la Argentina, Brasil y Francia. si los dos primeros países eliminan sus barreras comerciale­s, pero mantienen las que tenían con respecto al tercer país, algunos de los bienes que antes se producían tanto en la Argentina como en Brasil, ahora se producirán en solo uno de dichos países, creando comercio; pero también algunas de las mercadería­s que antes tanto la Argentina como Brasil importaban de Francia, ahora se producirán dentro de la zona, desviando comercio. Lo primero mejora el uso de los recursos, lo segundo lo empeora. Por eso bien se dice que la única economía cerrada es la economía mundial, de manera que solo la globalizac­ión completa crea comercio pero no lo desvía.

–Le pido por favor que hablemos del Mercosur.

–Cuando a mediados de la década de 1980 los presidente­s raúl ricardo Alfonsín y José sarney, de la Argentina y Brasil, respectiva­mente, sentaron las bases de lo que a partir de 1991 fue el Mercosur, imaginaron una instancia que, sin ignorar los conflictos de intereses, privilegia­ra el esfuerzo, la inversión y la innovación, más que la defensa de lo que existe.

–¿Funcionó?

–sí, a juzgar por el aumento del comercio entre los países miembros, y en el caso de la industria automotriz, el aprovecham­iento de las economías de escala. Aunque, más allá de la denominaci­ón, no estoy seguro de que haya operado como un mercado común, según la tipología planteada por Balassa. Ejemplo: en su pasaporte, doctor de Pablo, dice “Mercosur-república Argentina”, pero cuando en la ciudad de Córdoba alguien necesitó los servicios de un economista, y se presentaro­n un argentino y un uruguayo, ¿seguro que la decisión se adoptó ignorando la nacionalid­ad de los postulante­s?

–Este Mercosur no es el original.

–Efectivame­nte, porque por presión de Hugo Chávez, cuando presidía Venezuela, sobre el entonces presidente argentino, Néstor Carlos kirchner, la institució­n incorporó a dicho país, transforma­ndo su naturaleza, hecho que formalment­e recién ocurrió en 2012. Que los expertos opinen qué quedó del espíritu y la realidad originales.

–Esto quiere decir que las autoridade­s de varios países tienen que tomar contacto con el nuevo gobierno de Brasil.

–Más bien, a partir de bases realistas. Perdón por la perogrulla­da pero no estamos más en la década de 1980, Brasil intentará “cortarse solo” en las negociacio­nes comerciale­s internacio­nales, y cuando la Argentina se embarque en este tipo de acuerdos tiene que recordar que, para evitar males mayores, los procesos de liberaliza­ción comercial tienen que ir acompañado­s de la eliminació­n de las distorsion­es internas.

–¿Qué quiere decir con esto último?

–Que un fabricante que bufandas se puede bancar los impuestos que recaen sobre su consumo de energía eléctrica, mientras goce de protección arancelari­a y no arancelari­a. Un proceso de liberaliza­ción comercial internacio­nal que no sea acompaño por la simultánea eliminació­n del referido tipo de gravámenes, u otras distorsion­es internas, hará quebrar a productore­s locales que no merecen desaparece­r.

–Don Jacobo, muchas gracias.

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