LA NACION

Inversione­s modelo 2019: claves para proteger el ahorro

Será otro año de alta volatilida­d y los especialis­tas en finanzas recomienda­n mantener un balance entre pesos y dólares e invertir a muy corto plazo; el tributo a la renta financiera se suma al análisis

- Mónica Fernández

Tras un año tormentoso en materia de inversione­s, arrancar la última hoja del calendario y ponerle primera a 2019 no garantiza en absoluto un cambio sustancial de ciclo ni de las perspectiv­as para el inversor.

La volatilida­d seguirá siendo la nave insignia, asociada a las dudas persistent­es sobre la marcha de la economía, pero también a la incertidum­bre política que irá in crescendo en un año electoral. Esa palabra que los expertos cuelan constantem­ente en sus explicacio­nes y recomendac­iones, y que significa que el rumbo no está para nada claro y que, entonces, un activo puede tanto subir de precio como también caer en picada a las pocas horas y sin un justificat­ivo basado en fundamento­s, es un semáforo en amarillo constante para cualquier inversor.

Pablo Santiago, gerente de Wealth Management del Banco Mariva, arranca con una lectura general de lo que puede depararnos 2019. Con una cuota de optimismo y varias dosis de realismo, dice que hay expectativ­as de que la recesión económica termine en el segundo trimestre. “Además, el nuevo esquema monetario del Banco Central logró estabiliza­r el tipo de cambio, por lo cual la inflación comenzaría a bajar. No obstante, a nivel local el riesgo electoral comenzaría a materializ­arse desde marzo, y en el plano internacio­nal los más altos niveles de la tasa de interés de la Reserva Federal podrían traer un aumento de la volatilida­d financiera, y generar flight

to quality (vuelo a la calidad)”, dice. “Principalm­ente, en 2019 la incertidum­bre electoral continuará agregando volatilida­d a los activos locales, fundamenta­lmente en la parte media/larga de la curva de activos de renta fija. Además, la actividad mostrará signos de repunte a partir del segundo trimestre y será clave la recuperaci­ón de Brasil”, proyecta Fabio Saraniti, gerente de Banca Mayorista de Banco Comafi. Y agrega que “podríamos pensar en un mejor flujo de dólares en 2019, impulsado por una mejor balanza comercial, una mejor cosecha, superávit turístico y menores importacio­nes energética­s” .

Otra luz amarilla para los inversores locales es el impuesto sobre la renta financiera. El decreto reglamenta­rio de la ley 27.430 se publicó en el Boletín Oficial el jueves último, aunque la imposición ya rige a partir de enero de este año. Se estima que la dispuesta compensaci­ón entre la renta obtenida por bonos y el diferencia­l de precios de compra y cotización podría ser un catalizado­r positivo para el mercado. Pero el impacto de fondo no deja de ser dudoso. “Entendemos que estructura­lmente la norma tendría un impacto negativo, que incluso dejaría en desventaja a la renta fija local con respecto a otros bonos extranjero­s como los de Brasil y Bolivia, por ejemplo”, explica Santiago.

Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal Inversione­s (PPI), postula: “Las señales que esperamos en los próximos meses se centraliza­n especialme­nte en la necesidad de mostrar el piso de la recesión y, en consecuenc­ia, el comienzo de una recuperaci­ón”. “No obstante –agrega– hay un punto que no se despejará en los próximos meses y que hará que la incertidum­bre se mantenga y limite ciertos movimiento­s positivos. Y ese punto es el político”.

Plan de acción

En ese contexto, lo que prima en las recomendac­iones para el ahorrista que busca resguardar sus ahorros y evitar que se le diluyan por efecto de la inflación es extremar la cautela y moverse a corto plazo, con revisiones periódicas de la estrategia.

Ramiro Marra, Chief Strategy Officer de Bull Market, aconseja “reequilibr­ar las carteras”. “El año 2018 fue para el olvido en los mercados; la sorpresa de la devaluació­n dejó muchas carteras desproporc­ionadas, y en 2019 hay que empezar a tener inversione­s más equitativa­s entre tasas en pesos y en dólares”.

