Una rara heroína que divierte
ALGO CELOSA ★★★ (JALOUSE, FRANCIA, 2017). GUION Y DIRECCIÓN: David y Sthéphane Foenkinos. FOTOGRAFÍA: Guillaume Deffontaines. MONTAJE: Virginie Bruant. ELENCO: Karin Viard, Dara Tombroff, Anne Dorval, Bruno Todeschini. DISTRIBUIDORA: Energía Cine. DURAC
Nathalie (Karin Viard) está enojada con la vida. Más que enojada, está rabiosa. Desde su divorcio e inminente menopausia, la vida le confirma que todo tiempo feliz ha pasado y que ahora solo le queda el fracaso y la decrepitud. Sin embargo, frente a ello no se deprime sino que despliega un muestrario de ingeniosas crueldades para confirmarle al mundo que no va ser la testigo silenciosa de una felicidad que se le escapa. Si bien realiza comentarios insidiosos sobre su colega, amarga el matrimonio de su amiga, maltrata con una sonrisa a sus vecinos, el blanco de esa corrosiva inquina es su bella y joven hija. A la que quiere con devoción, por supuesto. Pero su inconsciente la traiciona una y otra vez y la convierte en una versión tragicómica de esas villanas de melodrama que eran capaces de las peores cosas por amor.
Si Algo celosa funciona pese a lo irritante que resulta su protagonista es porque los directores David y Sthéphane Foenkinos están siempre de su lado, incluso en el patetismo de sus derrotas. Por más simpáticas y amables que sean sus víctimas, Karin Viard concibe a su Nathalie como una extraña heroína que habita en la delgada frontera entre la comprensión y la farsa. La puesta en escena es convencional y algunas de las situaciones cómicas son previsibles, pero Algo celosa funciona a partir de un personaje que no intenta caernos bien, ni cree que la comedia necesite de ello para conseguir las risas.