Los argentinos cada vez fuman menos
En solo cuatro años, en el país se pasó de un consumo de 48 a 41 atados por persona al año
“E l fumar es perjudicial para la salud”, según la leyenda que aparece en todos los atados de cigarrillos, gracias a la obligación impuesta por la ley 23.344 del año 1986. No se sabe si es por esa advertencia o simplemente por un cambio cultural, pero las cantidades de cigarrillos que fuman los argentinos bajan cada año: en 2017 (último dato conocido), el consumo per cápita anual fue de 820 unidades.
En efecto, según datos de la Secretaría de Agroindustria, el consumo aparente (paquete por habitante por año) era en 2014 de 48 (960 cigarrillos), mientras que en 2017 esa cifra cayó a 41 (es decir, 820 cigarrillos). Claro que estos números no contemplan el comercio ilegal: es bueno recordar que justo en 2016 hubo un fuerte aumento de impuestos, que llevó a 80% la carga tributaria total sobre este producto y que puede haber incrementado el consumo que se vende “en negro”.
Por otra parte, una tendencia que se da desde 2015 es que crecen en participación las empresas tabacaleras que venden a precios llamados “ultrabajos”. Y ahí hay una controversia en toda la industria, puesto que estas compañías pueden vender a ese valor ínfimo, porque no pagan el llamado impuesto mínimo de los cigarrillos.
Las ventas de las empresas que hace más tiempo invierten en el país cayeron un 5,7% interanual entre enero y septiembre, mientras que las ventas de empresas que perciben una desigual carga tributaria crecieron un 11,8% interanual en el período. Actualmente, el 14% del mercado de cigarrillos en la Argentina es de mercadería ilegal.
El ranking de países “más fumadores” está liderado por Serbia, con 2869 cigarrillos por habitante por año, Bulgaria (2822), Grecia (2795), Rusia (2786), Moldavia (2479), Ucrania (2401) y Eslovenia (2369) . En América Latina, el primer país es Cuba, con 1261 cigarrillos per cápita al año.