La Casa Blanca evalúa reconocer a Guaidó como legítimo presidente venezolano
La decisión de Trump aumentaría la presión sobre Maduro; la Asamblea Nacional llamó a la región a congelar activos del gobierno chavista
WASHINGTON.– Estados Unidos evalúa reconocer al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y líder de la oposición, Juan Guaidó, como legítimo mandatario del país, una decisión que dejaría más aislado y elevaría la presión internacional sobre el régimen de Nicolás Maduro.
La posible movida del gobierno de Donald Trump fue revelada por la cadena CNN, justo cuando el Parlamento venezolano aprobó por mayoría una declaración que acusa a Maduro de estar “usurpando el cargo de la presidencia” y considera “nulos” todos los actos de su gobierno, la última ofensiva de la oposición que aspira a abrir un camino hacia nuevas elecciones.
La Asamblea Nacional también solicitó a los gobiernos y bancos de varios países de la región –entre ellos, la Argentina– y a Estados Unidos, China, Rusia, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y la Unión Europea (UE) que congelen cuentas, activos y fondos de Venezuela para “garantizar la protección de los activos del Estado”.
Maduro rechazó la ofensiva de la oposición en el Parlamento, y prometió que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), bajo su control, “pondrá las cosas en su lugar”. En 2015, luego de un claro triunfo opositor en las elecciones legislativas, el Supremo declaró a la Asamblea en desacato y determinó que todas sus leyes eran nulas. La oposición busca ahora construir una transición política invocando el artículo 233 de la Constitución para llamar a nuevas elecciones.
“Estados Unidos expresó su apoyo a Guaidó, que, como presidente de la Asamblea Nacional democráticamente electa, declaró valientemente su autoridad constitucional para invocar el artículo 233 y llamar a elecciones libres y justas”, señaló a la nacion Garret Marquis, vocero del Consejo de Seguridad Nacional. “Estados Unidos apoya a la Asamblea Nacional como la única entidad democrática legítima en Venezuela”, agregó. Más tarde, Washington informó en un comunicado que el vicepresidente Mike Pence habló con el dirigente venezolano para reconocer su “valiente liderazgo”.
Marco Rubio, influyente senador republicano, dijo en Twitter que le pidió a Trump que reconociera a Guaidó como el “legítimo presidente de transición de Venezuela”.
El gobierno de Trump ya había desconocido a Maduro en términos calcados a los que usó la Asamblea. Luego de que Maduro juró por un nuevo mandato, en una ceremonia que fue catalogada de “farsa” por la oposición, Estados Unidos condenó su “ilegítima usurpación” del poder. John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump y uno de los “halcones” en la Casa Blanca, dijo que Washington desconocerá a la “dictadura” de Maduro, y prometió aumentar la presión sobre el “régimen corrupto” de Caracas.
“Estados Unidos no reconocerá la inauguración ilegítima de la dictadura de Maduro. Seguiremos aumentando la presión sobre el régimen corrupto, apoyaremos a la Asamblea Nacional democrática y pediremos democracia y libertad en Venezuela”, indicó Bolton a través de su cuenta en Twitter.
La retórica y la política de Washington a Caracas se endureció desde que asumió Trump, que dedicó especial atención a la situación en Venezuela. Su gobierno ha desplegado un abanico de sanciones para asfixiar los vestigios del chavismo y apuntalar una transición política a través de elecciones “libres y justas”, en el vocabulario de Washington.
“Estados Unidos está jugando muy fuerte”, contextualizó una alta fuente diplomática de América Latina en Washington.
En la región, el único líder que hasta ahora avanzó y reconoció a Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela es el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que dejó en claro que impondrá una mano mucho más dura hacia el régimen de Maduro, un giro de 180° en relación con el vínculo que en su momento construyeron Hugo Chávez y Luiz Inacio Lula da Silva.
Maduro ya tiene a Guaidó en la mira. El domingo fue retenido ilegalmente durante una hora por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, un episodio que generó repudio internacional.
Washington guarda una última carta con recelo: las sanciones a las exportaciones de petróleo venezolano, una medida que Trump siempre ha dicho que “está sobre la mesa”, pero que no ha querido aplicar porque implicaría un golpe a la propia industria petrolera norteamericana y además profundizaría la crisis humanitaria en Venezuela.