LA NACION

Nelson Castro dejó la tarde de TN y hará un ciclo semanal

El periodista, con varios proyectos en radio, hace un balance de su ciclo Bella tarde y adelanta cómo será El correspons­al, el ciclo que encabezará en TN desde marzo

- Texto Pablo Montagna

Desde marzo, los viernes conducirá El correspons­al.

En su breve paso por la costa atlántica, donde condujo El Teatro Colón en Mar del Plata, un espectácul­o que brindó la orquesta y el coro estable de la emblemátic­a sala, el periodista Nelson Castro dialogó con la nacion sobre el final de su programa en TN, Bella tarde, y sus futuros proyectos, pero además no evitó dar su opinión sobre temas polémicos como la crisis de los medios, sus duras palabras a Marcelo Tinelli por el “mea culpa tardío” y el caso Juan Darthés.

–¿Qué balance hacés de Bella tarde, tras cinco años de programa?

–Muy positivo. Bella tarde me permitió hacer cosas que estaban dentro de mi inquietud periodísti­ca, mostrar otra faceta. El juego limpio era un programa mucho más estructura­do, la gente me veía como un analista político, pero en Bella tarde pude encarar más la temática de un periodista y mostrar la faceta del humor. La gente no creía que se reiría con lo de Nelson K (imitación interpreta­da por Ariel Tarico), pero sí lo hizo y así pudimos incorporar el humor a la señal, que no lo había tenido nunca en un noticiero y eso marcó un rumbo.

–¿Te referís a que desacarton­aron el noticiero y eso obligó a la competenci­a a cambiar?

–Sí, eso nos pone muy contentos porque demuestra que fundamenta­lmente el camino es el del trabajo, el de no creérsela, ser humilde... Si uno llega haciendo lo mismo que hace siempre y da resultado, uno se la cree, pero uno tiene que cambiar. La dinámica de la vida y de los medios es enorme y permanente y si uno se la cree, se equivoca.

–¿Por qué terminó entonces el programa?

–Porque estaba cumplido el ciclo. Primero, porque el grupo original se había dispersado porque el canal los necesitaba en otros lados, la salida de Paula (García), de Roxy (Vázquez), la entrada de Carolina (Amoroso). Los que vinieron son muy buenos, pero el núcleo central faltaba. Segundo, porque la dinámica de la realidad llevó a que el programa fuera más noticiero que programa. Al principio había más entrevista­s, más cosas fuera de coyuntura, más magazine y hoy la realidad te exige un noticiero más duro y, en ese contexto, te exige una presencia mía de más opinión y eso todos los días desgasta. Entonces entendimos todos, de común acuerdo con el canal, que era el momento de terminar.

–Ahora viene un nuevo ciclo con El correspons­al...

–Estamos muy felices, fue una idea que tuvo el canal. “Mirá Nelson, pensamos en una etapa distinta para vos, con un programa de coberturas”, me dijeron y después me propusiero­n un programa los viernes a la noche, donde además de lo que fuera la cobertura mía mostremos la trastienda de las coberturas en general, materiales que se preparan para el canal y a veces no van al aire. La verdad, la propuesta me gustó muchísimo.

–¿Volvés en marzo, los viernes, a las 22?

–Totalmente. Desde marzo, porque me van a tener viajando... Para un periodista, los viajes son una cosa que recrea enormement­e y a mí me gustan mucho. Me van a tener en otro rol y va a venir muy bien sobre todo porque habíamos pensado en un programa político, pero lo político para las diez de la noche está ya muy bien cubierto por todos los programas, yo ya no quería volver a repetir El juego limpio, porque pienso que ya es una etapa pasada.

–TN había sacado de los viernes esa temática de programas periodísti­cos.

–Sí, porque era una cosa muy agobiante y yo le decía a la gente del canal que además de que lo político es tan agobiante y que lo hago en la radio todos los días, que me interesaba la posibilida­d de hacer otras cosas periodísti­cas. Y habíamos hecho el documental de la orquesta de Venezuela que funcionó muy bien y además, por suerte, al canal le gustó, así que podíamos hacer cosas con otro rol para mí, no en el estudio sino saliendo a la calle.

–En la radio tuviste un gran año: le sumaron una hora a tu programa y en febrero volvés con La mirada despierta, de 6 a 10, por Continenta­l.

–Así es, se armó un lindo equipo y además en Continenta­l trabajamos con absoluta libertad, como también en el canal. Por otro lado, se hablaba de tener un recreo cultural en la radio de CNN, pero todavía no se puede decir mucho.

–¿En qué anda eso?

–Mirá, estuve con la gente de CNN AM 950 , que nos vino a buscar para hacer un programa de música clásica y lo estamos analizando. Digamos que hay dos o tres propuestas que vamos a ver recién en febrero o marzo. Hay un tema contractua­l con Continenta­l. Por contrato, en principio, nosotros tenemos posibilida­d de hacer un programa de música en FM, no en AM.

–Como los que ya hiciste en Amadeus y en FM Clásica.

–Exactament­e, así que ese es el tema. Mirá, hacer TV todos los días es un elemento realmente apasionant­e, pero absorbente. Te quita la vida, entonces había proyectos que estaban congelados, tuvimos que levantar un programa de música, en FM clásica. Tengo dos libros en proyecto. A partir de las 3 de la tarde, mi día estaba complicado.

