LA NACION

Una final que avanza en el Arca de Noé

- Sebastián Fest

Cuatro tipos embarrados en un charco y peleándose por la pelota. la hipotética imagen no era solo el horror de la conmebol, tampoco gustaba (ni gusta) en Boca y River, los grandes protagonis­tas de ese intento de convertir a la copa libertador­es en un espectácul­o distinto al que marca su historia. Por eso es que no se le perdonó el minuto de demora a Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto, por eso la insistenci­a en jugar de día para exhibirse en vivo en el prime time de las pantallas europeas, por eso la final a partido único a partir del año próximo. Y aunque al fútbol se juegue bajo la lluvia, a diferencia de otros deportes, y aunque cuatro tipos embarrados en un charco luchando por la pelota pueda ser una imagen plena de épica y belleza futbolera, la verdad es que los tiempos cambiaron: la conmebol quiere otra cosa. Y los clubes también.

Fue así que, en el inicio de la tarde del sábado, el hombre más poderoso de la final no era alejandro Domínguez, presidente de la conmebol, ni Daniel angelici, Rodolfo D’onofrio, los entrenador­es o los jugadores. no, mientras carlos Tevez repetía que “la cancha está bien para jugar” (los dirigentes de Boca no pensaban lo mismo), el poder real era de Marcos Saucedo. ¿De quién? De Saucedo, joven coordinado­r del centro Meteorológ­ico nacional, que es el responsabl­e de un insumo informativ­o tan esencial como es el pronóstico del tiempo. Que puede acertar. o fallar, claro. la conmebol jura y perjura que se apoyó exclusivam­ente en sus conversaci­ones con Saucedo para tomar sobre el límite la decisión de jugar o no la final, pero en Boca, por las dudas, se estudia también lo que pronostica windguru, web meca de los surfers en todo el mundo. nada es excesivo en el intento de calmar la angustia y la incertidum­bre ante una final que ya desde antes de nacer se demostró incontrola­ble. “Si mirás el windguru para el domingo está peor que nunca, horroroso”, dicen en Boca. “Pero nosotros estamos preparando el partido para mañana, domingo, a las cuatro de la tarde”. Exactament­e lo mismo dice la conmebol.

¿Se jugará hoy domingo? imposible saberlo. ni hablar de una eventual final el miércoles o sábado próximos. En el sábado en que la libertador­es debía impactar al mundo, el fútbol sudamerica­no terminó pasado (pasadísimo) por agua. ¿Por qué demoró tanto la conmebol en admitir lo evidente y confirmar la suspensión? “nosotros buscamos hasta el final que se jugara, por todo lo que significab­a esta final de tanta difusión mundial. Si esperamos tanto hasta decidir fue porque nos apoyamos exclusivam­ente en el Servicio Meteorológ­ico”, explicó a uno la nacion de los hombres de mayor confianza de Domínguez. “nos dijeron en todo momento que había una ventana de mejor tiempo entre las dos y las siete de la tarde. cerca de las tres nos llamó el jefe del Servicio y nos dijo que ya no nos podían dar garantías, que el viento había cambiado. la tormenta que debía estar sobre el Río de la Plata estaba sobre la ciudad”.

la versión de la oficina de Saucedo es un tanto diferente: la conmebol se puso por primera vez en contacto con él a la una de la tarde, apenas cuatro horas antes de la final.

Un dato es, sin embargo, indiscutib­le: el volumen de agua que cayó el sábado sobre Buenos aires superó al previsto para todo el mes de noviembre. Y la hipótesis de jugar, suspender el partido y verse obligado a continuarl­o en las 24 horas siguientes –es lo que indica el reglamento– en condicione­s iguales o peores espantaba a todos. la conmebol, la libertador­es, Boca y River están teniendo, claramente, mala suerte.

Y si aún quedaran dudas conviene escuchar a cindy Fernández, vocera del SMn, que en diálogo con instaló a la la nacion final en el arca de noé: “las malas condicione­s continuan y se extienden hasta el martes. ¿Jugar el miércoles o el sábado? Es muy pronto para hacer un pronóstico a largo plazo. la atmósfera es caótica”.

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