El Vaticano asegura que trabaja en sintonía con los obispos venezolanos
La presencia de un diplomático del Estado papal en la asunción de Maduro había despertado suspicacias
ROMA.– No hay división entre el Papa y los obispos venezolanos, sino total sintonía. Así lo aseguró ayer Alessandro Gisotti, vocero interino del Papa: “La Santa Sede y los obispos del país continúan trabajando juntos para ayudar al pueblo venezolano, que sufre las implicaciones humanitarias y sociales de la grave situación en la que se encuentra la nación”.
Gisotti habló así al responder una pregunta que le formuló la nacion el jueves último, cuando inquirió por la llamativa presencia de un diplomático del Vaticano en la cuestionada ceremonia de asunción de segundo mandato de Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela.
la nacion preguntó entonces cómo debía interpretarse la presencia del encargado de negocios ad interim, monseñor George Koovakod, en una ceremonia que fue boicoteada por la mayoría de países del mundo, sobre todo a la luz de la toma de posición de los obispos venezolanos, que consideraron “ilegítimo” el segundo mandato de Maduro.
“La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con el Estado venezolano. Su actividad diplomática tiene como finalidad promover el bien común, tutelar la paz y garantizar el respeto de la dignidad humana”, explicó Gisotti en un comunicado.
“Por esto, la Santa Sede ha decidido estar representada en la ceremonia de inauguración de la presidencia, por el encargado de Negocios ad interim de la Nunciatura Apostólica de Caracas”, indicó. Koovakod, el diplomático presente en la nueva asunción de Maduro, es el número dos de la nunciatura en Caracas.
“La Santa Sede y los obispos del país continúan trabajando juntos para ayudar al pueblo venezolano, que sufre las implicaciones hu-
manitarias y sociales de la grave situación en la que se encuentra la nación”, agregó, en una frase muy importante, porque echó por tierra especulaciones de una división o contradicción de posturas entre Francisco –acusado por algunos de respaldar a Maduro– y los obispos venezolanos, desde siempre muy críticos con el régimen.
Como dijeron en el Vaticano hace unos días a la nacion, las declaraciones de los obispos venezolanos –que rechazaron el segundo mandato de Maduro y consideraron la Asamblea Nacional “el único órgano del poder público con legitimidad para ejercer soberanamente sus competencias”– cuentan con el respaldo del Vaticano que, de todos modos, quiere seguir apostando por la paz y ayudar a Venezuela a salir de la gravísima crisis en la que se encuentra.
Hace una semana, el papa Francisco pidió diálogo para resolver la crisis en Venezuela. Su gesto le costó críticas de varios dirigentes -entre ellos, una veintena de expresidentes americanos y europeos– por no condenar con claridad al régimen de Maduro.
Al dirigirse a los 183 embajadores acreditados ante la Santa Sede, Bergoglio pidió “que se encuentren vías institucionales y pacíficas para solucionar la persistente crisis política, social y económica” en el país caribeño.