LA NACION

Un día perfecto

Con vista al mar, desconecta­dos, en buena compañía... Una antología sobre el viaje ideal para despedir el año y soñar con el próximo|

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Alberto Ajaka (actor) “Mi día perfecto comenzaría con un desayuno en un café de Berlín. Mirar libros de ilustracio­nes, de diseño industrial, de máquinas. Caminar por alguna costanera de Cerdeña, bordeando el Mediterrán­eo (o el Tirreno, lo mismo da) hasta que me sorprenda el hambre. Almorzar una picada de mariscos en un salón pulcro, elegante y vacío con vista al mar, beber vino blanco, la medida justa que me deslice a una siesta breve a la sombra. Nadar en un mar ni muy cálido ni muy manso. Dormir otra siesta breve. Cantar cualquier cosa mientras me ducho largo en el baño de mi habitación en el piso cuarenta de un hotel moderno y sobrio de una megapolis asiática. Acicalarme con dedicación mientras veo la noche encenderse de luz artificial. Vestirme y quedar conforme con mi aspecto. Caminar hasta un teatro, en cualquier lugar del mundo, y ver una obra que no olvide. Salir con hambre y ganas de charlar. En París, tomar una sopa exquisita con pan y vino tinto. Salir a caminar por las avenidas parisinas lo suficiente como para que el ruido quede lejos y la belleza no atropelle. Beber whisky y fumar en un bar de Nueva York mientras Roberta Flack canta The first time y ella me sonríe”. André Rieu (violinista) “Relajación total, pasando el tiempo con mi familia (esposa, hijos y nietos; de todas formas mi orquesta es mi gran familia), haciendo una linda caminata por un bosque tranquilo, y disfrutand­o de una rica comida con todos ellos”. Roly Serano (actor) “Me gusta muchísimo la montaña, así que me encantaría estar en un lugar montañoso, al lado de una cascada y un hermoso pozo de agua para quedarme ahí todo el tiempo. Amo esos lugares”. Claudio Rizzi (actor) “Me gustaría despertar en la costa Amalfitana, en Italia. Desayunarí­a algunas frutas y me quedaría en esas playas maravillos­as, con Cate Blanchette, por ejemplo. Andaríamos en algún velero por ahí, almorzaría­mos en una isla, y después me pasaría todo el día en Italia, desde los Alpes hasta Sicilia. A la tarde me gustaría pasear un rato por Firenze, y antes del ocaso haría un recorrido por Venecia para visitar algunos amigos, siempre con ella a mi lado. Por la noche, me cruzaría a cenar al País Vasco, y terminaría la noche en algún bar en París, escuchando un acordeón muy romantique. Darío Sztajnszra­jber (filósofo) “Que no dependa de un dispositiv­o exterior que nos despierte. Si hay un indicio de lo vacacional es que uno se despierta cuando su cuerpo lo desea. Después, al no estar atravesado por las necesidade­s de cumplimien­to de ciertas tareas, la posibilida­d de dos cosas: por un lado no hacer nada, que tiene que ver con la contraposi­ción de que pasamos nuestra vida profesiona­l haciendo de todo, que hay que provocarlo. ¿Cómo se provoca? Yéndose a caminar a ningún lado, el famoso me voy a dar una vuelta; o sentado, tomando mate, tranquilo. También aprovecho mucho las vacaciones para estar con amigos, no estar pendiente de la necesidad de cumplir con los horarios y cosas por el estilo. Darle mucho tiempo a la cocina, que el almuerzo cobre un significad­o especial, en el sentido de pensar qué quiero comer, ir a comprar los elementos para cocinar, y hacerlo con tiempo. Hay una reapropiac­ión del tiempo, y no de que el tiempo productivo y lineal se apropie de nosotros. Probableme­nte dormir una siesta, sería algo clave que marcaría una diferencia con la vida laboral, y llegada ya la tardecita noche abriría una botella de vino, vería una película y dormiría sin ningún apuro cuando el cuerpo así lo desee”. Delfina Merino (capitana de Las Leonas) “Iría a la playa, porque es un tipo de lugar que me da mucha tranquilid­ad y que disfruto mucho. Me gusta leer, obviamente tomar sol y descansar. Cerraría mi día perfecto de vacaciones con un atardecer, tomando unos mates y comiendo facturas mientras baja el sol. El atardecer es uno de mis momentos favoritos, y si es en la playa mucho más”. Emma Horvilleur (músico) “Recuerdo un día así que pasé en Brasil, en Trancoso, despertand­o tardecito y desayunand­o jugos, frutas y no sé qué, tocando un poco la guitarra, leyendo un poco y después yendo a jugar un partido de fútbol con los lugareños. ¡Ganarle a Brasil de visitante! Y, después, unas cervezas bien heladas y estar ahí con tu chica”. Fernando Trocca (cocinero) “En principio el día ideal de vacaciones es no tener nada para hacer, no tener ningún plan, ningún programa, y justamente disfrutar de eso. Hacer nada. Me quedaría en las sierras de Córdoba o en alguna playa de México, algún lugar muy tranquilo. Me levantaría, y desayunarí­a lo que me ofrece el destino, algo sano y natural. Si es el Caribe, las frutas locales, que son increíbles. Tomaría un café, algún jugo natural. Después almorzaría algo muy simple pero muy rico en la playa, por ejemplo un pescado a la plancha con una buena ensalada, unos buenos tomates si estuviéram­os en temporada, y a la noche saldría a comer a un restaurant­e de la zona que ya tuviera identifica­do. Cuando viajo siempre voy a lugares donde sé que voy a comer bien y disfrutar de una buena propuesta”. Germán Paoloski (periodista y conductor) “Me despertarí­a a eso de las diez de la mañana en alguna playa del Caribe o del Mediterrán­eo, tomaría un desayuno frugal y bajaría a disfrutar de la playa todo el día. Tipo dos de la tarde almorzaría ahí mismo unos mejillones y unos langostino­s, a orillas del mar, y me pasaría todo el día así. Para mí un día perfecto es cero preocupaci­ones, cero estrés, gozar de la playa, el sol y la compañía. Siempre me gusta compartir y aprovechar con alguien, ya sea una pareja, un amigo, con la familia, y quedarnos hasta tarde tomando unos mates para ver la puesta del sol”. Inés Efrón (actriz) “Estar en una casa de campo con mi pareja. A la mañana me gustaría, meditar y hacer yoga. Aprovechar las vacaciones para probar recetar nuevas. Desayunarí­a algunas frutas y empezaría a cocinar para el almuerzo. Me gustaría también leer mucho, tener mucho sexo. A la tarde-noche me gustaría ver películas. Inventar alguna receta nueva también para la cena. Y que cerca de la casa haya un arroyo a donde se pueda ir a caminar y meter los pies en el agua”. Julieta Zylberberg (actriz) “En mi casa, me gusta estar en la terraza, tomando sol y jugando con mi hijo en la Pelopincho; recibir amigos, comer un asado, poner música a la noche. El verano me pone de muy buen humor. Si no, un día entero de playa. En la playita me gusta tomar alcohol de día”. Luis Piedrahita (comediante) “Me levanto sin despertado­r, suena el mar de fondo o si no unos pajaritos. Desayuno fuerte, con jugo de naranja. Me voy a algún sitio a leer. Hago un poco de deporte. Como rico. Duermo siesta, segurament­e viendo una película. Me levanto de la siesta, doy un paseo, leo un poco. A la hora de cenar, siempre con vino. Luego a la cama a ver qué pasa”. Mario Markic (periodista) “Mis vacaciones no son malas. En Punta del Este, desayunar tostadas con mermelada de durazno con té Twinings. Caminar a la mañana por la playa acompañado por mi mujer y el perrito, ir a tomar un café a media mañana con algo dulce, comer asado, leer un libro, jugar al golf y después de comer ver una película o seguir cada noche los capítulos de una serie, tipo Mad Men o La casa de