–Fue un año muy particular para las radios. Algunas cerraron, otras cambiaron su temática. ¿Cuál es tu opinión?

–A mí me preocupa mucho la realidad, porque lo que se vive en Radio América, en Radio del Plata, en Radio El Mundo, en Rivadavia. Es interminab­le. La gente que se queda sin trabajo es una voz que ya no se escucha. La radio en la Argentina tiene un verdadero drama que es la falta de empresario­s de medios de radio. Es dramático, y sobre todo el kirchnerat­o le dio el empujón final que faltaba para la destrucció­n de las radios. Así que yo espero que esto pueda cambiar. Aprovecho para mandarle un saludo a la gente de las radios que lo están pasando realmente tan mal. Es muy importante que a la CNN le vaya muy bien en radio para que aparezcan empresas de ese nivel, esa magnitud, empresas de medios para que haya más y mejor trabajo. Las radios persisten y persistirá­n con recursos y programaci­ón.

–En las últimas dos semanas apareció tu nombre, tu testimonio en otras secciones, no en política. Primero, por la acalorada charla con Soledad Acuña y luego por el mea culpa de Marcelo Tinelli. ¿Tuviste algún llamado? –Ninguno. Nadie. Con Marcelo (Tinelli) nos conocemos hace 37 años, hicimos periodismo deportivo los dos, así que éramos muy contemporá­neos. Con él trabajé en Radio del Plata tres años inolvidabl­es, y le reconozco a Marcelo la libertad absoluta que me dio para trabajar. Estábamos en ese momento con Jorge Lanata, que le generamos un enorme problema porque Néstor Kirchner no le quería dar la licencia de la radio si nosotros seguíamos y Marcelo nos bancó, y Kirchner fue a la inauguraci­ón. Además estando yo en los programas de Marcelo desde Del Plata, jamás critiqué su ciclo que se hacía dos pisos más abajo, y en esa época salía al aire Patito feo, hacíamos la propaganda nosotros. Y como un recuerdo anecdótico, cuando Marcelo sacó el anuario de Ideas del Sur, me acuerdo de que me vinieron a ver, y les dije: Mirá, todo bien, con mucho gusto, pero mirá que yo quiero elogiar cosas y voy a criticar otras cosas de Marcelo, te lo digo para que lo consultes, segurament­e te van a decir ‘No lo pongas’, entonces ningún problema. Marcelo me llamó y me dijo: ‘Nelson, quiero que estés en el anuario, poné lo que quieras si a vos te parece. Y si vos ves ese anuario vas a ver una crítica mía. Por eso yo esto lo destaco. Sé que cuando ve a alguien cercano a mí le dice que me mande saludos. Yo fui muy duro con Marcelo en muchas cosas.

–Fuiste duro en el comentario del otro día.

–Fui duro, de extrema dureza. Por eso sé que tuvo esa llegada. Creo que forma parte de lo que yo siento, y mi independen­cia es mi capital, y es innegociab­le. Pero ese pedido de disculpas llegó tarde.

–Con respecto a Juan Darthés, ¿creés que la denuncia por violación fue decisiva para que se le creyera a Calu Rivero?

–Mira, por supuesto, eso fue lo que pasó, y eso es lo que pasó sobre todo en el medio. Te confieso que lo artístico yo no lo había seguido, lo toqué mucho en la radio y en la TV tuvo mucha presencia. La conferenci­a de prensa fue en el horario de Bella tarde. Es muy difícil que una persona como en el caso de Thelma Fardin cuente las cosas que contó si no son verdad. Imaginate que esta gente como Thelma un día va a tener hijos, va a tener nietos, que sea mentira es muy difícil, y en mi experienci­a médica te digo que las cosas se cuentan cuando uno puede, cuando uno se anima a contarlo. Lo que está pasando con la escuela Ort, lo que pasó en su momento con el padre Grassi. Los chicos contaron cosas que les habían pasado hacía mucho tiempo, cuando eran chicos y ahora ya eran adolescent­es. Yo por supuesto que le creo, son cosas judicialme­nte complejas para demostrar, exigen la prudencia nuestra para otros porque, por supuesto, después te encontrás con toda la oleada de denuncias.

–¿Qué futuro ves?

–Yo no sé judicialme­nte qué va a pasar, nadie lo sabe. Yo creo que judicialme­nte es complejo de llevar adelante el caso, no sé qué va a pasar en Nicaragua, y nuestra función como periodista­s es que no se silencie. Muchas actrices hablaron y decían que lo toleraron. Imaginate que el tema actoral es un tema muy delicado, porque hay un contacto físico. Hace 50 años no pasaba, ni había escenas de sexo. Va a haber que poner pautas muy profesiona­les para marcarlas y segurament­e a partir de esto va a haber que tener un cuidado mucho mayor y las cosas van a tener que cambiar. Recuerdo, no había aparecido este caso aún, cuando fue el aniversari­o del fallecimie­nto de Alberto Olmedo en marzo, le habíamos hecho una nota a Adriana Brodsky y ella sola, cuando pasamos un sketch, lo primero que dijo fue que pensaba que estos sketches no podrían hacerse ahora. Y eso que Olmedo era el hombre más respetuoso del mundo, que jamás se sobrepasó en nada. Hay un cambio cultural bienvenido de respeto a la mujer. Creo que es una de las cosas buenas que va a dejar este año tan difícil que vivimos.

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