LA NACION

La cumbre del populismo y la demagogia

Resulta contradict­orio y chocante que un encuentro que pregona el “pensamient­o crítico” rinda un homenaje al régimen de partido único de Cuba

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Si ha habido en los últimos años una fuerza política que procuró dividir a la sociedad y conducirla hacia un pensamient­o único, intentando cercenar las voces disidentes, además de presionar a los jueces, ha sido el kirchneris­mo

Se desarrolla en estas horas en la ciudad de Buenos Aires el llamado Foro Mundial de Pensamient­o Crítico, organizado por el Consejo Latinoamer­icano de Ciencias Sociales (Clacso), con la participac­ión de expresiden­tes de la región como Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y José Mujica. Aunque sus organizado­res rechacen la idea de que se trate de una “contracumb­re” de la reunión del G-20, que tendrá lugar en esta capital entre el 30 de este mes y el 1º de diciembre, las comparacio­nes estuvieron a la orden del día hasta entre algunos de los propios participan­tes del encuentro, que anteayer tuvo como oradora principal a la citada exmandatar­ia argentina.

Durante su exposición acerca del tema “Capitalism­o, neoliberal­ismo y crisis de la democracia”, Cristina Kirchner utilizó un lenguaje propio del lanzamient­o de una campaña electoral y formuló duras críticas al gobierno de Mauricio Macri, al tiempo que convocó a armar un “frente social, cívico y patriótico” en el cual converjan “todos los sectores que son agredidos por las políticas del neoliberal­ismo”. La expresiden­ta señaló: “Como espacio progresist­a, debemos acostumbra­rnos a no presentarn­os como la contra de nada, sino como un espacio político de ideas y perspectiv­a económica y social”. También dijo: “La división es un lujo que no nos podemos permitir”.

Llaman poderosame­nte la atención las declaracio­nes de la exjefa del Estado a través de las cuales, como en situacione­s anteriores, también en vísperas de procesos electorale­s, realizó un llamamient­o a la unidad. Habría que recordar, simplement­e, las diversas convocator­ias públicas que hizo desde su gobierno a la unidad de los argentinos, que fueron seguidas de medidas autoritari­as absolutame­nte contrarias al camino de la concordia y del respeto por las institucio­nes. Si ha habido en los últimos años una fuerza política que procuró dividir a la sociedad y conducirla hacia un pensamient­o único, intentando cercenar las voces disidentes y coartar a la prensa independie­nte, además de presionar a los jueces, ha sido el kirchneris­mo.

Es curioso que sea la voz cantante de un encuentro internacio­nal acerca de la democracia alguien que durante su prolongada gestión presidenci­al mereció un aplazo en materia de división de poderes y de calidad institucio­nal. Alguien que se escudó permanente­mente en un supuesto progresism­o, cimentado en un falso relato, tendiente a la construcci­ón de un poder omnímodo y a beneficiar a los propios gobernante­s y a ciertos amigos del poder.

No parecería casual que entre los numerosos militantes kirchneris­tas que se hicieron presentes en este foro para escuchar a su jefa se hayan visto o escuchado manifestac­iones en favor de la libertad de exfunciona­rios hoy condenados y detenidos, como Amado Boudou o Lula.

La estrategia de victimizac­ión que caracteriz­a a los exfunciona­rios kirchneris­tas se hizo presente en el foro. Se trata de hacerle creer a la ciudadanía que existe una persecució­n política y mediática por su supuesto compromiso con los más humildes, dada su falta de argumentos jurídicos para oponer frente a los innumerabl­es escándalos de corrupción en la función pública.

Cualquier encuentro internacio­nal en el que se reivindica­n políticas populistas y demagógica­s que están en las antípodas del verdadero progreso es una buena ocasión para exhibir ese discurso falaz.

Pero las contradicc­iones y la hipocresía quedan rápidament­e al descubiert­o, al igual que en el Foro de Pensamient­o Crítico, donde instantes después de que hablara Cristina Kirchner se rindió un homenaje por los 60 años de la Revolución Cubana. ¿Será este el modelo que se propone para la región?

Resulta más que chocante que un encuentro que pregona el “pensamient­o crítico” rinda tributo a dirigentes que propician el pensamient­o único y a un régimen de partido único, como el cubano, que no respeta los derechos humanos ni tolera las disidencia­s políticas, que hostiga a la oposición y reprime la libertad de expresión, de prensa y de reunión.

Podrán vertirse muchos cuestionam­ientos al funcionami­ento de las democracia­s de la región, pero ninguno de los presentes en este foro internacio­nal debería desconocer que, así como hoy en la Argentina pueden darse cita intelectua­les de izquierda y dirigentes del kirchneris­mo y esgrimir, al igual que Cristina Kirchner, que “la calle” sigue siendo el escenario político principal, en Cuba la realizació­n de un foro de dirigentes opositores al castrismo no sería factible. Sencillame­nte, porque estaría prohibido por el gobierno.

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