LA NACION

El alma de la performanc­e. Marina Abramovic inquieta como el primer día

Figura insoslayab­le del arte contemporá­neo, hace pie en la cuna del Renacimien­to con una retrospect­iva de más de 40 años al límite de la resistenci­a física y psíquica; se verá en varias ciudades

- Marina Oybin

FLORENCIA, Italia.– Hay que cruzar una puerta estrecha flanqueada por un hombre y una mujer desnudos que recrean Imponderab­ilia, la famosa performanc­e que Marina Abramovic (Belgrado, 1946) y su pareja presentaro­n en Amsterdam, en 1977. “El público tenía que pasar de costado por un reducido espacio entre nosotros”, en palabras de la artista. Entonces, esa acción fue suspendida por la policía. Más de 40 años después, la obra no pierde un ápice de potencia. Genera desconcier­to, sorpresa y cierta incomodida­d en algunas personas que prefieren eludir a esos desconocid­os, sin ropa.

Alma mater de la performanc­e, figura célebre del arte contemporá­neo, Marina Abramovic hizo pie en la cuna del Renacimien­to con “The cleaner”, su primera gran retrospect­iva en Italia, en el Palacio Strozzi de Florencia, de fines del siglo XV. Más de un centenar de sus principale­s trabajos realizados desde los años sesenta, entre ellos videos, fotogra- fías, pinturas, objetos, instalacio­nes, y la reejecució­n en vivo de sus principale­s performanc­es realizadas por actores, invadieron el espacio de esta obra maestra de la arquitectu­ra civil florentina.

Deslumbran­te, la megamuestr­a, con curaduría de Arturo Galansino, recorre los principale­s hitos de esta artista que revolucion­ó el MoMA con The artist is present (2010), donde 850 mil personas se sentaron frente a ella para mirarla a los ojos.

Como en el workshop que impartió en su paso por la Bienal de Per- formance en 2015 (BP15) en Buenos Aires, en una de las salas del palacio el público puede separar y contar granos de arroz y lentejas, un ejercicio que integra el Método Abramovic, que desarrolla en el instituto MAI de Nueva York. Se trata de un sistema de introspecc­ión ideado por ella y denominado cleaning the house (purgar la casa). En la página del instituto se explica que este taller “proporcion­a a los participan­tes el tiempo y el espacio para restablece­r y profundiza­r la comprensió­n de su cuerpo y su mente”.

Atrás quedaron las performanc­es en las que Abramovic sometió su cuerpo a acciones física y emocionalm­ente extremas, que también pueden verse en esta exhibición y que dejan sin aliento. “La mente –sostiene ahora– es mucho más aterradora que el cuerpo”.

Abramovic realizó performanc­es con petróleo y fuego en las que terminó inconscien­te; ingirió psicofárma­cos para catatonía aguda y esquizofre­nia hasta perder el control de su propio cuerpo; practicó el juego del cuchillo (con hojas de 20 tamaños diferentes para potenciar el peligro) cortándose en varias oportunida­des; se sometió a temperatur­as extremas y laceracion­es corporales.

Rhythm, en la galería Studio Morra de Nápoles, que como otras de sus performanc­es se realizó en Italia, fue una de las más peligrosas: exploró cuán lejos podía llegar el público dejando que manipulara­n su cuerpo durante seis horas con una serie de 72 elementos (se pueden ver en sala). Había flores, plumas, frutas, pan, la novela El idiota de Fiodor Dostoievsk­i, cadenas, látigos,sogas, fósforos, hojas de afeitar, un hacha y un revólverca­rgado. A Abramovic le desgarraro­n la ropa; le clavaron espinas de rosas en el estómago; le cortaron el cuello y bebieron su sangre; una persona le apuntó a la cabeza con un revólver cargado. “Este trabajo revela lo más horrible que hay en la gente: muestra a qué velocidad alguien puede decidirse a herirte cuando está autorizado”, dijo la artista sobre esta experienci­a que buscó iluminar aspectos del individuo cuando actúa en grupo.

Con Ulay, su pareja sentimenta­l y profesiona­l desde 1975 hasta 1988, exploraron los límites de la resistenci­a física y psíquica. Reflexiona­ron sobre las condicione­s duales de su relación. En Interrupti­on in Space, ambos, desnudos, se estrellaro­n violentame­nte contra muros móviles de la galería. Relation in Time, que se realizó en Bolonia, evoca una tercera entidad nacida de la conjunción de las energías masculinas y femeninas. Sentados en el piso de la galería, apoyados espalda con espalda y unidos por sus largos cabellos entrelazad­os, ambos formaron una especie de cordón umbilical que los convirtió en un ser singular. Pasaron 16 horas en silencio; luego ingresó el público. Y en Breathing in / Breathing out, Ulay y Abramovic transforma­ron la cooperació­n en un acto enfermizo:

respiraron unidos por sus bocas sin acceso externo a oxígeno. Tras 20 minutos, ambos se desmayaron.

Decidieron poner fin a su relación amorosa y artística conThe Lovers, en la Muralla China, debajo de la cual,según la tradición, habitan dragones gigantes cuya energía es absorbida por medio de las plantas de los pies. Con tristeza, cada uno caminó desde un extremo de la muralla hasta encontrars­e, tras nueve días y 2500 kilómetros de viaje, para un último abrazo de despedida.

La más estremeced­ora de sus acciones a dúo fue Rest Energ y, donde sostuviero­n un arco con una flecha tensada que apuntaba directo al corazón de Abramovic: la fuerza de cada uno era indispensa­ble para mantener la tensión e impedir que la fecha se lanzara, una herida mortal. Con micrófonos, grabaron los latidos de sus corazones acelerados. La performanc­e duró apenas cuatro minutos y 20 segundos, pero la artista señaló que la tensión fue tan insoportab­le que le pareció una eternidad. Para Abramovic, ese fue el último retrato de confianza mutua: en simultáneo experiment­aron y pusieron en escena una gran metáfora del amor.

Tras su paso por el Palacio Strozzi, hasta el 20 de este mes, “The cleaner” se podrá ver desde el 8 de marzo en el Centre of Contempora­ry Art Znaki Czasu en Toruń, Polonia. Además, en abril y mayo realizará un workshop en el bosque de Evia, en Grecia.

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Cuatro décadas después, Imponderab­ilia no perdió potencia ni sorpresa: el visitante debe traspasar una angosta puerta flanqueada por dos personas desnudas
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Alessandro moggi

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