Barros schelotto dijo adiós a boca
“Me quiero ir en paz con el hincha”, señaló el Mellizo
“El club tenía que tomar una decisión. No se me fue el dolor en estos días, pero lo mejor para Boca es empezar el año haciendo un cambio. Buscando un nuevo cuerpo técnico y empezar de nuevo. No quiero despedirlo, porque yo sé que es un hasta pronto”. Con esas palabras, Daniel Angelici dio por finalizada la historia entre Boca y Guillermo Barros Schelotto. Fue de la manera que se preveía: sin renovar el vínculo, sin despido ni renuncia: con una salida elegante.
Angelici agregó a modo de balance: “Pasaron varios días. Asumí con mucho dolor y tristeza no haber logrado el objetivo de ganar la séptima Copa Libertadores. Desde el club, su Comisión Directiva, el cuerpo técnico y los jugadores, se hizo todo lo que estaba al alcance. Muchas veces no se valora llegar a la final”, inició el presidente. Sus mensajes fueron de constantes flores para un entrenador que estuvo al mando del primer equipo durante dos años y nueve meses. Y que ganó dos títulos locales, aunque no pudo con el gran objetivo internacional: “No estaba en mi cabeza no traer la Copa de nuevo al club, incluso cuando supe que el rival era River. A Guillermo lo conocía, como jugador nos dio mucho. También sabía de su calidad humana, también la de Gustavo. Por eso le quiero agradecer, en un sentimiento amargo que tengo. Por haber logrado el bicampeonato y haber peleado hasta el final la Libertadores. Ellos, más que nadie, querían ganarla. Pero estoy seguro que esto es un hasta pronto”.
Cuando llegó el turno de Barros Schelotto, la emoción en él empezó a sentirse. Su mirada se perdía en las instalaciones. Como no queriendo olvidarse de ningún detalle. Habló con los ojos llorosos, pero con la voz firme: “Le quiero agradecer a la dirigencia, a los empleados, a los jugadores. Y le agradezco al hincha por cómo me trataron estos tres años, más allá de ganar o de perder. Me voy con la tranquilidad de haber dejado todo. No tengo palabras para describir lo que sentí cuando llenaron la Bombonera y cuando nos despidieron. El amor fue muy grande, sobre todo este último mes”.
Él mismo se hizo cargo de que la conferencia no contenga preguntas: “Les quiero agradecer también a ustedes, los periodistas. Tuvimos idas y vueltas, discusiones. Pero hoy me quiero ir en paz. No quiero tener razón. Habrá muchas preguntas, pero prefiero no contestarlas hoy”.
¿Cómo vivió Barros Schelotto su último día como DT de Boca? El Salón Filiberto de la Bombonera fue testigo de un hombre golpeado: el dolor de alguien tan querido y exitoso como jugador pero que se retiró como entrenador con apenas un tibio aplauso final.
El ahora extécnico xeneize había sido convocado para que este viernes llegue al estadio para dar, en conjunto con el presidente, la conferencia que anunciaría su desvinculación. No estaba confirmada su presencia: todo quedaba en él. Pese a seguir masticando la frustración de haber perdido la final ante River, fue un señor y se presentó. Y antes de llevar a cabo lo que fue un monólogo de ambos protagonistas, se acercó a las oficinas del presidente para terminar bien la relación, tanto personal como contractual.
Su caminata por los pasillos de la Bombonera fue con los ojos brillosos. Guillermo se fotografió con periodistas, empleados y algunos directivos. Y cerca de las 17 se retiró del estadio en el auto de su hermano: Gustavo fue el conductor tanto en la llegada como en la salida. Lo más fuerte estuvo ahí, en el momento de su partida. Cecilia, una hincha que mantiene una relación distendida con los Mellizos de hace años, lo fue a despedir: le regaló una carta, le entregó varios abrazos y le brindó un “te quiero mucho” de despedida, pese a su pudor de salir en todas las cámaras de televisión.
“Hace 20 años lo conozco, de cuando era jugador del club. Es una gran persona. No se merecía pasar por esto. La semana pasada estábamos festejando y él tenía una alegría tremenda de que iba a jugar esta final. Después pasó lo que pasó. Pero no se tenía que ir así”, le soltó a la nacion algo indignada por la decisión de Angelici.
Y luego de otro fuerte abrazo con otro fanático que lo estaba esperando al lado del auto, Guillermo y Gustavo se retiraron. “Con la tranquilidad de haberlo dejado todo”, según lo que expresó ante los micrófonos. Y poniéndole fin a un ciclo que dejó dos títulos locales y una gran tristeza adentro de un club por la final perdida. ¿Las secuelas? Boca no apostaría ahora por otro ídolo. Luego de los ciclos de Arruabarrena y el Mellizo, el próximo técnico no sería del riñón xeneize.