John Taylor: “Fue una buena decisión cambiar la política monetaria”
Para el creador de las metas de inflación, este sistema es difícil de aplicar con un índice de precios muy alto
El economista John B. Taylor lleva siempre en su billetera un billete de 100 billones de dólares de Zimbabwe, el país que llegó a tener una inflación mensual de 76.700 millones por ciento (los precios se duplicaban cada día), para recordar que las cosas pueden mejorar.
Conocido por ser el padre del sistema de metas de inflación, el académico señaló, en una visita a Buenos Aires, que el programa monetario no funcionó en la Argentina porque los niveles tan altos de inflación hacían difícil calcular cuál tenía que ser la tasa de interés más adecuada.
Invitado por la Universidad del CEMA, Taylor estuvo tres días en el país y se reunió con economistas, banqueros y con las autoridades del Banco Central, Guido Sandleris, Gustavo Cañonero y Verónica Rappoport, a quienes les dijo que fue una buena decisión “haber cambiado las reglas a un política monetaria enfocada en los agregados monetarios”.
“Cuando el país tiene altos niveles de inflación se confunde cuál debería ser la tasa de interés apropiada. El sistema de metas es adecuado para un cierto rango bajo de inflación, pero tiene que haber alternativas por fuera de ese rango, como es el modelo de agregados monetarios”, dijo, en una reunión con periodistas, antes de dar una conferencia en la Ucema frente a académicos, entre los que se encontraban Orlando J. Ferreres, Juan Carlos de Pablo, José Luis Espert, José Siaba Serrate e Iván Carrino.
“A veces se intenta algo, no funciona y necesita unos ajustes. Lo importante es tener la intención de querer bajar la tasa de inflación. El sistema no estaba funcionando. En cierta manera, en el Estado hay muchos jugadores, no está solo la política monetaria del Banco Central. El cambio fue bueno”, enfatizó el exsubsecretario del Tesoro de Estados Unidos.
Y aconsejó: “Hay muchas preguntas acerca de cómo se debe desacelerar la inflación. Nunca es fácil bajarla de niveles altos. Por eso siempre fue un problema para los países. Y como no se sabe, lo mejor es bajarla de manera lenta, en el largo plazo, teniendo la menor disrupción posible”.
Taylor es creador de la regla que lleva su nombre, un algoritmo que toman en cuenta los bancos centrales para determinar sus tasas de interés. Lo primordial es que las expectativas de inflación bajen, explicó, ya que hay una relación directa con el nivel de interés. “Las tasas irán bajando a medida que se desaceleren las expectativas de inflación”, señaló, y remarcó la importancia de tener una comunicación transparente, con informes diarios que muestren el rumbo de la política monetaria.
Con respecto a la posibilidad de dolarizar la economía, Taylor dijo que no lo recomendaría. “Hay más experiencias de países que lograron llegar a niveles de inflación más estabilizados sin dolarizar su economía, sin un tipo de cambio rígido. No hay una discusión sobre esto en el país y no veo que sea un alternativa para la Argentina”. Expectativa por suba de la Fed
Taylor fue candidato a suceder a Janet Yellen como presidente de la Reserva Federal (Fed), pero finalmente Donald Trump optó por Jerome Powell. Acerca de la tasa de política monetaria del banco central estadounidense, que actualmente se ubica en un rango de 2 a 2,25%, el economista fue contrario a las expectativas del mercado, que creen que el nivel de tasas está llegando a su nivel de equilibrio.
“Hubo muchas interpretaciones sobre lo que haría la Fed este mes y lo que hará el año que viene. Todavía no hubo ninguna decisión. Yo esperaría a ver. No creo que haya muchos cambio en sus intenciones. Lo que dijeron es que quieren llegar a un 3% de política monetaria, y eso creo que intentarán hacer. No sé cuando”, dijo Taylor, que tampoco descartó que la tasa llegue al 3,25%. La semana que viene, los miembros del comité de política monetaria de la Fed anunciarán si mantienen los niveles actuales o conceden una nueva alza, que sería la cuarta en el año.
“Hace dos años comenzó un proceso de normalización de tasas de interés en el mundo, que se inició en Estados Unidos, pero a la que le siguieron otros bancos centrales, que también han tenidos tasas de interés muy bajas. De hecho, todavía la tienen, por eso continúa esta normalización que es una buena decisión para la economía mundial. No es fácil luego de muchos años de tasas bajas. Pero Estados Unidos lo hace bien, con buena comunicación y con señales que anticipan su decisión”, dijo.
El economista también explicó por qué hoy hay una mayor conexión entre las políticas monetarias de todos los bancos centrales, algo que considera que no es bueno. “Debería haber más independencia entre las tasas de interés. Por muchos años hubo tasas en niveles cercanos a cero y mucha expansión de la base monetaria. Eso tuvo más efecto en los tipos de cambio que lo que en general tiene. Los países trataron de prevenir esos impactos ajustando sus política monetaria”, dijo.
“Por ejemplo, si el banco central europeo tiene una tasa de interés baja, y los demás países de Europa, que no son parte de la eurozona, no bajan también su tasa, sus monedas sufrirían una apreciación. Entonces, como estos cambios fueron mayores, la conexión se intensificó. Además, hay que sumarle que las políticas monetarias se volvieron difíciles de prevenir y fueron muy inusuales, lo que hizo que las reacciones fueran peores”, agregó.