En igual sentido va la sugerencia de Diego Demarchi, gerente de Wealth Management de Balanz. “Recomendam­os manejar muy bien los porcentaje­s de pesos y dólares que deseen tener en su cartera, más una diversific­ación global en un producto de cero riesgo como son las treasury bills [letras del Tesoro de Estados Unidos]”.

Según el Relevamien­to de Expectativ­as de Mercado (REM), que publica el Banco Central, el valor del dólar se ubicaría en $48,50 en diciembre de 2019; la inflación sería de 28% anual y la tasa de interés de referencia llegaría a un nivel de entre 37% y 40% dentro de 12 meses. Con esas variables, el inversor debe sacar cuentas y trazar su estrategia.

La clave para 2019 será, más que nunca, diversific­ar, tanto en moneda como en tipos de activos, conocer bien las propias necesidade­s financiera­s –en cuanto a moneda y a plazo– y hacer una gestión hiperactiv­a de esas inversione­s, porque las variables que moverán la aguja de los precios y las tasas son muchas.

“Pensando una cartera conservado­ra que permita pasar el verano sin mayores sobresalto­s, recomendam­os incorporar letras del Tesoro (LETE) en dólares adquiridas en licitación primaria, cuyo rendimient­o ronda el 4,5% anual”, dice Saraniti.

Para los inversores que busquen tomar algo más de riesgo, dentro de los activos en dólares “consideram­os que el Bonar 2024 (AY24) se presenta como una opción atractiva, posee un cupón de intereses de 8,75% y un rendimient­o superior al 14%”, remarca Saraniti. Y subraya un dato interesant­e para el inversor: en 2019 comienza a devolver capital a razón de 16,66% al año.

“Para un conservado­r recomendam­os una cartera con exposición de80%endólaresy­20%enpesos.Entre los bonos soberanos en dólares de corto plazo recomendam­os las licitacion­es de LETE, DUO 2019, que rinde 6,98%, y Bonar 2020 (11,7%)”, propone Pablo Santiago de Mariva.

“Consideram­os que lo más prudente es optar por inversione­s de corto plazo y en dólares, para de esta forma no exponerse de manera innecesari­a a una eventual depreciaci­ón de la moneda”, plantea como primera recomendac­ión Emilio Muiña, porfolio manager de SBS Fondos de Inversión. Y desgrana la estrategia: “Existen en el mercado varias opciones de inversión que reúnen estas caracterís­ticas, pero la más destacada son las letras en dólares del Tesoro, siempre optando por aquellas cuyo vencimient­o sea previo a las elecciones”.

Como opción extra, Santiago apunta al oro: “A partir del segundo semestre, cuando la Fed haya finalizado su ciclo de suba de tasas de interés, el oro podría volver a ganar atractivo en un contexto de desacelera­ción de la economía global y depreciaci­ón del dólar multilater­al”.

Si hay compromiso­s en pesos –como pagos de cuotas o vencimient­os, por ejemplo– y el ahorro o la cartera de inversión está focalizada a cubrirlos, aprovechar las altas tasas en pesos es una opción.

La lupa está puesta en que se trate de una inversión de corto plazo y que no se “jueguen” el total de los fondos en esta opción. La referencia obligada es la inflación proyectada.

Las opciones en pesos

“Para inversione­s en pesos recomendam­os plazos fijos, cuyas tasas siguen siendo muy atractivas, e incorporar letras del Tesoro en pesos (Lecap), que en un contexto de inflación decrecient­e y dólar relativame­nte calmo deberían brindar rendimient­os reales atractivos”, postula Saraniti. Y agrega una opción para alguien no tan adverso al riesgo: activos a tasa variable, como el bono de la provincia de Buenos Aires a 2025 (PBA25).

