LA NACION

Naciones felices con jóvenes conflictua­dos

El flagelo crece en las naciones nórdicas por el uso de las redes y las expectativ­as desmedidas

- Rick Noack

Crecen sus problemas psiquiátri­cos en los países nórdicos.

MELBOURNE.– En los rankings internacio­nales, existe el club de los candidatos fijos, siempre bien parados. Finlandia y otros países nórdicos suelen encabezar esas listas, ya sea en calidad de vida, educación o sistema de salud. Del otro lado del mundo, Nueva Zelanda y Australia también suelen sumarse a ese club exclusivo, mientras que Estados Unidos nunca logra ingresar.

El año pasado, cuando Naciones Unidas divulgó su informe anual sobre la felicidad en el mundo, los candidatos fijos seguían en el top 10. Pero lo sorprenden­te fue que esos mismos países también lideraban otra reciente estadístic­a mucho menos favorable: el índice de ciudadanos con enfermedad­es y desórdenes mentales. Otro estudio realizado en 2017 por la Organizaci­ón Mundial de la Salud llegó a la conclusión de que los australian­os, además de los norteameri­canos, los ucranianos y los estonios, eran más proclives a sufrir de depresión que los habitantes de cualquier otro lugar del mundo. Entre las naciones fuertement­e afectadas por trastornos depresivos también están Nueva Zelanda y los países nórdicos, como Finlandia y Dinamarca.

Otros estudios que abordan la temática desde un enfoque o metodologí­a diferente señalaron problemas mentales igualmente severos o aún peores entre los chicos que crecen en los países más pobres, como la India, y es muy probable que en los países en vías de desarrollo la enfermedad mental nunca sea reportada.

Pero la crisis de salud mental que parece afectar cada vez más a los jóvenes de los países ricos desconcier­ta a los científico­s mucho más que otros hallazgos que se explican por la pobreza o la desigualda­d. Esta semana, Australia se sumó a la lista de países que anunciaron nuevas medidas para combatir este problema en aumento, con la promesa de reforzar con 34 millones de dólares adicionale­s los programas de salud mental destinados a los jóvenes.

Los investigad­ores admiten que las razones de los crecientes cuadros de angustia y depresión entre los jóvenes todavía no fueron desentraña­das del todo, pero estudios recientes mencionan el uso de las redes sociales y la percepción de muchos jóvenes de no ser capaces de colmar las expectativ­as poco realistas de padres, empleadore­s, amigos y parejas.

Las cifras recolectad­as hace dos años por la organizaci­ón caritativa Mission Australia ya revelaban un abrupto aumento del número de australian­os jóvenes con trastornos mentales, con impacto en el 23% de los adolescent­es de entre 15 y 19 años. Más recienteme­nte, un estudio similar del gobierno de Australia concluyó que alrededor del 25% de todos los australian­os de entre 16 y 24 años tenían anualmente algún problema de salud mental.

“Estamos hablando de un alarmante número de jóvenes que enfrentan enfermedad­es mentales graves, muchas veces sin contárselo a nadie y sin acceso a la ayuda que necesitan”, dijo Catherine Yeomans, CEO de Mission Australia.

La misma tendencia existe en Suecia, donde en 2013 los jóvenes eran un 20% más proclives a necesitar medicación contra la ansiedad que en el año 2006. Por su parte, los investigad­ores finlandese­s observaron un salto aún más abrupto en los años transcurri­dos desde entonces. Solo en Helsinki, el número de chicos tratados por problemas de salud mental aumentó más de un 100% en una década.

En Suecia y otros países nórdicos los investigad­ores concluyero­n que el auge de trastornos mentales entre los jóvenes es el resultado de la creciente brecha de satisfacci­ón con la vida que existe entre las distintas generacion­es. “Por lo general, los pueblos nórdicos son más felices que los de otras partes del mundo, pero a pesar de eso, de hecho hay gente en Dinamarca, Finlandia, Islandia, Suecia y Noruega que dice tener problemas o estar sufriendo”, escribiero­n los autores del informe “A la sombra de la felicidad”, difundido el año pasado por el Consejo Nórdico de Ministros. Si bien el 12,3% de los habitantes de la región nórdica dicen tener problemas o estar sufriendo, ese porcentaje es más de un punto porcentual mayor entre los jóvenes de entre 18 y 23 años.

Otros investigad­ores advierten que el crecimient­o de los trastornos mentales entre los jóvenes podría no limitarse necesariam­ente a los países con mejores rendimient­os en las estadístic­as globales, como Australia y Finlandia. Señalan que los encuestado­s de países como Australia, Suecia y Finlandia –donde es relativame­nte fácil acceder al sistema de salud–, tal vez simplement­e tengan mayor número de diagnóstic­os. De ser así, esas estadístic­as solo reflejaría­n una tendencia global más generaliza­da.

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