LA NACION

Terminó un 2018 negro, pero el derrumbe de la selección continúa

Ofreció en Rusia una de las peores tareas en la historia de los Mundiales, Messi sigue lejos y a los dirigentes no les interesan los proyectos

- Cristian Grosso

MENDOZA.– La selección ofreció en Rusia una de sus peores actuacione­s en la historia de los Mundiales. Lionel Messi se marchó y nadie se atreve a asegurar que volverá. Lionel Scaloni es el 10° entrenador desde 2004 y la AFA apostará por su inexperien­cia, pero a la vez asegura que trabaja en la construcci­ón de un proyecto 2018-2028 que nadie explica y pocos se interesan por preguntar. La selección se derrumba en el ranking FIFA. A los dirigentes no les interesa la selección ni disimulan sus parodias para rechazar una convocator­ia. Hay que rebajar el precio de las entradas o hasta regalarlas para que los hinchas vayan a la cancha. Y el más grave síntoma de abandono: algunos futbolista­s ya no se desviven por pertenecer.

El triunfo por 2 a 0 es anecdótico. Pasaron 143 días desde la eliminació­n de la Argentina del Mundial de Rusia y cuando se agota el tiempo que la misma AFA se concedió, la refundació­n será sostener el plan de contingenc­ia. Scaloni fue una solución de apuro para ir con el Sub 20 a L’Alcudia, un parche ante los compromiso­s de la mayor y nuevamente una salida de emergencia de aquí en adelante. Un ciclo interino revestido de continuida­d por descarte, una oficializa­ción que probableme­nte llegará el próximo jueves 29 en la reunión del comité ejecutivo. Para envolver de colegiada una maniobra unipersona­l de Tapia.

La AFA no hizo nada hasta acá y tampoco nadie alzó la voz, como si la selección aceptara su condición de satélite sin prioridade­s. “Quere selección mos un proyecto de diez años, del 2018 al 2028, y en esa dirección trabajamos”, advirtió claudio Tapia el 1° de agosto. ¿Qué ocurrió desde entonces? El Área de Desarrollo de la AFA elabora un programa y los dirigentes se llevaron a sus clubes un bosquejo el 30 de agosto pasado. Nadie lo ha explicado desde entonces, ni ningún directivo se ha ocupado por preguntar. Nadie llamó a los notables, los exentrenad­ores y campeones del mundo que iban a ser escuchados. Ni los llamarán. Nunca fue la idea.

La AFA se encarceló desde su inacción y el abanico de candidatos de jerarquía se agotó. Uno a uno. Diego Simeone y Mauricio Pochettino jamás estuvieron cerca. Tampoco Marcelo Gallardo: si hasta su padre se encargó de ventilar en los medios la aversión que le provoca a su hijo la conducción de la AFA. José Pekerman no aparecía en el radar de la AFA, y él tampoco contemplab­a entre sus desafíos volver al lugar del que eligió irse. Una situación similar a la de Gerardo Martino. Ricardo Gareca, Matías Almeyda y Jorge Almirón se cansaron de esperar una señal y siguieron adelante.

El año pasado, cuando vino con venezuela a jugar por una de las últimas fechas de las eliminator­ias, su técnico, Rafael Dudamel, se sorprendía por una particular­idad que le parecía el mundo del revés: en menos de dos años se había enfrentado tres veces con la Argentina y en el banco albicelest­e siempre lo había saludado un entrenador diferente: Martino, Bauza y Sampaoli. Impertinen­te para una pretendida de élite. Si en lugar de México, el adversario de esta serie hubiese sido el conjunto vinotinto, Dudamel hubiera estrechado su mano con un cuarto colega porque la AFA mantuvo su inercia.

Ya Tapia, el secretario de seleccione­s Jorge Miadosqui y cualquiera en la AFA se atreven prácticame­nte a confirmar que seguirá Scaloni. Hace un par de meses, la nacion anticipaba que habían comenzado a crecer las acciones del exvolante de Pujato. Descabezad­os los apellidos ilustres y alentado también por las declaracio­nes públicas del ala renovadora de los futbolista­s, el interino se fortaleció. Una fuente de la AFA le confirmó a la nacion: “Scaloni aporta tranquilid­ad. A no ser que haya una catástrofe en algún amistoso…, nadie puede descartarl­o para 2019”.

Pasaron los seis amistosos y no hubo catástrofe. Triste consuelo, porque entonces el tema se vuelve circular: la extensión del mandato de Scaloni es una derrota estructura­l, la confirmaci­ón de que la AFA nunca trabajó seriamente en la búsqueda del reemplazan­te de Sampaoli. ¿Por qué nadie quiso dirigir a la selección? Probableme­nte el primer párrafo encierre la respuesta.

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M. aguilar Meza jugó en Mendoza y fue parte del fracaso de rusia

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