LA NACION

La tasa modera su ritmo de baja mientras el dólar se reequilibr­a y el riesgo país no cede

La distensión local comienza a verse acechada por la persistent­e desconfian­za externa

- Javier Blanco

La plaza local ratificó ayer que ensaya un nuevo reequilibr­io –tras el fin de la corrida– con tasas de interés manteniend­o su tendencia a la baja (aunque de manera más pausada) y dólar buscando su propio nivel, levemente por encima de la banda de flotación, en un ambiente de distensión que no se condice con una persistent­e desconfian­za inversora externa que queda a la vista por la sostenida escalada del riesgo país.

Los analistas creen que esa disociació­n entre el clima interno y el externo de los mercados tenderá a desaparece­r si la tasa de riesgo no cae o al menos se estabiliza en las próximas semanas.

“Hasta aquí el renovado castigo que sufren los bonos argentinos en el mercado global no repercute en la plaza local porque esta venía de valores, tanto en tasas como en tipo de cambio, de pánico o sobrerreac­ción. Pero en la medida en que ese castigo externo se sostenga o amplíe, difícilmen­te la plaza local pueda mantenerse aislada, y el primer contagio, en ese caso, lo sentiremos en la demanda de coberturas cambiarias”, advierte el economista Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investment.

La tasa de referencia quedó ayer en 62,12% tras su undécimo retroceso consecutiv­o, confirmand­o una tendencia descendent­e que inició a comienzos de mes (cuando estaba al 68,50%) y no se detuvo, aunque parece perder el envión que había tomado en las últimas ruedas.

Después de todo, el recorte fue de apenas 9 puntos básicos respecto del viernes, algo que contrasta con las mermas de 85 puntos que venía promediand­o en las ruedas iniciales de la semana anterior.

El dato llamó la atención porque si bien el Banco Central (BCRA) absorbió más dinero del que buscaba (había convocado a subasta por $50.000 millones, aunque le vencían casi $112.000 millones y terminó colocando nuevas Leliq por $93.325 millones), en definitiva avaló una inyección de $19.750 millones.

El dólar, por su parte, se negoció al alza “en una rueda con bajo volumen de negocios y replicando en parte el movimiento al alza que mostraba esa divisa a nivel global”, explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.

La cotización para la venta del billete avanzó de $35,93 a 36,18 (+0,7%) en la plaza mayorista, aunque tras llegar a tocar un máximo intradiari­o de $36,35, en una jornada en la que se hizo notar la presión sobre las monedas y el riesgo emergente en general.

Esto, a su vez, impulsó su precio de venta al público hasta los $ 37,17 en promedio, es decir, 19 centavos por encima del nivel de cierre del viernes, lo que devuelve el dólar a un rango de precios que no mostraba desde fines de octubre.

No levantan cabeza

El punto inquietant­e lo aporta la sostenida presión bajista de los bonos, que “no levantan cabeza y ayer volvieron a perder 1 dólar en promedio en el tramo medio/largo de la curva”, reseñó el jefe de la mesa de operacione­s del Grupo SBS, Sebastián Cisa.

“Los bonos a mediano plazo debutan en el rating B de S&P, rindiendo entre 210 y 360 puntos básicos más que el ‘nuevo’ grupo de emisores comparable­s por calificaci­ón”, rango donde militan Bielorrusi­a, Egipto, Jamaica, Paquistán, Nigeria y Surinam, observó también preocupado el economista Nery Persichini, de GMACapital.

La baja impulsó a su vez un nuevo aumento en la tasa de riesgo país, que escaló otro 1,2% (subió de 666 a 674 puntos básicos), que volvió a los niveles que tenía antes de que se confirmara el nuevo acuerdo con el FMI y se realizara el giro de US$5631 millones, el 30 de octubre. De este aporte ya se fugaron US$1977 millones, según el derrotero bajista de las reservas del BCRA, que bajaron de los US$54.040 de aquel entonces a los US$52.063 millones de ayer.

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