Quemar al “momo”. La tradición de Año Nuevo en La Plata
Desde hace más de 60 años, el 31 a la noche los vecinos se reúnen en las calles de esta ciudad para ver cómo se prende fuego a estas figuras gigantes
LA PLATA.– En cualquier rincón de esta ciudad, hoy uno puede cruzarse con gigantes obras de arte: representaciones de Mario Bros, alguno de los Pokémon o personajes de Toy
Story. Como manda la tradición, mañana a la noche, cada uno de estos “momos”, como se los conoce, serán quemados. Y el más votado ganará 30.000 pesos.
Cada Año Nuevo, vecinos y vecinas de La Plata eligen personajes de películas infantiles, superhéroes, protagonistas de las series más famosas, o creaciones alusivas al fútbol o a la música para cumplir con esta tradición que empezó hace más de 60 años.
En los 50, Luis Tortora, presidente del Club Defensores de Cambaceres, decidió representar a uno de sus jugadores y quemarlo. Según cuentan los vecinos, trajo la tradición desde Valencia, España. Luego, las familias de la ciudad decidieron armar un muñeco parecido a un espantapájaros con ropas viejas para quemarlo el 31 a la noche. Durante la dictadura militar, los “momos” estuvieron prohibidos. Y recién en 1983 se retomó la tradición. Con el paso del tiempo, grupos de vecinos fueron haciendo figuras cada vez más grandes y sofisticadas.
Entre las familias que se destacan cada año por hacer los mejores muñecos está la de Víctor Sochanowicz. Su padre empezó cuando él tenía 8 años. Ahora tiene 43.
Hoy son el Grupo Gaamdrako, que significa Grupo Artístico Autodidacta de muñecos Drako. Cuentan con 25 premios y llevan 35 años haciendo “momos”. Por esta vez decidieron no participar, para darle la oportunidad a otros de lograrlo.
Eso sí: no quisieron dejar de hacer su propia obra. Este año hicieron a “Drako, creador de ilusiones”: “Representa un anciano que fabrica juguetes. Es valorar los juguetes que uno tiene, y sacar a los chicos de tanta pantalla”, explicó Sochanowicz.
Además de dedicarse a este arte efímero, los integrantes del grupo son comerciantes y trabajadores estatales; ninguno estudió en Bellas Artes. “No me imagino un año sin hacer esto”, dijo Sochanowicz.
Cada año, se acercan a ver el espectáculo de la quema de los muñecos que hace este grupo unas 60.000 personas.
Los “momos” están hechos de papel, cartón, alambre, madera y pintura. Unos ponen dinero de su bolsillo todos los meses. Otros piden en la calle un aporte. Y algunos consiguen publicidad.
El Grupo La Tradición también suele ganar competencias. Lo iniciaron un grupo de amigos de la Escuela Primaria Nº 19, que querían seguir viéndose en las vacaciones. Fueron sumando gente y ahora son más de 30 personas. Karina Sacco se sumó después, y fue la primera mujer del grupo. Ahora es la encargada de pintar el “momo” llamado Muñecos Retro, donde están representados desde Mazinger Z, Garfield, la Pantera Rosa hasta Popeye, Mario Bros, el Pacman, Snoopy, Pikachu y Goku. El año pasado les costó 150.000 pesos armar todo. Este año aún no lo saben.
“Sacamos los materiales a cuenta. Por más que te ganes el premio no alcanza”, contó Sacco.
Este año habrá 75 muñecos repartidos por los distintos barrios. El municipio elige y premia al mejor.
En esta oportunidad, las autoridades municipales determinaron que en el interior de las estructuras no podrá haber elementos pirotécnicos y/o explosivos. “Para acompañar a los creadores y asegurar un festejo seguro, se llevan adelante recorridos diarios para controlar el avance de las figuras y el cumplimiento de los requisitos de seguridad”, indicaron fuentes comunales. Por la normativa municipal, los muñecos no pueden exceder los seis metros de alto, tres metros de ancho y tres metros de largo.
Los vecinos podrán entrar al sitio
www.geomomos.laplata.gov.ar y ahí ver la ubicación de cada uno, seguir su proceso de creación y conocer los materiales con los que son elaborados. Luego, podrán votar hoy y mañana por mensaje al 6357 con la palabra VOTO acompañada del número asignado al muñeco, entre los 75 “momos” inscriptos, para elegir al más destacado de esta temporada.
Pablo Fuentes trabaja con su hijo de 17 años y los amigos en los muñecos de Los Increíbles. Los empezaron a fines de noviembre. Y hace 25 años que cada 31 quema su propio “momo”. Antes lo hacía con su padre, ahora con su hijo. “Lo hago por la tradición”, dijo, apoyado en su colectivo viejo, donde duerme desde hace cinco días para cuidar su obra.