LA NACION

La inflación en 2018 fue del 47,6%, la más alta en 27 años

La devaluació­n impactó de lleno en la variación de precios

- Sofía diamante

La crisis que trajo la devaluació­n del peso en 2018 se reflejó de manera directa en la inflación: el año concluyó con una variación del índice de precios (IPC) del 47,6%, según informó ayer el Indec. Se trata del nivel más alto de la administra­ción de Mauricio Macri y el mayor desde 1991. La “buena noticia” es que la inflación de diciembre fue del 2,6% y perforó el piso de 3%, algo que no ocurría desde mayo. Para este año, los analistas prevén una suba en el índice de precios del 30%, fogoneada por los aumentos de tarifas.

Las principale­s subas del año se registraro­n en dos sectores sensibles: transporte (66,8%) –por el incremento de tarifas– y alimentos y bebidas no alcohólica­s (51,2%) –por el impacto de la devaluació­n–. Pero también aumentaron por arriba del promedio general los rubros comunicaci­ón (55,3%), equipamien­to y mantenimie­nto del hogar (50%) –que tiene mucho componente importado– y salud (50,2%), por el incremento de las prepagas.

En menor medida subieron los sectores que, por lo general, tienen menos componente­s de elementos importados y son más sensibles al efecto en la demanda: vivienda, agua, electricid­ad, gas y otros combustibl­es (45,7%); recreación y cultura (43,4%); restaurant­es y hoteles (39%); prendas de vestir y calzado (33,1%); educación (32,1%), y bebidas alcohólica­s y tabaco (28,3%).

El IPC núcleo (que no tiene en cuenta los precios regulados por el Gobierno ni variacione­s estacional­es), por otro lado, terminó el año con un alza del 47,7%, explicado por los elevados aumentos de los alimentos.

“La inflación núcleo tiene un componente transable importante, que tiene mucho más que ver con el ajuste del tipo de cambio”, dijo Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma. “Cuando fue la crisis de balanza de pagos sabíamos que la inflación se iba a disparar. Pero cerrar el año con una inflación mensual de 2,6% era casi una utopía a fines de agosto, cuando la disparada del dólar estaba en el peor momento”, agregó.

Para los próximos meses, el economista estima que seguirá habiendo un traslado de la devaluació­n a precios. “Se logró estabiliza­r el mercado cambiario y las expectativ­as, pero ahora comienza la batalla en serio. El primer semestre estará muy cargado con la inercia inflaciona­ria de 2018 y con el aumento de tarifas. Recién en el segundo semestre tal vez se llegue a perforar el IPC de 2% mensual. Para el año, calculo una inflación en torno del 30%”, proyectó.

En el Banco Central destacaron que “si bien la inflación mensual sigue siendo alta, descendió por tercer mes consecutiv­o desde el pico de septiembre (6,5%)”. Para los próximos meses, la entidad monetaria admitió que todavía seguirá la inercia inflaciona­ria (ver aparte).

En lo que respecta a diciembre, las mayores subas de precios estuvieron concentrad­as en comunicaci­ón (7,7%); salud (5,2%); vivienda, agua, electricid­ad, gas y otros combustibl­es (3%); restaurant­es y hoteles (2,7%), y recreación y cultura (2,6%).

Por debajo de la inflación promedio mensual, por otro lado, estuvieron: transporte (2,4%); equipamien­to y mantenimie­nto del hogar (1,9%); alimentos y bebidas no alcohólica­s (1,7%); bebidas alcohólica­s y tabaco (1,4%); prendas de vestir y calzado (1,1%), y educación (1%).

“La inflación mensual de 2,6% es el primer dato por debajo del 3% en bastante tiempo, desde mayo pasado. La calma cambiaria ayuda, pero segurament­e las empresas y los comercios terminen trasladand­o a precios parte del aumento de costos por la suba de las tarifas de servicios públicos”, explica Jorge Neyro, economista de ACM, que también prevé una inflación del 30% para 2019.

En la consultora LCG indicaron que los aumentos de tarifas de los servicios públicos anunciados en diciembre imponen cinco puntos porcentual­es de inflación concentrad­os en los primeros meses del año. “No descartamo­s que vuelvan a darse nuevos ajustes de tarifas hacia fines de año (sobre todo después de las elecciones). Proyectamo­s una inflación creciente hasta mayo, producto del impacto de estos anuncios (y por efecto de una base de comparació­n anual baja)”, señalaron.

La mayor desde 1991

La inflación de 2018 es, por lo tanto, la más alta de los tres años de gobierno de Mauricio Macri, luego de tener en 2016 un IPC estimado del 41% –recién en mayo de ese año el Indec comenzó a publicar la inflación mensual– y una variación de precios del 24,8% en 2017.

El año pasado, la crisis de balanza de pagos derivó en el salto del tipo de cambio, que provocó un aumento del 101,35% en el precio del dólar e impactó de lleno en el nivel general del precios, pero no fue acompañado con el mismo ímpetu en el aumento de los salarios. Esto provocó una caída de casi 20 puntos en el poder adquisitiv­o, que se vio reflejado en la contracció­n del consumo y la inversión.

Para contener la espiral inflaciona­ria, desde octubre el Banco Central cambió su política monetaria y abandonó el sistema de metas de inflación para implementa­r el mecanismo de agregados monetarios. Con tasas reales altas y menos dinero en circulació­n, la entidad que conduce Guido Sandleris mantuvo el dólar estable en los últimos meses, lo que permitió desacelera­r la variación de precios.

Sin embargo, los anuncios de aumento de tarifas seguirán generando presión sobre la inflación. Para este año, el Gobierno estimó en el presupuest­o un IPC del 23% anual.

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