LA NACION

Con exámenes de ADN buscan definir a los atacantes de la adolescent­e violada

Tres de los cinco mayores arrestados por la agresión sexual contra una menor en un camping negaron su participac­ión en esa acción y la fiscal espera el resultado de las pruebas genéticas

- Darío Palavecino CORRESPONS­AL EN MAR DEL PLATA

MAR DEL PLATA.– Los peritajes genéticos serán los que, a comienzos de la semana próxima, permitan aportar más certezas. Por lo pronto, un juez hizo lugar al pedido de la fiscalía y dispuso que continúen detenidos los cinco jóvenes acusados de violar a una menor de 14 años en un camping de Miramar.

El otro aporte para reconstrui­r lo ocurrido en aquella carpa de El Durazno, el complejo para acampar que está a pocos metros de la ruta 11, surgirá de la declaració­n de la víctima. Todavía no tiene fecha cuándo se avanzará en esa instancia, pero sí que será mediante sistema de cámara Gesell.

Todos los acusados continúan alojados en la Unidad Penal 44 de Batán, a unos 25 kilómetros del despacho de tribunales donde la fiscal Florencia Salas, a cargo de la pesquisa, anteayer les había tomado declaració­n y ayer se dedicó a seguir pidiendo más medidas de prueba. Ahora reclamó el peritaje de los teléfonos celulares de los cinco jóvenes que están acusados de abuso sexual con acceso carnal agravado. Si resultaran condenados, podrían pasar entre 8 y 20 años en la cárcel.

Sus defensas mantienen silencio ante la prensa y evalúan estrategia­s para sus clientes. El primer paso, llamativo y poco recomendad­o según coincidier­on penalistas consultado­s por la nacion, fue que aceptaran declarar en la indagatori­a. Dos de ellos admitieron que tuvieron relaciones sexuales con la menor, pero argumentar­on que hubo consentimi­ento y que de ninguna manera recurriero­n a algún forcejeo o instancia de violencia. Otro aseguró que se quedó fuera de la carpa, durmiendo en una reposera. Y los otros dos, algo parecido, pero recostados en la cabina trasera de una Renault Trafic.

Desde un primer momento la hipótesis de un caso de violación en el que participar­on los cinco jóvenes apareció como algo poco probable, sobre todo en un lugar en el que había más gente en carlimpiar pas próximas a la que fue escena del delito. Por eso en el grupo habría surgido como una necesidad que quienes sí estuvieron con la menor dieran la versión que permitiera a los restantes alivianar su situación procesal. Para la fiscal, al menos por ahora, todos están en paridad de condicione­s y enfrentan la misma acusación.

Los peritajes genéticos y otros análisis a los que se sometió a los cinco jóvenes tendrán resultados el próximo martes. Habrá que ver qué surge de esas muestras que se tomaron casi diez horas después de haber sido detenidos. Una brecha demasiado amplia que permitiría niveles de alcohol y otras sustancias que podrían estar presentes en sangre y orina. La demora en trasladar a estos detenidos y llevarlos a cumplir con estos trámites en el Cuerpo Médico Forense le costó el cargo al jefe de Policía Comunal de Miramar, subcomisar­io Andrés Caballero, desplazado por el Ministerio de Seguridad bonaerense.

La fiscal Salas confirmó ayer, al ingresar al salir de los tribunales, que ya no volverá a citarlos a declarar. Por ahora le alcanza con el testimonio que les tomó anteayer y le queda por delante recibir la declaració­n de la adolescent­e, trámite judicial que se cumplirá en los próximos días, pero todavía sin fecha confirmada. Tiene dos semanas por delante la fiscal para definir si pide la prisión preventiva de los sospechoso­s.

Peritajes claves

La situación procesal de estos jóvenes es por demás comprometi­da. En particular la de quienes admitieron que mantuviero­n relaciones con la adolescent­e. Es cierto que el informe médico revela que en la menor no se encontraro­n indicios de defensa. Tampoco golpes o marcas propias de forcejeos. Aunque sí evidencias de la relación sexual.

De los exámenes que se le realizaron a la menor podrían surgir rastros genéticos que permitan determinar con máxima certeza quiénes estuvieron con ella y si son solo aquellos dos que así lo reconocier­on ante la fiscal. La excusa de una relación consentida no parece hacer mucho pie: dos mayores manteniend­o sexo con una menor de 14 años, además alcoholiza­da, puede ser motivo suficiente para que un tribunal les imponga una condena de varios años de prisión.

Anoche, como primera reacción popular frente a este caso, en Miramar se organizó una concentrac­ión y marcha para pedir el fin de los casos de violencia de género. En la plaza central estuvieron los padres de Natalia Mellmann y Lucía Pérez, dos casos de abuso que tuvieron final trágico. Juntos pidieron que en el caso del camping El Durazno se haga justicia y los culpables paguen con muchos años de cárcel.

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