LA NACION

Investigan los negocios con el diseñador Di Doménico por una denuncia de lavado

Campillo y el referente de la moda fueron socios y buscan nexos con Muñoz en el exterior y en el país

- Candela Ini y Diego Cabot

Viajes por el mundo pasajes en primera clase, desfiles y vestidos italianos. Juan Manuel Campillo, el exsecretar­io de Hacienda de Santa Cruz y hombre de confianza de Néstor Kirchner que fue detenido ayer, y el diseñador fallecido Carlos Di Doménico llevaron una vida en pareja de lujos y negocios. Fueron socios en la moda, pero el origen del dinero que invertían se encuentra en el centro de las sospechas.

El juez Julián Ercolini y el fiscal Jorge Di Lello investigan desde junio a Campillo por lavado de dinero. Está hoy involucrad­o en la causa de los cuadernos de las coimas por estar vinculado al entorno de Daniel Muñoz, ya había sido señalado por una testigo en esa causa. La testigo es la italiana Anna Putrinno, quien trabajó para Campillo y Di Doménico hasta 2016.

Según Putrinno, la pareja inauguró un local en Punta del Este en 2013. Habían comprado telas y vestidos de alta costura en Dubai, en Milán y en la India. Ella los conoció en Milán, cuando era empleada en Ángelo Galasso, una tienda en la que Di Doménico y Campillo compraron ropa. Ella llegó al país en 2012 para trabajar junto a la pareja.

El negocio de la pareja consistía en comprar vestidos italianos con dinero que se guardaba en cuentas en Andorra y en Lugano, para traer a Buenos Aires y a Punta del Este de manera ilegal, y revender por cinco veces su valor. En 2014, según declaró la italiana, Campillo y Di Doménico viajaron a Lugano y concurrier­on al banco PKB para abrir una cuenta. Las autoridade­s del banco no permitiero­n a Campillo como titular por tratarse de una persona políticame­nte expuesta, y entonces la abrieron a nombre de Di Doménico. Putrinno fue autorizada como apoderada. Ella declaró desconocer el origen de los fondos.

En junio de 2015, después de casarse, la pareja viajó a Ibiza. Según declaró la italiana, en España Di Doménico conoció a un joven de 27 años y “perdió la cabeza”. Su humor cambió y echó de su casa a Campillo. Fue allí cuando Di Doménico comenzó a hablar de las actividade­s de Campillo y a decir que este era un “valijero” y que era dinero que este “se quedó” después de la muerte de Néstor Kirchner. Según la testigo, Di Doménico habría hablado, entonces, de 50 millones de dólares.

El dinero para comprar los vestidos no salía de la Argentina, sino de la cuenta de Lugano, o de una cuenta que Di Doménico abrió “a las apuradas” en Andorra, Una curiosidad: Di Doménico no quería facturar y Campillo “lo necesitaba para blanquear”.

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