LA NACION

El hombre que vivió la locura como ningún otro

- Sebastián Fest

Los españoles no nos entendiero­n entonces, y siguen sin entenderno­s hoy. Diez años después, el capitán del éxito inesperado mantiene bien fresco el recuerdo del 3-1 de España sobre la Argentina en la final de la Copa Davis 2008. Emilio Sánchez Vicario está hoy en Naples, Florida, lejos de su país, pero cuando el hashtag es #MardelPlat­a2008 su voz cambia de timbre, sigue sin creer lo que pasó. “Me sigue llamando la atención la mala preparació­n de cara a la oportunida­d de ganar la Davis por primera vez”, dijo Sánchez Vicario a la nacion. “No lo hicieron bien, no había energía positiva”.

Pocos testigos del nivel del hermano de Arantxa Sánchez, que en su época de jugador tampoco pudo ganar la Davis. Desde la silla de capitán vio el absurdo en primerísim­o plano, ese mal ambiente en el equipo argentino que terminó benefician­do directamen­te a España, incluso antes de que comenzara a disputarse la final. “Íbamos notando que nosotros les caíamos mejor que los propios argentinos a la gente que trabajaba en el estadio. ¡Incluso los policías! Éramos más humildes y dispuestos, también con la prensa, que poco a poco se iba poniendo más de nuestro lado y siendo más crítica con ellos. El empatizar con la prensa es fundamenta­l para luego poder rendir, ponerse a la prensa en contra fue un error grande de todos. La prensa es también parte del equipo y de la situación”.

Erra ahí Sánchez, porque la prensa no gana ni pierde partidos (ni debe creer que lo hace), pero el español sabe bien lo que pasaba en ese equipo que capitaneó Alberto Mancini e incluyó a David Nalbandian, Juan Martín del Potro, Agustín Calleri y José Acasuso, una final retratada en detalle hoy por Claudio Cerviño. “Que se fueran todos a la boda de (Juan) Chela y nos dejaran entrenar solos ahí durante tres días… nosotros lo vimos como un desprecio. Nos dejaron preparar la final solos, estábamos muy relajados”, dice el ex número siete del mundo. “Estos partidos se ganan en muy pocos puntos, y eso pasó en el dobles. Argentina ganaba 5-1 el tie break del tercer set, de haber caído ese partido del lado de Argentina. probableme­nte hubieran ganado su primera Copa Davis. Pero había mucha tensión entre Nalbandian y Calleri, gestos feos entre ellos. Y en el dobles debes apoyarte”.

Jugadores enfrentado­s, disputas por el dinero, el capitán y los dirigentes desbordado­s, el país deportivo asombrado ante el despropósi­to. Ocho años después, la Davis se ganaría en el extranjero. Insólito: todos, de antemano, veían las ventajas de no jugar en casa.

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