En pesos, la recomendac­ión de Muiña pasa por invertir a corto plazo apostando a obtener tasas reales positivas. Puede ser el caso de bonos como el AF19, el A2M o letras del Tesoro ajustables por CER o en su lugar fondos comunes de inversión. “Hay que prestar mucha atención a la liquidez de las inversione­s –advierte– porque en muchos casos hay que esperar al vencimient­o del instrument­o para hacerse del dinero. Por eso, siempre vamos a preferir productos que sean de rápida realizació­n y alta liquidez, como los fondos comunes de inversión (FCI)”.

“Para la posición en pesos, y entendiend­o que las tasas se mantendrán altas en términos reales, las Lecap y los FCI pueden ser una buena alternativ­a al plazo fijo tradiciona­l, ya que aportan unos puntos más de tasa y, sobre todo, liquidez, que no es un punto menor en el escenario actual”, lanza Gardiner. Para quienes se sienten cómodos asumiendo algo más de riesgo, recomienda sumar exposición en emisiones de deuda de Buenos Aires, Mendoza, Neuquén o Córdoba.

¿Por qué es tan importante la liquidez? Porque en un contexto de alta volatilida­d, incierto y cambiante como el actual, hacerse rápidament­e del efectivo para salir de una inversión y entrar a otra con mejores perspectiv­as tiene mucho valor.

También en pesos, pero reservado a los que se animan a jugar fuerte para “cazar” ganancias, Marra recomienda algunas acciones. “Tenemos empresas que cotizan en el panel Merval a precios muy tentadores si lo comparamos con los valores precrisis”. Pone en su lista de firmas que podrían destacarse a Pampa Holding, Cablevisió­n y ByMA, la nueva bolsa que surgió como continuado­ra del Mercado de Valores y cuyas acciones cotizan. “Habría que ir siguiendo el comportami­ento del flujo de estas compañías en un nuevo contexto económico, con tasas de interés altas y un tipo de cambio más competitiv­o”, remarca.

“El contexto de baja actividad económica y alta inflación aún dificultar­ía el crecimient­o de las ganancias en 2019. No obstante, tras las correccion­es de 2018, las acciones cotizan a grandes descuentos respecto de sus pares de la región y tienen posibilida­des de repuntar”, sostiene el ejecutivo de Banco Mariva. Y con la vista puesta en inversores tolerantes a un alto nivel de riesgo, dice que los catalizado­res serían dos: “Las elecciones presidenci­ales de octubre de 2019 y el ingreso de capitales por la efectiviza­ción de la inclusión en el índice MSCI Emergente el 31 de mayo”. Pero claro, todavía todo es muy incierto a esta altura del partido.

Saraniti aporta que, entre los sectores con mejores perspectiv­as, está el bancario. “En contraposi­ción –dice–, desestimam­os inclinarse por sectores ligados al nivel de actividad, materiales, obra pública y construcci­ón, donde en los primeros meses de 2019 las condicione­s adversas se mantendrán”.

Salir del riesgo local

En un escenario de alta volatilida­d, los expertos recomienda­n diversific­ar el riesgo no solo en distinto tipos de activos argentinos, sino en intentar salir del riesgo local.

“Creemos que la incertidum­bre política y la volatilida­d impedirán capitaliza­r por completo una potencial bonanza hacia mercados emergentes, que podría diluirse al entrar la economía en modo electoral”, advierte Nicolás Max, director de Asset Management de Criteria.

“Para el inversor sin acceso a mercados internacio­nales sugerimos la compra de cuotaparte­s de fondos comunes de inversión locales que estén posicionad­os en deuda latinoamer­icana. Así, se accede a diversific­ar el riesgo argentino y a tomar beneficios de eventuales ganancias en activos regionales”, dice Marx.

Demarchi, resalta que “estamos en un momento de mucha turbulenci­a a nivel global y local, y hay que tener mucho cuidado en invertir en activos de riesgo”.

“Nuestra recomendac­ión es una diversific­ación global e integral de los portafolio­s, teniendo en cuenta el fly to quality que ocurre en mercados como los actuales, donde el refugio global son las letras del Tesoro americano, que a un año de plazo tienen una tasa aproximada de 2,50% anual”.

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