La encrucijada diplomática abre la puerta a mecanismos de final incierto
El inicio del nuevo mandato de Nicolás Maduro en Venezuela, desconocido por gran parte de la comunidad internacional, y el anuncio del líder de la opositora Asamblea Nacional, Juan Guaidó, sobre su disposición a asumir como “presidente interino” hasta que se convoque a nuevos comicios, puso a la diplomacia en una encrucijada.
“Vamos a ver si los países que desconocieron el nuevo mandato de Maduro también reconocen al presidente de la Asamblea Nacional y comienzan a tratarlo como tal”, dijo Michael Camilleri, especialista en políticas públicas del centro de análisis Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
Para Camilleri, lo que dejó la nueva investidura de Maduro es una percepción de que “una solución política a la crisis democrática e institucional en Venezuela está cada vez más lejos”.
En tanto, la diplomacia regional ya puso en marcha varios mecanismos de final incierto.
Coincidiendo con la ceremonia de Maduro, la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó en reunión extraordinaria una resolución para declarar ilegítimo el nuevo período. La moción fue respaldada por 19 votos a favor, seis en contra, ocho abstenciones y una ausencia. El secretario general del organismo, Luis Almagro, dio su respaldo al “presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó”.
En forma paralela, hace una semana los cancilleres del Grupo de Lima instaron a Maduro a no asumir el nuevo mandato, en una declaración de la cual se restó México.
“La credibilidad de este grupo está en juego. ¿Qué están dispuestos a hacer ahora que los han desafiado? Es un momento diplomático un poco alarmante”, indicó Fernando Cutz, exasesor de seguridad nacional del gobierno de Estados Unidos.
Para Cutz, la pregunta clave es cómo responderán los países y citó el ejemplo de Paraguay, que decidió romper relaciones con Venezuela.
El gobierno ultraderechista de Brasil ya saludó la disposición de Guaidó a “asumir constitucionalmente la presidencia”.
Estados Unidos, que participó de la reunión del Grupo de Lima vía videoconferencia, también expresó su respaldo a la Asamblea Nacional.
“El gobierno de Donald Trump apoya con decisión a la Asamblea Nacional de Venezuela, la única rama legítima del gobierno elegida de la forma debida por el pueblo venezolano”, afirmó anteayer en un comunicado John Bolton, consejero de seguridad nacional del presidente estadounidense.
William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Venezuela, reconoció en tanto durante un seminario organizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en Washington, que aunque existen bases para considerar los argumentos de la oposición sobre la legalidad de un gobierno alternativo, la realidad es otra.
“Hay momentos en los cuales un argumento legal tiene que enfrentarse al mundo real”, dijo Brownfield, diplomático de carrera.