papel. O una de Hitchcock”. Minerva Casero (actriz) “Creo que la vida diaria en Grecia sería hermosa. Levantarme y salir a caminar por la playa, meterme al mar. Visitar algún lugar histórico y… ¡comer mucho!”. Natalia Lafourcade (cantante) “En este momento de mi vida el día perfecto de vacaciones sería en mi casa. Levantarme, preparar café, salir con mis perros y hacer una caminata por el campo. Volver a casa, comer un desayuno ligero. Sentarme al piano, estudiar un par de horas, leer un poco o pintar en lo que la mañana transcurre. Recibir a algunos amigos, comer con cerveza o vino. Recostarme en una hamaca y ver el atardecer. Mientras, escuchar música. Podría ser la voz de Joni Mitchell todo el día”. Rosario Ortega (cantante) “Idealmente me despertarí­a para ver el amanecer en algún lugar con playa, desayunarí­a frutas y waflles. Me pasaría el día leyendo en la arena. A la tarde andaría en bicicleta, estaría en el mar o en una pileta. Y a la noche iría a escuchar música en vivo y a comer a algún lugar rico y autóctono”. Carolina Peleritti (actriz) “Me levantaría en las sierras o en el monte cordobés, desayunarí­a productos del lugar, como panes y dulces caseros, miel, huevos, queso de cabra. Después me pasaría el día caminando por la sierra, en contacto con el río, y a la noche encendería un fuego, me tomaría un vino con una guitarread­a. Y si hay baile, mucho mejor”.

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Ilustració­n mariano enriquez
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