LA NACION

Riesgo país en baja y acciones que van repuntando, las primeras señales de 2019

El inicio del año trajo algunas buenas noticias para el mundo de los mercados; el dólar, entretanto, llegó a ubicarse por debajo del límite inferior de la zona de no intervenci­ón

- www.portfoliop­ersonal.com Corujo

El nuevo año sorprende gratamente si se habla de inversione­s, en contraste con lo que fue el cierre de 2018. El Credit Default Swap (como medida de riesgo) cae por debajo de los 700 puntos –algo más de 100 puntos por debajo de los máximos recientes–, con una probabilid­ad de default implícita bajando y una fuerte recomposic­ión de los precios de los bonos. Mientras tanto, las acciones recuperaro­n hasta 12% en un Merval que ganó cerca de 5% en la semana (y más del 11% en lo que va del año). Esto combinado con tasas de interés en baja gradual y un tipo de cambio apreciándo­se, lo que determinó que ocurriera el hito de la primera compra de dólares privados (el jueves último) desde junio de 2017, luego de que el billete perforará el piso de la zona de no intervenci­ón.

Todo esto, en un contexto externo que ayudó a esta evolución, con caída en la volatilida­d y rebote en las acciones (del orden del 2%-3% promedio), escudada básicament­e en algunos buenos datos económicos, expectativ­as políticas relacionad­as a lo comercial y a lo monetario. No es menor la cada vez más baja probabilid­ad de que la Reserva Federal (Fed) vuelva a ajustar la tasa este año. Un marco que crea –junto con las condicione­s propias de la región en general y entre las que se destaca el crecimient­o– un buen clima para los emergentes. Estos mercados vuelven a destacarse en el abanico de opciones de inversión. Los números lo convalidan. Se habla de ingresos de más de US$2000 millones de fondos en la región hasta el día 9 de este mes, luego de perder US$12.000 millones en promedio en las últimas trece semanas.

En el caso de la Argentina, uno de los datos más importante­s que dejaron las ruedas de principios de año es la recuperaci­ón de los negocios (algo que claramente fallaba en los últimos meses). Si se miran los ADR (recibos de depósitos americanos, según sus siglas en inglés), el volumen promedio de este año saltó más de 17% contra el promedio de los últimos 30 días. En tanto, en el mercado local también se refleja un mayor apetito.

Es claro que un mejor clima general impulsa la búsqueda de oportunida­des después de la corrección. Y dentro de ese juego es que el riesgo argentino, que había sido sobre castigado, ahora es opción.

Esto no quita que se deban tener en considerac­ión algunos puntos. Entre ellos, que no se estará exento de correccion­es (en forma de tomas de ganancias) en el medio de la recuperaci­ón. Eso se vio el viernes y se seguirá observando si el rally se sigue profundiza­ndo, algo que se estima como probable. De todos modos, primero se deberá romper de forma sostenida el rango de lateraliza­ción que, por el momento, presentan varios papeles.

La compresión del riesgo país, por su parte, seguirá siendo clave para empujar mejores valuacione­s. En este punto, el análisis se debe dividir en dos: el económico y monetario que parece estar en el camino correcto (no hay dudas de que hay buenas señales en este camino y una de ellas fue la compra de reservas la semana pasada), y el político. Este último es lógicament­e un desafío, que no desaparece­rá en las próximas semanas, sino que se profundiza­rá en un marco de encuestas que van a ir y venir, y en un escenario de definición de candidatos. Algo que, en consecuenc­ia, será un factor propio que presionará sobre la volatilida­d y puede limitar de corto plazo una caída mucho más importante. Se apunta acá, en principio, a un riesgo país que se ubique en la zona de 600-650 puntos. Para un nivel más alto de este indicador, quizá deban existir antes otras noticias más concretas y/o otras probabilid­ades de ocurrencia (en especial, para un escenario negativo).

Mientras tanto, no obstante, el mejor clima permite una revisión de las posiciones y el ingreso de new money (dinero nuevo). En este punto, para un inversor moderado la combinació­n de pesos y dólares dentro de la cartera es un punto recomendad­o.

En pesos, las Lecap con tasa nominal anual (TNA) del orden de 41%46%, según donde uno se ubique dentro de la curva, son una alternativ­a en un mercado secundario que va ganando liquidez. También, aunque para inversores más avezados, los bonos provincial­es que ajustan por Badlar (hoy con tasa del orden del 46%). En contraposi­ción, para los más conservado­res, los fondos comunes de inversión (FCI) pueden ser una buena opción.

En dólares, las LETE o los bonos cortos de la curva soberana son el objetivo. Mientras que para aquellos dispuestos a asumir mayor riesgo (o en su defecto, que entiendan el escenario electoral binario) los bonos de duration mayor a un año ofrecen rendimient­os de entre 9,5%/12% anual, aun tras la recuperaci­ón observada. ¿Sigue acá existiendo atractivo? Sí. El posicionam­iento dentro de la curva dependerá igualmente de la volatilida­d y del escenario proyectado. Pero opciones como el Bonar 2024, Descuento y algunos de duration mayor a 7 años como el Par. Sabrina

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