La calle en que los futbolistas son venerados junto a Jesús
En San Gregorio Armeno, las figuras en cerámica de Ronaldo y Messi, entre otros, disputaron las marquesinas con los pesebres
NÁPOLES, Italia.– A lo largo de una estrecha calle peatonal hay estatuillas de Cristiano Ronaldo hechas de cerámica. Su figura, inconfundible: las piernas abiertas a la altura de los hombros, los brazos hacia el suelo, el pelo con gel. Muchos otros Ronaldos, en general, se parecen muy poco al Ronaldo de verdad.
Todos los Ronaldos diminutos representan un segmento creciente de la colorida variedad navideña en la Via San Gregorio Armeno, una calle histórica que ha sido famosa desde 1800 por ser el hogar espiritual de los artesanos especializados en las tradicionales escenas del nacimiento, o “presepi” (pesebre).
En estos días, es más probable que los transeúntes que visitan la calle encuentren estatuillas de cerámica de celebridades y figuras de la cultura popular que dominan los escaparates y las mesas en las veredas. En una ciudad que enloquece por el fútbol como Nápoles, es natural que los futbolistas, y sus representaciones, hayan empezado a recibir la parte más alta de las marquesinas.
“Es difícil de explicar, pero es como una fe visceral”, comentó Marco Ferrigno, un artesano de cuarta generación que posee uno de los talleres más famosos de la calle, para referirse a la obsesión que tiene la ciudad con el fútbol. “Así que los jugadores se convierten en ídolos… al extremo, a veces”.
Por lo tanto, al lado de todos los niños Jesús y los diferentes Ronaldos, los compradores encuentran figuritas de Francesco Totti mientras se toma una selfie, Kylian Mbappé con los brazos cruzados, Lionel Messi con las manos apuntando hacia el cielo y casi todos los miembros actuales del Napoli, el adorado equipo local.
Los puestos en las aceras tienen suficientes futbolistas como para poblar un Mundial con estatuillas, y la calle desarrolló una identidad dividida: parte museo sagrado, parte galería de arte, parte Museo de Madame Tussauds en miniatura.
En el origen fue Diego Maradona. En 1987, llevó a Napoli a su primer título en la Liga italiana, algo comparable en estos días a la erupción del Vesubio. Dos años después, Maradona se convirtió en el primer futbolista en las escenas de Navidad de las tiendas. Aún hoy, Maradona aparece en casi todos los puestos de ventas de pesebres en la calle, con su pelo al viento y de pantalones bien cortos. “Fue un ídolo y al transformarse en una figura de las escenas del nacimiento en cierto modo alcanzó el lugar de un santo”, dijo Niola.
No todo el mundo ha disfrutado de la evolución en la industria. Vincenzo Nicolella, director artístico de la Asociación Napolitana del Presepe, aseguró que estaba preocupado de que el universo de personajes aceptables para el nacimiento se hubiera expandido demasiado rápido.
Desde los 90, al lado de las estrellas del fútbol, las tiendas tradicionales han dado prominencia a estatuillas de políticos, actores, cantantes e incluso de “influencers” de Instagram. Mientras tanto, las figuras tradicionales del nacimiento suelen estar relegadas al interior de las tiendas y fuera de la vista de todos.
“Alguien debe intervenir y decir: ‘Un momento, por favor no toquen el ‘presepe’”, comentó. “Estamos hablando de una tradición artística de alta calidad”. Sin embargo, muchos artesanos y comerciantes han aceptado que tienen que abarcar tanto el mundo sagrado como el secular. Aseguran que los futbolistas y las celebridades invitan a las generaciones más jóvenes a aprender sobre un oficio que de otro modo se percibiría como pasado de moda.
El taller de la familia Di Virgilio está llena de pequeños amuletos de cuernos rojos, que tienen como objetivo repeler la mala suerte (“Tenemos un dicho en Nápoles: ‘No es verdad, pero lo creo’”), y estatuillas relacionadas con ingenio a la política internacional. “El año pasado, vendimos muchas estatuas de Trump”, explicó. “Mamma mia”...
Di Virgilio señaló que las figuras religiosas tradicionales, algunas de las cuales pueden costar miles de euros, representaban la mayoría de su negocio, pero que las de fútbol, que rondan los 20 euros (22,93 dólares), ganaban la mayor parte de la atención de los transeúntes.
Hay una estatua de Zinedine Zidane mientras conecta un cabezazo a Marco Materazzi en la Copa del Mundo de 2006 y, cerca de ella, una foto de Materazzi sujetando la figura, con una gran sonrisa. La tienda está cubierta de fotos de futbolistas que sostienen sus efigies con forma de estatuas del nacimiento. “Cuando ven las esculturas, vuelven a ser niños”, comentó el artesano. Di Virgilio dijo que este año Ronaldo se había convertido en su mayor éxito de ventas tras pasar del Real Madrid a la Juventus. “Soy aficionado del Nápoli, y soy anti-Juventus, pero en el negocio debemos hacer las paces”, confesó.
Esa generosidad no existe con todos los jugadores, aparentemente. Di Virgilio hoy vende una figura de Gonzalo Higuaín, un antiguo jugador del Napoli, con cuernos de diablo y un cartel que reza “ingrato corazón”, en tipografía napolitana. Higuaín fue visto como quien traicionó a la ciudad cuando desembarcó en Juventus hace dos años. En otro local, Higuaín está sosteniendo un plato con tres babas –un hongo- realizado al estilo de la pastelería tradicional napolitana- representando los tres goles que Napoli concretó contra su equipo actual, A.C. Milan, un tiempo atrás en esta temporada.