Con su fachada intacta, el Teatro Nacional Cervantes presentó su temporada 2019
Muchos reestrenos, visitas internacionales, un ciclo de homenaje a Alberto Ure, lo nuevo de Federico León, la presencia de Capusotto y estrenos de dramaturgos del interior del país
“El balance es superpositivo”, dice Alejandro Tantanián, director del Teatro Nacional Cervantes, después de repasar la actividad que se desarrolló en la emblemática sala de la calle Córdoba al 800 durante 2018. El final del año lo encuentra muy satisfecho con lo realizado y muy entusiasta con el proyecto que, junto a su equipo de curadores, preparó para la próxima temporada y que presentó ayer.
Los datos que aporta resultan muy atractivos. Al cabo del año se hicieron 544 funciones y un 70% de ellas tuvieron las localidades agotadas. Los espectáculos presentados fueron vistos por 100.000 espectadores y en ellos estuvieron involucrados 471 artistas. “Las diversas propuestas fueron muy aceptadas por el público –aclara–. Hay algo que se empezó a armar el año pasado, que en este se consolidó y tiene que ver con que el teatro entró en el horizonte del espectador y la gente viene y nos sorprende también. El público que ya venía siguió viniendo, lo cual está bueno y a ellos se agregaron otros espectadores. Un poco por las propuestas estéticas y a otros los fuimos a buscar. Ahora hay que mantener el fuego para que no se apague. El lugar está como imantado. La gente que viene encuentra cosas que le interesan. Incluso con las que puede discutir”.
A lo largo de estos años la gestión de Tantanián siguió los lineamientos que desarrolló en una especie de manifiesto que dio a conocer cuando inició su trabajo al frente del Cervantes. Entre los más importantes se destacaban cuestiones como “desafiar los modelos dominantes, estar atentos a lo que sucede en términos sociales y políticos en la sociedad, buscar la especificidad del teatro oficial que no es la del independiente ni la del teatro comercial”. Todas esas líneas siguen formando parte del caldo de cultivo que sostendrá la programación hasta 2019. El director tiene previsto modificar ciertas pautas a partir de 2020 que pensará con nuevo equipo de curadores.
Durante la próxima temporada presentará una serie de “acciones”, como le gusta llamarlas, que mostrarán la creatividad de teatristas dispuestos a encarar proyectos de cualidades muy diferentes, a los que se agregarán una serie importante de reposiciones.
Si en 2017 la programación se abrió con Integral Pavlovsky y en 2018 con Marx nace, el próximo año será el turno de La asamblea
de las mujeres (parafraseando el título de la pieza de Aristófanes), una experiencia que se desarrollará el 23 de marzo, entre las 11 y las 23, y en la que se abordará el tema del feminismo a través de charlas, debates y performances.
Dos experiencias muy opuestas se estrenarán en la sala María Guerrero. Primero será el turno de Yo escribo, vos dibujás, un proyecto que dirigirá Federico León y que se presentará solo durante tres semanas en marzo. Luego será el turno de Edipo Rey, una versión de la obra de Sófocles que el director Alberto Ure dejó inconclusa, y que este año completaron Cristina Banegas y Esteban Bieda. Tendrá su estreno en abril y los roles protagónicos serán asumidos por Guillermo Angelelli y Elvira Onetto. La dirección estará a cargo de Banegas.
Este será el centro del denominado Foco Ure, que permitirá homenajear al creador a través de mesas redondas, la proyección de video de sus distintas puestas y la publicación de un libro con textos que dan cuenta del método de trabajo que tenía el director.
Durante el año se sumarán los siguientes estrenos: Tadeys, la novela de Osvaldo Lamborghini, protagonizada por Diego Capusotto, será recreada según la versión y dirección de Albertina Carri y Analía Couceyro. Una interesante pieza de Susana Torres Molina, Un domingo en familia, será llevada a escena bajo la dirección de Juan Pablo Gómez; Testimonios para invocar a un viajante, de Patricio Ruiz, contará con dirección de Maruja Bustamante, y el texto ganador del concurso de dramaturgia que el Cervantes organizó con Argentores, Adela duerme serena, del joven autor Teo Ibarzábal, tendrá su estreno sobre finales de año. Aún no está confirmado su elenco ni su director.
La temporada tendrá las siguientes reposiciones: La madre del desierto, de Nacho Bartolone;
En lo alto para siempre, de Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas; El hombre que perdió su sombra, de Eleonora Comelli y Johana Wilhelm; 5SM (Shakespeare Material), creación y dirección de Laurent Berger; Tiestes y Atreo, dirección de Emilio García Webhi; Escritor fracasado, de Roberto Arlt en versión de Marilú Marini y Marcelo Velázquez, y Sagrado bosque de monstruos, dirigida por Alejandro Tantanián.
En mayo se presentará una nueva edición del ciclo Tintas Frescas, que posibilitará divulgar la creación de autores argentinos y franceses.
La temporada internacional tendrá un evento proveniente de Suiza. En septiembre se presentará La inhumana. Se trata de una improvisación musical sobre una película muda de Marcel L’Hebier, creada en la década del 20. En noviembre llegarán a Buenos Aires los performer libaneses Rabin Mroué y Lina Saneh, quienes presentarán tres experiencias.
Dentro del marco del proyecto El Cervantes produce en el país se concretarán los estrenos de Gioconda: viaje al interior de una mirada, de Sebastián Villar Rojas (Rosario); Los descendientes, de Julia Lavatelli (Tandil), y Jamlet de Villa Elvira, de Blas Arrese Igor (La Plata).
Según destaca el director del Cervantes, la cantidad de estrenos previstos para 2019 es igual a la de este año, y respecto de las reposiciones aclara: “Tenemos una decisión clara de poder llevar adelante un repertorio. Generar una idea de repertorio con nuestra propias producciones”. Y agrega: “Las temporadas de cada obra serán un poco más breves porque tenemos más propuestas. Nos sentimos obligados a hacer la mayor cantidad de cosas para que más cantidad de gente tenga un trabajo y puedan acceder a tener un sueldo en este teatro. Esa es una forma de devolver cierto grado de excepcionalidad que tenemos a la comunidad artística. Nunca es suficiente. Haber contratado a casi 500 artistas este año es muy significativo. Esto para mí es como una obsesión”.
El presupuesto previsto para 2019 se ha incrementado en un 33%. En 2018 fue de 272 millones de pesos y el próximo será de 361 millones de pesos.
El presupuesto previsto para 2019 se incrementó en un 33 por ciento