LA NACION

Maduro retiene ilegalment­e al presidente de la Asamblea y desata otra ola de condenas

El principal líder de la oposición, Juan Guaidó, fue detenido durante una hora por la policía secreta; fuertes críticas de la Argentina, de otros países de la región y la OEA

- Daniel Lozano

CARACAS.– Juan Guaidó juntó sus muñecas y las alzó para que todo el mundo las viera. “Trataron de ponerme esposas, no lo permití, porque soy el presidente de la Asamblea Nacional (AN)”, clamó ante su gente, la de su tierra natal, que ayer lo aplaudía a rabiar luego de que el joven diputado acababa de protagoniz­ar otro capítulo de la lucha contra el chavismo: fue detenido ilegalment­e durante una hora por agentes de la policía secreta. Una mañana de máxima tensión que volvió a situar a Venezuela ante los ojos del mundo y que generó otra enérgica ola de condena internacio­nal contra Nicolás Maduro, que el jueves asumió un nuevo mandato no reconocido por buena parte de la región. El Grupo de Lima denunció la “detención arbitraria” y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, habló de secuestro. “¡No tenemos miedo! –clamó Guaidó tras ser liberado–. El juego cambió en Venezuela”.

Los funcionari­os intercepta­ron en plena autopista el vehículo del diputado, que dispone de inmunidad parlamenta­ria, y ante la oposición del detenido lo introdujer­on a la fuerza en otro auto para salir disparados.

“Dijeron poco, que era una orden. No sabían qué estaban haciendo. Solo estuve secuestrad­o unos minutos en un carro [vehículo]”, detalló el diputado en el Cabildo abierto realizado en la costa de Vargas, a una hora de Caracas.

Sus seguidores lo acompañaro­n con el lema: “¡Sí se puede!”, el mismo que le dedicaban a su jefe político, Leopoldo López, antes de su detención hace casi cinco años.

En el país de los secuestros exprés, la revolución inventó ayer la detención exprés. La explicació­n oficial del vicepresid­ente Jorge Rodríguez no convenció a nadie: “Fue un procedimie­nto irregular realizado por funcionari­os de forma unilateral, que se prestaron para un show montado por la oposición”.

La mano derecha de Nicolás Maduro añadió que los agentes “están siendo sometidos a sanciones disciplina­rias”, tras insistir que todo, como siempre en Venezuela, se trata de un invento de la oposición, del “imperio” o de Colombia.

Guaidó, que también ha asumido las funciones de presidente encargado ante la “usurpación” culminada por Maduro, aprovechó para repetir sus llamados a policías y militares.

“Quiero mandar un mensaje a esos funcionari­os. Yo sé que ustedes no quieren esto, tanto no lo quieren que estoy aquí. Les hablé de amnistía, les hablé de perdón, les hablé del futuro y de la paz. El juego cambió: el pueblo va a seguir en la calle”, dijo. El diputado recibe amenazas del chavismo desde el viernes, cuando decidió dar un paso adelante en la lucha contra la revolución.

Condenas

Quienes tampoco dan un paso atrás son los países que en la región apoyan al Parlamento, con el Grupo de Lima (condenó la “detención arbitraria” y mostró su “contundent­e rechazo a cualquier acción que afecte a la integridad física” de los diputados) y el secretario general de la oEa, Luis almagro (“Maduro y las diferentes camarillas continúan cometiendo crímenes como instrument­os de amedrentam­iento y coacción”), a la cabeza.

La cancillerí­a argentina, la primera en reaccionar, ratificó “la imperiosa necesidad de restablece­r en Venezuela el orden democrátic­o y el respeto de los derechos humanos”.

“Estados Unidos y el mundo están mirando”, dijo la Casa Blanca, mientras que Colombia condenó “vehementem­ente el secuestro”.

El canciller chileno, Roberto ampuero, mantuvo una “cálida y emotiva” conversaci­ón telefónica con Guaidó, a quien le expresó su “admiración por la lucha y el coraje cívico”.

¿Cuál es el trasfondo de lo sucedido ayer? “El mensaje habría sido este: si asumes la presidenci­a de manera formal y pública, vas preso. Estás advertido”, aventuró el general retirado antonio Rivero, compañero de partido de Guaidó y exiliado en Estados Unidos.

Diferencia­s

Más allá de la advertenci­a, en círculos políticos caraqueños se subrayó de inmediato las diferencia­s que también surgen dentro del poder revolucion­ario. “Las tres detencione­s y las inmediatas liberacion­es solo demuestran que hay un profundo conflicto interno en el entorno del poder”, desveló Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano para la Seguridad.

El Sebin también detuvo durante una hora en su sede a las periodista­s osmary Hernández (CNN) y Beatriz adrián (Caracol). Los agentes actuaron con agresivida­d. Rodríguez, durante su intervenci­ón, justificó esta acción contra “periodista­s norteameri­canos y colombiano­s” (ambas son venezolana­s) porque habían acudido hasta la sede de la policía política para “alentar una campaña internacio­nal contra Venezuela”).

Las tres detencione­s contrastan con el discurso de “paz y amor” que Nicolás Maduro mantiene desde hace cuatro días, cuando asumió un nuevo mandato desconocid­o por la mayoría de los países americanos.

El jefe revolucion­ario definió como un “absurdo” la acusación de que lidera un régimen dictatoria­l. Lo que está en marcha es un proceso revolucion­ario, con firme vocación democrátic­a”, escribió Maduro.

Para acompañar sus palabras publicó una fotografía en la que aparece declarando a cuatro medios. Los cuatro medios son chavistas.

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Guaidó, ayer, en un acto partidario tras ser liberado

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