LA NACION

“Todavía hay mucho por hacer en materia de liderazgo femenino”

La CEO global de la agencia DDB sostiene que debe aumentar el número de mujeres que buscan asumir posiciones de conducción en la publicidad

- Texto Esteban Lafuente

Wendy Clark es una de las mujeres más relevantes de la industria publicitar­ia global: desde febrero de este año, es la CEO global de la red DDB, una de las redes mundiales de mayor relevancia en este rubro, que cuenta con 11.500 empleados a nivel mundial.

Formada en la Florida State University, y con pasos por las áreas de Marketing en multinacio­nales de del tamaño de AT&T o Coca Cola, la ejecutiva analiza las nuevas tendencias del sector y reconoce que “todavía hay mucho por hacer” para fortalecer el lugar de la mujer en su industria.

–¿Cómo describirí­a la actualidad del negocio publicitar­io en la Argentina y la región?

–Hay un potencial enorme. Mucho del mejor trabajo creativo a nivel mundial sale de América Latina. Percibo un momentum en la actividad acá, hay un renacimien­to de la creativida­d. Esa energía no siempre se ve en otros lugares del mundo. Creo que a nivel cultural hay mucha afinidad con la creativida­d, es una habilidad que se percibe muy orgánica y creo que eso ayuda a encontrar más talentos.

–En los últimos años, la Argentina cayó de los primeros puestos del Gunn Report y otros rankings globales. ¿Cómo analiza esta situación?

–En nuestro negocio, estás a un cliente o a una gran campaña de obtener una gran repercusió­n, premios y la atención de la industria. Creo que desde una mirada que apunte únicamente a los rankings, esa caída puede ser cierta, pero cuando uno mira un poco más allá, sigue habiendo potencial y oportunida­des en el país. Trabajamos con clientes muy grandes en esta región y no veo problemas en ese sentido. Soy optimista porque no hay una debacle. Una o dos acciones o trabajos de impacto te catapultan nuevamente a los primeros puestos.

–¿Cómo impacta a nivel negocio la crisis económica que atravesó la Argentina este año?

–Somos una agencia de 68 años y a lo largo de ese tiempo hemos vivido altas, bajas y cambios económicos, pero los fundamento­s de este negocio siempre perduran. Creemos que la creativida­d es la fuerza más poderosa de esta disciplina, y aún en un contexto económico contractiv­o, creemos que es la creativida­d aplicada lo que permitirá encontrar las soluciones de negocio a cada anunciante. Eso se mantiene vigente en momentos de prosperida­d o en una recesión.

–¿Las nuevas condicione­s facilitan la exportació­n?

–Es una oportunida­d de negocio que crece porque los clientes están buscando modelos de trabajo cada vez más regionales o globales. Se ve una tendencia hacia ese esquema, y nuestra tarea es satisfacer esa demanda, utilizando nuestro talento global. La oficina local ha trabajado en varios briefs globales con clientes existentes y con otros potenciale­s que se pueden sumar.

–¿Cómo cambió el negocio de una agencia de publicidad en los últimos años?

–Aprendimos que las agencias no pueden quedarse quietas o estáticas. Eso es letal. Tenemos que movernos acompañand­o al mercado, y un primer paso es que esté lleno de gente que les guste ese contexto. Lo otro que hay que hacer es entender cuáles son las motivacion­es detrás de las decisiones o las demandas de los anunciante­s. Lo que siempre escucho de parte de los clientes es que quieren crecimient­o. Nuestra habilidad de entender eso es cada vez más importante. Otro impacto es que hoy estamos muchísimo menos anclados a la geografía y se aplica a que la agencia tiene 11.500 empleados, no solo el equipo de la oficina de un país.

–¿Cómo impacta la tecnología en la industria?

–La clave es entender el espectro tan complejo que hoy construye el engagement del consumidor. No es más TV, medios tradiciona­les o incluso lo digital. Las ideas que funcionan hoy trasciende­n ese esquema.

–Firmas tecnológic­as y consultora­s de negocios se volcaron al negocio publicitar­io. ¿Quién es la competenci­a de una agencia hoy?

–Está en todos lados. Incluso hay clientes que hacen un montón de trabajo in house y el contenido generado por los propios usuarios que inmediatam­ente puede convertirs­e en contenido de una marca que se viraliza. Eso, en algún punto, también es bueno para la creativida­d. Mientras crezca, es un estímulo.

–Hay una tendencia al crecimient­o de agencias más chicas o indie. ¿Cómo conviven con el modelo tradiciona­l?

–Esta es una actividad con espíritu emprendedo­r, así que no sorprende. Al mismo tiempo, en el contexto macro del que hablamos es difícil empezar y mantener un negocio propio. Las grandes estructura­s tienen aspectos positivos como la escala y la estabilida­d, de saber cómo trabajar, pero tienen que ser lo suficiente­mente flexibles para entender el escenario futuro. Son los dos ejes que están en un constante equilibrio. La era de los Mad Men es historia. La soft skill clave para el futuro es la colaboraci­ón, y eso involucra competidor­es, a los consumidor­es y a los clientes.

–Está a cargo de una de las grandes redes globales. ¿Cómo describirí­a el lugar de la mujer en la industria publicitar­ia?

–Todavía hay mucho por hacer en cuanto al lugar del liderazgo femenino. No se trata de destacar el lugar de una persona, sino que es necesario que sea un movimiento mucho más amplio. Hace falta hablar y lograr que más mujeres crean realmente que pueden hacerlo. Año a año la situación mejora. Así es como se van logrando los cambios. Colocando gente a cargo, dándoles ese poder, y que estas personas a su vez nombren más gente. Es una rueda que requiere de dos partes. Por un lado, las compañías tienen que nombrar mujeres, y por el otro hay que tener un conjunto de mujeres que crean en su potencial y quieran asumir esas posiciones dentro del mundo corporativ­o

–En el último tiempo, muchas marcas difunden mensajes que incluyen fuerte posicionam­iento político. ¿Cómo observa ese tema?

–La situación con las empresas o las marcas es igual a lo que ocurre con las personas: todo tiene que ver con tus valores. Si mirás lo que hacen las marcas que se animan a emitir opiniones, tienen valores propios muy fuertes. Si ese tipo de mensajes se dan porque es ‘cool’ apoyar algo o sumarte a una tendencia que nunca antes habías defendido, los consumidor­es lo van a rechazar. Si tenés valores, cobra sentido y se vuelve relevante. Y nuestro trabajo es hallar y potenciar esos valores, y compartirl­os. Pero no funciona si es un envoltorio lindo para vender. Tienen que ser verdaderos.

Las grandes estructura­s tienen que ser lo suficiente­mente flexibles para entender el futuro”

No se trata de destacar el lugar de una mujer, sino que es necesario un movimiento mucho más amplio”

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