Clanes narco mantienen sus negocios pese a las condenas
Detectan que jefes de vendedores de cocaína en Barrio Mitre tienen varias causas
Luego de una investigación realizada durante más de un año, la Justicia ordenó el procesamiento con prisión preventiva de cinco miembros de tres clanes narco que actualmente controlaban –a través de media docena de búnkeres– la venta de marihuana y cocaína en la zona conocida como Barrio Mitre, en Saavedra, según información judicial a la que accedió la nacion. En los allanamientos por la Dirección Autónoma Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad se había incautado dos pistolas 9 milímetros, municiones, dos kilos de marihuana y casi medio kilo de cocaína.
Esta causa expone uno de los problemas básicos que enfrentan los investigadores para erradicar los puestos de venta de drogas. La mayoría de los acusados ahora tienen antecedentes por comercialización de sustancias prohibidas y siguen en el negocio narco, aunque cumplen algunos años de prisión. Incluso, al tratarse de clanes familiares, la caída de un jefe narco tiene rápido reemplazo con un pariente.
En el operativo fue detenida una mujer de 43 años llamada Carolina Patricia Gómez, que en 2011 ya había sido condenada por traficar drogas en la misma zona. Al salir de la cárcel en 2017 y luego de cumplir una condena de seis años por dos causas diferentes, ella fue la encargada de reabrir los búnkeres del clan Gómez, cuyos miembros –en parte– provienen del Bajo Flores. Gómez regresó prácticamente sola al Barrio Mitre para volver a tomar el control del territorio, ya que su hermano y su esposo, José Gómez y Germán Helm, permanecen detenidos desde 2013 también por vender drogas y acopiar armas.
Según fuentes judiciales, esa mujer llegó primero a la casa de sus padres en Barrio Mitre, para luego expandir su negocio ilegal hacia otras propiedades. Para eso, tuvo que apoyarse en su hermana y en uno de sus cuñados –que también fueron capturados recientemente– para montar nuevamente la red de microtráfico, pero además tuvo que negociar con otros clanes familiares del barrio para hacer frente allí al avance de narcos vinculados con la barra del Club Atlético Platense.
El clan Gómez –relataron los investigadores– protagonizó, desde 2011, varios enfrentamientos armados contra grupos rivales del barrio por la disputa de zonas claves. Además se sospecha que ese grupo fue responsable del incendio de un centro de rehabilitación que había sido montado por madres de adictos en un búnker recuperado.
Sin embargo, con sus principales líderes aún detenidos, los Gómez también se vieron obligados a tejer alianzas locales. Así –por ejemplo– el hijo mayor de Gómez, que ya había vendido drogas junto a su madre, se incorporó luego a una banda de violentos asaltantes; a principios de 2018 terminó preso en la cárcel de Devoto por un atraco fallido. Los principales aliados del clan Gómez en Saavedra serían los miembros de las familias Moreno y Tapia.
Acuerdo entre clanes
Según consta en los expedientes, los tres grupos familiares se turnaban para comercializar los estupefacientes. Pero, entre ellos, dos integrantes de la familia Moreno –que están en la lista de criminales procesados recientemente– se destacaban por su violencia: protagonizaron tiroteos contra otros narcos de la zona. Un integrante de este clan fue baleado durante un enfrentamiento entre bandas antagónicas de Saavedra. A su vez, otro miembro de la familia Moreno fue condenado en abril de 2015 a tres años de prisión en suspenso por narcotráfico y encubrimiento, pero a comienzos de 2018 ya había reactivado sus búnkeres en el barrio.
Respecto del clan Tapia, la Justicia procesó también en los últimos días a un joven de 24 años, identificado como Vittorio Ítalo, que había recibido una condena por robo, pero que luego regresó al Barrio Mitre para vender drogas. Fue capturado con una gran cantidad de marihuana y cocaína, además de un arma de fuego, durante los últimos días de noviembre de 2018.
En tanto, la semana pasada, el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 9 ordenó, por un secuestro, el procesamiento con prisión preventiva de tres hombres y una mujer vinculados con la barra de Platense y miembros del grupo criminal que –en el Barrio Mitre de Saavedra– está enfrentado con las familias Gómez, Moreno y Tapia.
Los miembros de este segundo grupo criminal fueron acusados de secuestrar a la hija de un narcotraficante de Flores y cobrar un rescate de más de $297.000. Este grupo está dedicado a realizar atracos en locales comerciales y cuenta también con vínculos delictivos en la zona del Bajo Flores, una zona dominada históricamente por un clan de origen peruano, del cual los barras de Platense se nutrían de peligrosa “mano de obra”.