Divide a la Justicia el pago de Ganancias
El presidente de la Corte recibió quejas por el fallo que alcanza a los jueces
En su discurso ante 500 jueces, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, les reclamó ser más eficaces, transparentes y modernos. Sin embargo, el titular del máximo tribunal se encontró con una ola de quejas por el reciente fallo que obliga a los magistrados nuevos a pagar el impuesto a las ganancias.
El clima en la cena anual de la Asociación de Magistrados estuvo atravesado por la discusión en lo relativo al pago del tributo. “Todo cambio implica afectar intereses creados”, dijo Rosenkrantz en un tramo de su discurso.
El presidente de la Corte votó con sus colegas, y ahora el Gobierno negocia con los jueces para que el alcance del impuesto sea para todos los integrantes del Poder Judicial. Pero las conversaciones con la Casa Rosada están “estancadas” por diferencias de criterio para aplicar los descuentos.
Las asociaciones de Magistrados y de Fiscales rechazaron la propuesta del oficialismo para que tributen quienes accedieron al cargo en 2017, al considerar que no asegura la intangibilidad salarial y atenta contra la carrera en el Poder Judicial.
Al cerrar la cena anual de la Asociación de Magistrados y ante más de 500 jueces de todo el país, el presidente de la Corte Suprema de Justicia Carlos Rosenkrantz les reclamó a los jueces que cambien ante las demandas sociales por mayor transparencia, eficacia y modernidad.
El mensaje de Rosenkrantz, en el momento de los brindis, al filo de la medianoche de ayer tras una cena ofrecida en el Hotel Alvear Icon de Puerto Madero, fue recibido con un tibio aplauso por los magistrados, que minutos antes habían pronunciado discursos tratando de justificar su mala imagen ante la sociedad, reclamándole a ella una mayor comprensión y quejándose porque deben pagar el impuesto a las ganancias.
“La sociedad ha puesto sobre nosotros demandas difíciles de honrar y satisfacer. Nos reclama mayor eficacia, transparencia y modernidad. Estos pedidos requieren de nosotros que hagamos cambios y no seamos autoindulgentes”, les dijo Rosenkrantz, en una frase que chocó con los discursos de la presidenta saliente de la Asociación, la jueza María Lilia Díaz Cordero, y el recién asumido juez Hernán Monclá.
Rosenkrantz no usó eufemismos. “Todo cambio implica afectar intereses creados”, les dijo. Y remarcó: “Para cambiar, los jueces buenos debemos constituirnos en red para hacer posible ese cambio, no importan los costos personales e institucionales que debamos pagar”.
“Brindo por jueces independientes con autoridad y sin poder, con capacidad para interpretar el cambio que la Argentina necesita de sus jueces para sentirse orgullosos de ellos. ¡Salud!”, exclamó el juez y alzó su copa. Los aplausos fueron como un murmullo apagado.
El clima estuvo atravesado por la discusión por el pago del impuesto a las ganancias y el reciente fallo de la Corte que posibilitó que los jueces nuevos, que llegan a la magistratura desde el Poder Judicial paguen. Son un centenar los que jueces que ahora deben abonar el tributo.
Rosenkrantz votó con sus colegas y ahora el Gobierno negocia con los jueces para que todos paguen ese impuesto, los nuevos y los viejos, aunque en menor medida.
Minutos antes de comenzar la cena, la jueza Díaz Cordero había resumido sus éxitos: “Mantuvimos nuestra inveterada postura respecto del desmembramiento de la Justicia Nacional, la intangibilidad de las remuneraciones, el respeto a la carrera judicial, la independencia de los jueces” y dijo que los “angustiaba” la situación de los secretarios que deben pagar Ganancias. Dijo que es una “auténtica confiscación” de sus ingresos, y provoca una situación de desigualdad”, afectando la intangibilidad del salario en desmedro de la independencia. Fue interrumpida por sonoros aplausos.
“No somos perfectos, pero de ninguna manera somos los que refleja la imagen distorsionada que se pretende mostrar”, se escudó la jueza. Y dijo: “Siempre podremos ser mejores y eso lo intentamos todos los días. También podemos actuar equivocadamente. Pero lo que no toleramos es el ejercicio espurio de la función judicial.
A su turno, el presidente entrante Monclá dijo que la Justicia ha intentado estar a la altura de lo que le reclama la sociedad. Habló de la necesidad de salarios dignos y dijo que sería inconveniente si desde la política se pretende “echar por tierra la tranquilidad económica mínima” de los jueces.
Monclá, juez de la Cámara Comercial, le advirtió al Gobierno que no busque “ahondar” un enfrentamiento con el Poder Judicial “para lograr una mejora en su imagen, a costa del derrumbamiento de la nuestra” o “una herramienta de presión” siguiendo “intereses subalternos”.
“Si la solución que se pretende desde la política consiste en echar por tierra la tranquilidad económica mínima que debe asistir a quien asume la difícil tarea de disponer del honor, la libertad y la propiedad de sus semejantes, lejos de propiciar una solución, claramente estaríamos generando un nuevo inconveniente”, aseguró.
Monclá reclamó “asegurar la dignidad de la remuneración” y un “sistema más justo” precisamente para la Justicia. “Mucho se ha hablado por estos días de la aplicación del régimen del impuesto a las ganancias. Lo que algunos ven o intentan hacer ver como privilegios personales, en rigor, de verdad se trata de garantías en favor del conjunto”.
Las mesas estaban cubiertas por jueces de la Casación y de tribunales orales, pero se hizo evidente la ausencia de los jueces federales de primera instancia de Comodoro Py 2002. No fue ni uno. Sí se destacó la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado. El ministro de Justicia, Germán Garavano, que quiere que todos paguen el impuesto, llegó a las 21 a saludar y se fue. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se quedó a cenar.
Monclá llamó al diálogo para solucionar los problemas y brindó también por una Justicia independiente con los recursos que le permitan hacerlo. Hubo una lluvia de aplausos.