Empezó a bajar el agua en el norte de Santa Fe, pero se esperan más lluvias en la región
inundaciones. En Chaco, en tanto, unas 1300 personas permanecían evacuadas
SANTA FE.– El clima les concedió ayer un breve respiro a los pobladores del extremo norte de esta provincia, afectados por las inundaciones que provocaron las lluvias que, en un mes, superaron la media anual de 800 milímetros. Ante el escurrimiento de las aguas, algunas familias que habían evacuado sus casas tres días atrás pudieron finalmente retornar. Pero nadie está ajeno a lo que adelanta el Servicio Meteorológico Nacional: es probable que el clima inestable continúe hasta pasado mañana.
Los pobladores de los departamentos de Vera y General Obligado –que limitan con Chaco– y de 9 de Julio –que también limita con Santiago del Estero– saben que la tregua puede ser efímera. Por eso ayudan (y exigen) el alteo de las defensas con bolsas con arena en varios distritos, mientras esperan que la ayuda oficial de alimentos, medicamentos, ropa y calzado se haga efectiva para sobrellevar la situación que atraviesan: muchas viviendas tienen unos 60 centímetros de agua adentro.
Un informe oficial consignó ayer que el número de evacuados ascendió a 200 en el norte santafesino.
El gobernador Miguel Lifschitz recorrió las localidades de Florencia, Los Amores y Campo Hardy, que son algunas de las más afectadas por las precipitaciones. Se reunió con productores y autoridades agropecuarios y luego sobrevoló los departamentos de Vera y General Obligado. Allí confirmó que extenderá la declaración de emergencia hídrica a General Obligado.
“Afortunadamente la situación está mejor que hace 24 o 36 horas. Recorrimos las zonas que estuvieron con agua, y esperamos que el tiempo aguante y no vuelva a llover, aunque los pronósticos no son confiables”, dijo Lifschitz.
“Es una situación de precipitaciones inéditas en esta zona, pero vamos a salir. Ahora hay que atender la emergencia, asegurar que las personas evacuadas estén en la mejor situación posible, cuidar los temas de salud para que no se generen infecciones y, después, cuando baje el agua, habrá que ver el tema de los sectores productivos afectados y cómo los podemos asistir para que puedan recuperarse lo más rápido posible”, detalló.
Además, atribuyó parte del problema a Santiago del Estero: “En los últimos años avanzó con la frontera agrícola. Ha deforestado zonas importantes y canalizado. Toda esa agua viene ahora para Santa Fe”.
El subsecretario de Protección Civil de la provincia, Antonio Moyano, dijo: “Pasamos una noche tranquila [por anteayer]. No llovió y eso permitió que en algunas zonas el agua esté bajando. Hay personas que estuvieron evacuadas que ya están retornando a sus viviendas”.
Y agregó: “Hay que hacer una obra interprovincial importante, que el gobierno nacional tiene el compromiso de financiar. Nosotros estamos terminando el proyecto técnico, y en febrero se podría empezar el trámite licitatorio”.
En Chaco, en tanto, la situación se había complicado anteayer luego de la caída de abundantes precipitaciones que afectaron varias localidades. Ayer, permanecían evacuadas 1355 personas.
Las condiciones climáticas se mantenían estables desde el viernes a la noche, cuando se registraron las últimas lluvias fuertes, según informaron desde la Secretaría de Protección Civil (Sinagir). Pero ya para esta noche se esperaban nuevas precipitaciones.
El informe del Sinagir detalló que 427 de los evacuados corresponden a Resistencia; 392, a Barranqueras; 264, a Puerto Vilelas; 112, a Las Breñas; Puerto Tirol (60); Villa Ángela (55); Charata (16); Fontana (15); Tres Isletas (9); y Villa Berthet (5). Los nueve evacuados de la localidad de Tres Isletas pertenecen a dos familias que sufrieron heridas cuando se volaron los techos de sus viviendas.
La Policía provincial está a cargo de los recorridos preventivos por los establecimientos educativos y los demás centros de evacuación, y cinco camiones del Ejército trabajaban en el área metropolitana, donde personal de Gendarmería Nacional colaboraba con los agentes de Defensa Civil en la distribución de raciones para las familias damnificadas.