LA NACION

China da un gran salto adelante y alcanza el lado oscuro de la Luna

La llegada de la sonda Chang’e-4 a un territorio jamás explorado del satélite le da alas a Pekín para competir con Estados Unidos

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PEKÍN.– Lejos de conformars­e con su poderío económico, China demostró ayer su capacidad para triunfar simultánea­mente en todos los terrenos, al lograr el exitoso desembarco de una sonda en el lado oscuro de la Luna, una hazaña histórica que la hizo avanzar como nunca en la carrera espacial.

La sonda Chang’e-4, que despegó de la Tierra el 8 de diciembre pasado, se posó sin problemas en la Luna a las 10.26, hora de Pekín, y envió una foto al satélite Quegiao, en órbita lunar.

La Administra­ción Espacial Nacional de China celebró el alunizaEl del explorador Chang’e como “la apertura de un nuevo capítulo en la exploració­n humana de la Luna”.

Solo tres países –Estados Unidos, la Unión Soviética y, más recienteme­nte, China– enviaron naves espaciales al lado más próximo de la Luna, visible desde la Tierra. Pero es la primera vez que se aterrizó en la cara más alejada.

El nombre de la sonda, Chang’e, procede de una diosa china que, según la leyenda, vivió en la Luna durante milenios. La dirigencia china decidió hacerle honor al mito con un alarde de tecnología que borró la antigua etiqueta de “taller del mundo”, como se conocía al país cuando solo se dedicaba a producir bienes baratos de consumo masivo.

“Logramos un resultado extremadam­ente preciso. El alunizaje fue suave y en un lugar ideal, en el centro de la zona selecciona­da”, explicó el jefe de la misión Chang’e-4, el ingeniero Sun Zezhou.

China invierte miles de millones en su programa espacial, dirigido por el Ejército. Desde sus bases de lanzamient­o colocó satélites en órbita para desarrollo­s internos –para la observació­n de la Tierra, las telecomuni­caciones o un sistema de geolocaliz­ación– y por encargo.

sueño es seguir acortando camino en la carrera espacial con Estados Unidos, como lo viene haciendo a pasos de gigante en materia industrial, comercial, tecnológic­a y bélica. Todo eso desde la apertura al capital extranjero de fines de los años setenta, que desató una explosión económica que situó a China en el centro del mundo.

La imagen enviada por la sonda mostró un pequeño cráter y una superficie árida que parecía estar iluminada por la luz de la propia nave. Era el testimonio que China esperaba para dejar ver que es capaz de competir en el viaje a las estrellas, exhibiendo de paso la capacidad de explorar territorio­s vírgenes que permanecía­n fuera del alcance, el interés o las finanzas de la NASA.

Además del shock de confianza puertas adentro y de la publicidad internacio­nal, le permitirá avanzar de manera exponencia­l en nuevas investigac­iones científica­s.

“Estamos forjando una potencia del espacio. En ese proceso, podemos decir que el acontecimi­ento de hoy (por ayer) es particular­mente simbólico”, declaró Wu Weiren, jefe del programa lunar chino.

Uno de los retos de trabajar en ese lado del satélite son las comunicaci­ones con la Tierra. Pero eso es solo el comienzo de los secretos que pueden salir a la luz del día.

“Esta sonda puede llenar el vacío de la observació­n radioastro­nómica de baja frecuencia y proporcioj­e nará informació­n importante para estudiar el origen de las estrellas y la evolución de las nebulosas”, dijo el vocero de la misión, Yu Guobin.

China realizó su primera misión espacial tripulada en 2003, convirtién­dose en el tercer país en hacerlo, por detrás de Rusia y Estados Unidos. Tiene dos estaciones espaciales en órbita y planea enviar un vehículo de exploració­n a Marte a mediados de la próxima década.

“En conjunto, la tecnología espacial china está todavía por detrás de la de Occidente, pero con el aterrizaje en la cara oculta de la Luna hemos avanzado hacia el frente”, señaló Hou Xiyun, profesor en la escuela de Astronomía y Ciencia Espacial de la Universida­d de Nanjing.

La relativame­nte inexplorad­a cara oculta tiene una composició­n diferente a la del lado más cercano a la Tierra. Es montañosa y accidentad­a, salpicada de cráteres, mientras que la faz visible dispone de numerosas superficie­s planas para posarse, una razón más por la que los ingenieros de la misión, los jefes de la agencia espacial y la dirigencia política en Pekín se frotaron las manos al enterarse del éxito.

“No hay duda de que nuestra nación irá más y más lejos”, vaticinó el profesor Hou. Y precisó que el avanzado programa espacial chino tiene a Marte, Júpiter y los asteroides en su punto de mira.

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Reuters La primera imagen de la sonda Chang’e-4 enviada desde la Luna
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AP La sonda Chang’e-4, el día del despegue

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