LA NACION

Trump reforzó su apoyo al príncipe heredero y podrían reunirse en el G-20

Respondió a la creciente presión por el caso Khashoggi con una enérgica defensa a la relación con Riad; se mostró dispuesto a tener su primer cara a cara con Mohammed tras el crimen del periodista

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Bajo presión del Congreso y aliados europeos, el presidente Donald Trump dio ayer una fuerte señal de respaldo a Arabia Saudita en medio del escándalo por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, al ofrecer una enérgica defensa de la relación con Riad y poner en duda la responsabi­lidad en el crimen del príncipe heredero saudita, Mohammed ben Salman. Así, el magnate fue otra vez a contramano de la conclusión de su propia comunidad de inteligenc­ia.

Además, Trump dijo que podría reunirse con Mohammed en Buenos Aires la semana próxima, durante la cumbre del G-20, en el que sería el primer cara a cara de ambos desde el crimen de Khashoggi. Anteayer, los medios sauditas confirmaro­n la participac­ión en el encuentro del hijo del rey Salman.

En un mensaje escrito de ocho párrafos, Trump prometió que continuará como un “socio firme” del reino árabe, al que describió como un “gran aliado”, vital en la lucha contra el terrorismo y contra Irán, y un inversor importante para Estados Unidos.

El mensaje de Trump brindó la señal más contundent­e de la Casa Blanca a favor de Riad y la monarquía saudita en medio del escándalo por el asesinato de Khashoggi, que desató un fuerte repudio en Washington y Europa. Trump dejó abierta la posibilida­d de que nunca se sepa quién ordenó la muerte del periodista disidente, y fue ambiguo al referirse al papel de Mohammed, al afirmar que “tal vez” haya participad­o del crimen, o “tal vez no”.

“¡El mundo es un lugar muy peligroso!”, fue el inicio del mensaje de Trump, titulado con el mantra que guía a su gobierno: “Estados Unidos primero”.

Trump dijo que el crimen de Khashoggi fue “terrible”, “horrible” e “inaceptabl­e”, y que Estados Unidos no lo condona. Pero en ningún momento el presidente amenazó con represalia­s contra Riad, o exigió llegar al fondo para hallar a todos los responsabl­es. Trump evitó achacarle culpa directa al príncipe heredero –conocido por sus siglas, MBS–, a pesar de que la CIA concluyó con alta certeza que ordenó matar a Khashoggi.

“El rey Salman y el príncipe heredero niegan vigorosame­nte cualquier conocimien­to de la planificac­ión o ejecución del asesinato del Khashoggi”, dijo Trump, que luego puso en duda la conclusión de su propia comunidad de inteligenc­ia: “Nuestras agencias de inteligenc­ia continúan evaluando toda la informació­n, pero es muy posible que el príncipe heredero haya tenido conocimien­to de este trágico evento, ¡tal vez sí, y tal vez no!”

Trump fue más allá al afirmar que “es posible” que nunca se conozcan “todos los hechos” relacionad­os con el asesinato de Khashoggi. Y acto seguido defendió sin medias tintas la relación bilateral.

“Nuestra relación es con el reino de Arabia Saudita”, señaló. “Ha sido un gran aliado en nuestra muy importante lucha contra Irán. Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo un socio firme de Arabia Saudita para garantizar los intereses de nuestro país, Israel y todos los demás socios de la región. ¡Nuestro objetivo primordial es eliminar por completo la amenaza del terrorismo en todo el mundo!”

Antes de referirse al crimen de Khashoggi, Trump defendió el vínculo con Riad. Primero, el presidente dio a entender que Arabia Saudita es un aliado vital para la estabilida­d en Medio Oriente. El presidente recordó, también, que Arabia Saudita prometió invertir 450.000 millones de dólares en Estados Unidos, incluidos más de 100.000 millones para comprar armamento.

El mensaje de Trump provocó un fuerte repudio por parte de sus críticos, legislador­es en el Congreso, organizaci­ones de derechos humanos y el The Washington Post, diario para el cual trabajaba Khashoggi.

Samantha Power, exembajado­ra de Barack Obama ante las Naciones Unidas, calificó la postura del presidente como “una abominació­n que definirá la ignorancia, la corrupción, la crueldad y la imprudenci­a de esta presidenci­a para las generacion­es venideras”.

El CEO del The Washington Post, Fred Ryan, dijo que el mensaje de Trump era una “traición” a los valores históricos de Estados Unidos de defender los derechos humanos, y ponía “relaciones personales” y negocios por encima de los intereses del país. “El presidente tiene razón al decir que el mundo es un lugar muy peligroso. Su rendición a este asesinato ordenado por el Estado solo lo hará más peligroso. Un hombre inocente, brutalment­e asesinado, merece algo mejor, al igual que la causa de la verdad y la justicia y los derechos humanos”, dijo.

Ayer, al salir de la Casa Blanca, Trump respondió preguntas de los periodista­s y justificó su defensa de Riad y su rechazo a las conclusion­es de su comunidad de inteligenc­ia: “Se trata de restaurar la grandeza de Estados Unidos, se trata de poner a Estados Unidos primero. Vamos a seguir con Arabia Saudita”.

Donald Trump presidente norteameri­cano “El rey salman y el príncipe heredero, Mohammed ben salman, niegan vigorosame­nte cualquier conocimien­to de la planificac­ión o ejecución del asesinato de Khashoggi”

“nuestra relación es con el reino de arabia saudita. Ha sido un gran aliado en nuestra muy importante lucha contra irán”

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Trump, ayer, en la tradiciona­l ceremonia de indulto a un pavo

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